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lunes, 28 de enero de 2013

¿Por qué mide el paro una estadística que sólo puede acreditar 25.000 desempleados?


Bruno Pérez
lunes, 28/01/13 - 06:00
  • La EPA se hace a partir de unas 200.000 entrevistas, una base de datos infinitamente más reducida e imprecisa que las estadísticas del Ministerio de Empleo.
  • Sin embargo, ofrece una información más completa y, lo más importante, comparable con el resto de países de la UE.
El Instituto Nacional de Estadística elabora 
trimestralmente la Encuesta de Población Activa.

Ahí va un dato que muy pocos conocen. Las estadísticas oficiales aseguran que España está a las puertas de superar la temible frontera de los seis millones de parados, pero la realidad es que el organismo que las elabora, el Instituto Nacional de Estadística, apenas puede acreditar la existencia de poco más de 25.000.

De hecho, el organismo que dispone de una información más masiva y precisa sobre el número de personas que busca trabajo en España no es el INE, sino el Ministerio de Empleo, a través de las demandas que recibe en la red de oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal.

Según esta fuente, la cifra de personas que a la finalización de 2012 solicitaba un empleo en España sin poder conseguirlo era de 4.848.723, y no de 5.965.4000 como sostiene la Encuesta de Población Activa. Es decir, que en España habría un millón de desempleados menos.

Las bases de datos del antiguo INEM tienen información actualizada de la situación laboral de millones de españoles, mientras que Estadística parte de unas 200.000 entrevistas personales para sacar su foto fija del mercado de trabajo. Sin embargo, es éste el referente oficial que se utilizará tanto en España como en Europa a la hora de evaluar la situación del mercado laboral español.

La pregunta a estas alturas es casi evidente: ¿por qué?

Y la respuesta es que sólo la EPA ofrece una información comparable con la que obtienen el resto de países de la Unión Europea. Lo explica el Instituto Nacional de Estadística en la propia metodología de la encuesta: "El paro registrado y la afiliación a la Seguridad Social presentan dificultades en la obtención de series homogéneas por ser variable la normativa legal que la rige, y además no recogen información sobre muchas de las variables investigadas en la encuesta".

Profundizando en la EPA

Es cierto, mientras las estadísticas del Ministerio de Empleo se limitan a ofrecer información cuantitativa sobre el número de parados y ocupados, y sobre su distribución geográfica, sectorial, por sexo y por edad, la encuesta del INE ofrece hasta 400 unidades distintas de información que detallan aspectos tan específicos como la motivación para trabajar a tiempo parcial, el número de horas extras realizadas y la cifra de empleados que hacen cursillos de capacitación profesional.

Todas ellas con especificación por sexo, edad, sector profesional... es decir millones de datos sobre el mercado laboral.

En su debe, por el contrario, las fragilidades propias de cualquier estadística que pretende abarcar una realidad laboral que implica a más de 30 millones de personas a partir de apenas 200.000 entrevistas. Dado que las entrevistas alcanzan a todos los miembros de la unidad familiar, estén o no en situación o en edad de trabajar, la operativa de la encuesta implica que esa cifra de seis millones de parados se estima a partir del testimonio fehaciente de estar sin trabajo de poco más de 25.000 personas (la proporcion sobre el conjunto de encuestados de ese 13% de la población española que está en paro).

En realidad, es la naturaleza misma de la ciencia estadística, obligada a estimar realidades grandes a partir de un conjunto reducido de datos escogidos, eso sí, con criterios científicos.

Estadística asegura que el método de selección utilizado engloba al 99,4% de la población, dejando fuera únicamente a los que residen en los denominados hogares colectivos: hospitales, hoteles, cuarteles, conventos...

Cada trimestre, 230 encuestadores y unos 150 inspectores se encargan de la captación de información en unos 65.000 hogares seleccionados a partir de criterios como la población y la representatividad de la misma en cuanto a perfiles profesionales, edad o situación personal. Vamos, aplicando criterios de ciencia estadística.

Para garantizar la estabilidad de la encuesta los hogares seleccionados permanecen en la encuesta durante un periodo de seis trimestres y para garantizar una cierta rotación una sexta parte de los hogares sale de la muestra cada trimestre para dejar paso a un número idéntico de nuevas familias, seleccionadas bajo los mismos criterios.

El cuestionario

Si usted resultara seleccionado para colaborar en la elaboración de la Encuesta de Población Activa debe saber que en el próximo año y medio va a tener que dedicar unos 30-45 minutos por trimestre a contestar al cuestionario diseñado por el INE. No hacerlo le enfrentaría a la Ley de la Función Estadística Pública y le acarrearía una multa que puede oscilar entre los 60 y los 30.000 euros, en función de la gravedad.

Se trata de una veintena de preguntas sobre datos generales como fecha de nacimiento o el lugar de residencia, seguidas de un centenar de cuestiones sobre ocho categorías ya estrictamente relacionadas con la encuesta: relación con la actividad económica, características del empleo, hábitos de búsqueda de empleo, experiencia profesional, enseñanza y formación, relación con las oficinas públicas de empleo y situación laboral actual y de hace un año.

Para la EPA no es relevante conocer si la ocupación de los entrevistados está regulada, es informal o es directamente una actividad sumergida o en negro, y tampoco la jornada diaria o semanal que implique, lo cual ofrece matices interesantes.

Por ejemplo, que se consideren como oficialmente ocupados a un millón y medio de españoles que o no trabajaron ni un solo minuto (lo cual se puede justificar por situaciones como vacaciones o paros estacionales en contratos fijo discontinuos) o hicieron menos de nueve horas en la última semana.

Estadística admite que en la EPA pueden figurar perfectamente como ocupados estudiantes que impartan clases de manera informal y esporádica porque, según la metodología de la encuesta, se considerará ocupado a la persona que "haya trabajado, incluso de forma esporádica u ocasional, al menos una hora a cambio de un sueldo o salario".

Otro dato curioso es que el número de ocupados que sale en la EPA (16.957.100) supere en medio millón los que figuran en los registros de la Seguridad Social (16.442.681), lo cual algunos interpretan como un indicio claro del volumen de la actividad sumergida en España.

La singular metodología de la EPA también puede hacer que figuren como parados personas que difícilmente serían considerados socialmente como tal.

Por ejemplo, jóvenes que tienen los estudios como ocupación principal pero que buscan un empleo esporádico para conseguir un cierto margen económico, una situación más o menos extendida pero que, por ejemplo, se obvia en las estadísticas del Ministerio de Empleo ya que muy probalemente esos muchachos ni siquiera se hayan dado de alta como demandantes de  trabajo.

También figuran como parados-EPA esas personas que han sobrepasado ya la edad de jubilación pero que contemplan la posibilidad de volver al mercado laboral por los motivos que sean, necesidades familiares, personales... En la última EPA publicada se contaban por 7.300.
Fuente: lainformacion.com

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