- El organismo asegura que no tiene ninguna obra identificada para tirar
- Alrededor de 160 promociones inacabadas de la Sareb se paralizarán
En la hoja de ruta de la Sareb está previsto que estas tareas se inicien en 2016, en base a un coste de derribo de estimado en unos 12 euros por metro cúbico, frente a los 900 euros por metro cuadrado que supondría finalizar su construcción. El sector de la demolición prevé recibir noticias pronto, según informa Bloomberg.
"Esperamos que el banco malo comience a solicitar pujas para proyectos de demolición a partir de este verano", señaló Daniel Anka, presidente de la compañía Anka Demoliciones y vicepresidente de la Asociación Española de Empresarios de Demolición.
A propósito de estas declaraciones, la Sareb ha informado de que "no tiene ninguna obra identificada para ser demolida y que, en cualquier caso no planea demoler vivienda terminada, sino obras en curso con muy poco grado de avance que tengan riesgo para la seguridad de las personas, o en situación de infracción urbanísticas".
Más de un centenar paralizadas
Fuentes cercanas al organismo que dirige Belén Romana calculan que alrededor de 160 promociones inacabadas de las 650 que acumula en cartera se paralizarán. De esta cifra saldrán aquellas que finalmente serán demolidas, una vez se determine si merece o no la pena completar su edificación, explican a la agencia.
La Sociedad de Gestión de Activos (Sareb) cuenta con 197.000 activos entre inmuebles, edificios en construcción, suelo y créditos procedentes de los bancos que han recibido ayudas públicas (BFA-Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia...), así como de empresas del ladrillo como Realia o Metrovacesa. El objetivo para este año es ingresar 1.500 millones de euros a través de las ventas y conseguir a lo largo de sus 15 ejercicios de vida un rendimiento medio anual de entre el 13 y el 14%.
Hasta julio, el banco malo acumula unos ingresos brutos de casi 900 millones y se ha desprendido de más de 1.800 inmuebles. Pero no todos son comercializables y menos de forma rentable.
Como en Irlanda
Por eso, para la consultora inmobiliaria RR de Acuña y Asociados consideran positivo que las demoliciones alcancen un volumen considerable desde el primer momento. "Supondría reconocer que es imposible vender esos activos bajo ninguna circunstancia y tirándolos abajo por lo menos se podrá dar otro uso al suelo", explica la firma.
De esta forma, el banco malo español seguirá los pasos de su homólogo irlandés, el NAMA, que en 2012 comenzó a demoler las ciudades fantasma que se crearon en la burbuja inmobiliaria del país. Irlanda contaba en agosto del pasado año con unos 1.850 proyectos urbanísticos sin terminar.
"Hay algunos lugares donde es la decisión más sensata que se puede tomar ", señalaba entonces la ministra de Vivienda, Jan O'Sullivan. "Si nadie quiere vivir en ellos, entonces lo más práctico que se puede hacer es demoler lo que hay ahí". En el caso de la Sareb, su objetivo único es vender con la máxima rentabilidad posible los inmuebles que gestiona.
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