El fallecimiento de una paciente, que se
agravó en la sala de espera, coincide con el ingreso de un anciano ya
cadáver y con el desenlace fatal durante un traslado de un enfermo dado
de alta
Más de una
treintena de pacientes, algunos acompañados por familiares,abarrotaron ayer a primera hora de la tarde la sala de espera. |
Nueva jornada de colapso en las Urgencias del Hospital
Virgen Macarena. El debate sobre la saturación que sufre este servicio
se avivó ayer después de trascender el fallecimiento de una paciente
cuyo estado se agravó tras pasar por lo que se denomina la sala de triage,
primera estancia donde se determina la gravedad del paciente,
permanecer en la sala de espera e ingresar, posteriormente, en el
dispositivo de cuidados críticos y de urgencias, donde ya no se pudo
hacer nada por su vida.
Una de ellas tuvo lugar ayer por la mañana en la puerta del servicio. Según confirmaron fuentes hospitalarias, un paciente de 92 años, procedente de una residencia de ancianos, llegó hasta el Macarena en una ambulancia convencional. Una vez que bajaron al enfermo del vehículo en una camilla para dirigirlo al área de Urgencias, se pudo comprobar que era ya cadáver. La confirmación alertó a otros familiares de pacientes que aguardaban en la puerta y se produjeron momentos de confusión.
La tercera muerte habría ocurrido, según ha podido saber este periódico, durante el traslado de un paciente que fue dado de alta tras pasar por las Urgencias del Macarena, camino de su residencia, en el área metropolitana. Un extremo sobre el que ayer no quisieron pronunciarse fuentes oficiales y que, en cualquier caso, habría tenido lugar fuera del recinto, aunque el fallecido acababa de abandonar el citado servicio hospitalario.
Fuentes del centro intentaron explicar ayer que uno de los fallecidos entró ya cadáver, un hecho que no es excepcional en las Urgencias, y que el otro recibió la oportuna asistencia, pero su estado se agravó. Familiares y pacientes pusieron en cuestión si los tiempos de espera fueron también los adecuados y si alguna de estas vidas no se hubiera podido salvar con un servicio menos saturado. El aspecto que presentó ayer durante gran parte del día la sala de espera de espera del Macarena fue caótico. Los pacientes, algunos de ellos en estado muy grave, llegaron a situarse, en camillas y sillas de ruedas, en la zona de ascensores y acceso.
Algunos sanitarios consultados coincidieron en afirmar que la jornada de ayer fue de las más desbordantes de lo que va de año. Similar fue la del 9 de enero en el mismo hospital, con demoras de más de 20 horas para un ingreso en planta. Una situación que también se está dando en el Virgen del Rocío y en el Valme, donde el 11 de enero, se registraron casi 50 pacientes a la espera de una cama en la sala de Urgencias.
Los picos, como denominan los sanitarios a los momentos de máxima afluencia en estos servicios, se repiten con demasiada frecuencia desde hace unos años, según denuncian los sindicatos del sector, que urgen una solución definitiva.
Fuente: diariodesevilla.es
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