Por Félix Gallardo
24 de julio del 2012
Todos pensábamos que el banco malo era el que se llevaba la basura de los demás, pero ahora resulta que el banco malo, malísimo, es el del señor Draghi
Ahora resulta que hasta del banco malo teníamos poca información o no
nos enterábamos demasiado. Siempre hemos creído que un banco malo es el
que se lleva las basuras de los demás. Un banco bueno tiene productos
malos, se los da al banco malo y él se queda como el banco bueno.
Es como si un banco que tiene basura que incluso huele mal se pusiera
a disimular, así como silbando, y en cuanto el banco de al lado se
descuida ¡zas! le tira toda la basura encima y él se queda limpio
limpísimo como si en su vida hubiera roto un plato. Más o menos era eso
o, por lo menos, era de lo que nos enterábamos las gentes de a pie.
Pues resulta que no, que ahora el banco malo malísimo, en plan
madrastra de Blancanieves, es el Banco Central Europeo, que además manda
mucho.
Todos lo dicen. Por lo menos Margallo y González Pons le han puesto a
bajar de un burro. Es un banco malísimo que tiene la culpa de todas
nuestras desgracias. Y no digamos nada un señor que se llama Mario
Draghi, que hace de su capa un sayo y nos tiene ahogaditos. Además dicen
las malas lenguas que la capa y el sayo de Mario Draghi no son de él
sino de Angela Merkel.
Y en estas estábamos cuando llega Pérez Rubalcaba y quiere poner al
Gobierno de Rajoy a viajar. No es que le ponga a trabajar, le pone a
viajar y además los fines de semana. Y no un viaje cualquiera. Le pone a
viajar por todas las capitales europeas. A explicar, a pedir y no se
sabe si a suplicar al señor Draghi, el del banco malo malísimo.
A Rajoy, a Montoro y a De Guindos, que no querían ni oír hablar del
banco malo, les manda Pérez Rubalcaba a negociar y a implorar al señor
malo del banco malo que no es malo por sí mismo sino por culpa de Angela
Merkel.
Al menos eso es lo que se deduce de lo que dice González Pons. Y de lo que dice Pérez Rubalcaba.
Lo que nos faltaba. Además de no merecer un Gobierno que nos mienta
tampoco nos merecemos un jefe del primer partido de la oposición que en
los ratos libres ponga en marcha una agencia de viajes. Por supuesto,
los menores de siete años gratis. Pero como en el Gobierno no hay nadie
menor de siete años… ¿O sí?
Fuente: ECD
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