Los expertos alertan de que si la sociedad vende los
activos de las entidades a un importe demasiado bajo podría hundir el
precio de la vivienda en el mercado, como sucedió en Irlanda
Evitar el ejemplo irlandés
Por el contrario, si la valoración de esos activos es muy baja, las entidades tendrían que afrontar nuevas necesidades de recapitalización y, probablemente, requerir más ayudas públicas. Además, esa valoración fijaría un referente en un momento en el que determinar el precio de determinados activos inmobiliarios es prácticamente imposible y obligaría al resto de entidades —las que no recurran al «banco malo»— a vender por debajo de ese importe sus inmuebles. Tal y como sucedió en Irlanda, según recuerdan fuentes del mercado.
Santander y BBVA, llamados a invertir
Solo con un precio lo suficientemente atractivo —o bajo— los inversores privados mostrarían su interés en participar en la sociedad de gestión de activos. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), esto es, el Estado, no podrá tener más del 50% del capital del «banco malo».
La tercera preocupación de Economía es el diseño de la estructura del «banco malo». Y esto dependerá en parte del tipo de activos que finalmente esté dispuesto a adquirir. La sociedad de gestión de activos comprará a los bancos y cajas con ayudas (las entidades que no las reciban no pretender recurrir a la sociedad por un simple criterio de imagen) todos aquellos inmuebles adjudicados a las entidades por el impago de deudas como hipotecas, así como créditos morosos y subestándar (a punto de entrar en mora) ligados al negocio del ladrillo.
Día 14/09/2012 - 08.58h
REUTERS
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Se
dice en el sector financiero que en el Ministero de Economía se está
trabajando día y noche —fines de semana incluidos— en el diseño del
llamado «banco malo».
Que a la sociedad de gestión de activos, donde bancos y cajas con
ayudas aparcarán sus activos tóxicos procedentes, sobre todo, del
negocio del ladrillo, le quedan aún muchos flecos por cortar.
A saber, tres: si hay inversores dispuestos a participar en el ente,
qué activos comprará y a qué precio. De esta última depende buena parte
del éxito de la operación. El gabinete de Luis de Guindos trata todavía
de encontrar el equilibrio: el precio «justo».
Si
la sociedad compra a las entidades financieras esos activos a un precio
muy elevado, Economía corre el riesgo de fracasar en la captación de
inversores privados y por lo tanto comprometer su objetivo de minimizar el coste para el contribuyente.
«No parece por lo tanto que se vaya a fijar un precio rabioso de
mercado», apunta un experto. «Si los precios no son lo suficientemente
bajos, la inversión privada no verá una oportunidad de obtener una
rentabilidad», explican desde una entidad financiera.
Evitar el ejemplo irlandés
Por el contrario, si la valoración de esos activos es muy baja, las entidades tendrían que afrontar nuevas necesidades de recapitalización y, probablemente, requerir más ayudas públicas. Además, esa valoración fijaría un referente en un momento en el que determinar el precio de determinados activos inmobiliarios es prácticamente imposible y obligaría al resto de entidades —las que no recurran al «banco malo»— a vender por debajo de ese importe sus inmuebles. Tal y como sucedió en Irlanda, según recuerdan fuentes del mercado.
En todo caso, es previsible que la valoración de los activos esté por debajo del precio que registran las entidades financieras en sus balances, una
vez descontadas también las provisiones exigidas por el Ejecutivo
popular en sus dos primeros decretos de reforma financiera (del 35% en
vivienda terminada, 65% en promociones en curso y del 80% en solares) y
que ha llevado a la banca a vender sus pisos adjudicados con una pérdida
media del 30%. En este sentido, y como ya informó ABC, Economía podría
imponer un descuento adicional de entre el 1% y el 15%.
Santander y BBVA, llamados a invertir
Solo con un precio lo suficientemente atractivo —o bajo— los inversores privados mostrarían su interés en participar en la sociedad de gestión de activos. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), esto es, el Estado, no podrá tener más del 50% del capital del «banco malo».
También
en esta tarea de búsqueda de inversores trabaja a contrarreloj el
ministerio. Según ha podido saber este diario, las entidades financieras
del país han sido invitadas a tomar una participación de la sociedad,
especialmente las dos más grandes, Santander y BBVA.
Clasificación de activos
La tercera preocupación de Economía es el diseño de la estructura del «banco malo». Y esto dependerá en parte del tipo de activos que finalmente esté dispuesto a adquirir. La sociedad de gestión de activos comprará a los bancos y cajas con ayudas (las entidades que no las reciban no pretender recurrir a la sociedad por un simple criterio de imagen) todos aquellos inmuebles adjudicados a las entidades por el impago de deudas como hipotecas, así como créditos morosos y subestándar (a punto de entrar en mora) ligados al negocio del ladrillo.
Sin embargo, y según fuentes del sector, Economía no descartaría dar entrada en el «banco malo» a otros préstamos con problemas de cobro como
los ligados a empresas distintas del sector de la promoción y
construcción y créditos al consumo. Desde el Ministerio insisten en que
todavía se está trabajando en el reglamento de la sociedad y que ese
punto todavía está por decidir.
En
este sentido, ni los expertos ni el sector descartan que el «banco
malo» pueda aglutinar unidades de negocio diferente según esa
clasificación de activos.
El
equipo económico del Gobierno de Mariano Rajoy deberá tener concluido
ese diseño al cierre de noviembre, tal y como se le exige Bruselas en el Memorándum de Entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés) aceptado
como contrapartida a la ayuda financiera de hasta 100.000 millones de
euros que recibirá el país para el saneamiento del mapa bancario. De
Guindos garantizó el pasado miércoles que en diciembre estará plenamente
operativo.
Fuente: ABC.es
Fuente: ABC.es
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