Más de 40 mil profesionistas han dejado el país ibérico en lo que va de este año para colocarse en otros países
Patricia Godoy / Especial
La zona euro espera concederse una tregua durante el mes de agosto y dejar para principios de septiembre la posible solución a los problemas de financiación que sufre España, explicaron fuentes comunitarias tal y como se desprende del mensaje del Banco Central Europeo (BCE) esta semana.
BARCELONA, 5 de agosto.- Vente a Alemania, Pepe,
era el título de una popular película española que en 1971 mostraba la
cara tragicómica de la migración ibérica a Alemania. El filme cuenta
cómo, en plena dictadura franquista, atrapados por la crisis económica y
sin oportunidades, muchos trabajadores españoles buscaban empleo y un
futuro mejor en Francia, Suiza y, sobre todo, en Alemania,
–No se puede comparar, a parte del vino y del chorizo, aquello es otro mundo. Le llaman el milagro alemán.
Es uno de los muchos diálogos de una película que muestra cómo el
protagonista, Pepe, fascinado por las maravillas que cuenta su amigo
Angelino sobre Alemania, decide abandonar Peralejos, el tranquilo pueblo
en el que vive, para buscar su suerte en tierras germánicas.
Cuatro décadas después, esta graciosa película vuelve a estar de
actualidad. España es un país muy diferente, pero, después de vivir
durante unos decenios el sueño del desarrollo, se enfrenta de nuevo a la
pesadilla de la migración.
Los que abandonan hoy España, más de 40 mil en los últimos meses, ya
no son mano de obra barata para las fábricas del norte de Europa, como
aquella generación sin estudios de Pepes, Angelinos o Venancios. Los
nuevos migrantes españoles también tienen poco que ver con lo que usted
lector puede imaginar desde México. Nada de jugarse la vida en trenes,
caminar de sol a sol por el desierto, cruzar vallas impenetrables, ríos
bravos o enfrentarse a la migra. Nada de eso.
La migración española del siglo XXI está formada por hombres y
mujeres que suelen llevar en la maleta un título universitario, hablan
idiomas y han viajado, pero que, en la fase más aguda de la actual
crisis, se enfrentan a la una cruda realidad: en España es casi misión
imposible encontrar un trabajo.
Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) de
España confirman que unos 40 mil 625 españoles han salido del país en
busca de nuevas oportunidades laborales durante 2012.
Son abogados, ingenieros, antropólogos, arquitectos, periodistas,
diseñadores que no encuentran empleo en sus sectores en un país desolado
por una combinación perversa de crisis económica global sumada a los
efectos locales de la burbuja inmobiliaria, el despilfarro público y una
pésima gestión política.
La nueva migración ibérica es un fenómeno transversal que afecta a
todas las capas sociales, pero que golpea con especial dureza a la
generación de entre 30 y 45 años, muy bien formada, pero que ha perdido
su trabajo y no encuentra uno nuevo.
Es el caso de Nacho y Cristina. Ingeniero de minas, él; informática y antropóloga, ella. Esta pareja de Barcelona comparte con Excélsior su reflexiones sobre la situación actual de España antes de emigrar a Chile el próximo septiembre.
Nos reciben en su departamento del centro de esta ciudad entre cajas y
muebles a medio desarmar. Se preparan para dejar la que ha sido su casa
en los últimos años.
“Desde que estamos en el paro, no hemos dejado de buscar trabajo
relacionado con nuestra formación, pero no hemos tenido éxito. A él le
ha surgido la oportunidad de trabajar en Santiago de Chile y yo me voy
con él”, comenta Cristina, que tiene nueve meses desempleada.
“Aquí no existen oportunidades laborales atractivas para mí y esto no
tiene pinta de que mejore a corto ni medio plazo”, se lamenta Nacho
que, tras seis meses sin trabajo, ha aceptado la oferta de una empresa
chilena de ingeniería.
Nacho y Cristina no son los únicos. Antes que ellos, muchos amigos y
ex compañeros de trabajo han tomado la misma decisión. “Tres de mis
amigos han conseguido trabajo en Chile, Brasil y Argentina; otro en
Argelia, tres más en Suiza, Alemania y Gran Bretaña; y otros dos están
ahora en Australia”, comenta Nacho.
Esta pareja tiene claro que si la situación en España fuera otra, no
se hubieran planteado dejar el país. “Si tuviéramos trabajo aquí, es muy
posible que no nos plantearíamos irnos de España”, asegura Cristina,
que no oculta su pesimismo respecto al futuro.
Nacho, intenta ser un poco más optimista: “España tiene unas
posibilidades muy favorables gracias a su gente y espero que se podrá
solucionar esta situación tan precaria”.
La nueva migración que representan Nacho y Cristina tiene presencia también en la red con blogs como “Pepas y Pepes 3.0” donde se comparten las historias de españoles obligados a salir de España para encontrar un trabajo.
El proyecto fue creado por el periodista Rafael Aníbal que comenta a Excélsior que esta iniciativa nació hace poco más de un año a partir de su experiencia personal.
“Cuando me despidieron de mi último trabajo me di cuenta que las
posibilidades laborales se me agotaban y que muchos de mis amigos se
estaban marchando de España en busca de trabajo”, recuerda.
Para Aníbal su blog intenta “hacer una crítica a la actual
clase política que ha abandonado a la generación mejor formada en la
historia de España”, pero, sobre todo, quiere “mostrar que la emigración
obligada por un motivo económico es algo muy complicado. No es un plato
de buen gusto para nadie”.
Entre las muchas historias recopiladas en su blog está la de Raquel Pérez, 28 años, una licenciatura, dos másters,
que ahora vive en Rusia; la de Noelia Perez, 28 años, doctora en
Bioquímica, que ahora trabaja en Nueva Zelanda; Paco Vázquez, 32 años,
sicólogo, en China. Canadá, Alemania o Japón son otros de los países
destino para españoles en busca de trabajo.
También México, Jorge Lastra, un ingeniero en telecomunicaciones de
27 años, que ahora vive y trabaja en México comenta que “a 10 mil
kilómetros de distancia”, su situación “es mucho mejor de lo que hubiera
imaginado hace un par de años en España”.
La falta de empleo también afecta a muchas profesionales que han
pasado la franja de los 40 años y que cuentan con una alto grado de
formación y amplia experiencia internacional.
Para muchos de ellos, como Narciso Meliá, un ingeniero civil que vive
en Valencia, las oportunidades de trabajo en España se reducen, según
cuenta a Excélsior, “a cero”. Después de un año y medio
en el paro y 300 currículums enviados, (“sólo he sido citado a tres
entrevistas de trabajo”) prepara las maletas. El próximo 6 de agosto
volará camino a Cuba. Una empresa multinacional europea de ingeniería lo
ha contratado para dirigir la obra de una futura mina en la isla.
En personas como Narciso, casado y padre de un niño, la situación
familiar complica la decisión de salir de España. “Si no tuviera familia
a mi cargo, me habría ido antes de España”. Si la situación laboral hoy
en España es dura en todos los ámbitos, el sector de la construcción es
el más castigado, por eso este ingeniero valenciano duda de la pronta
recuperación del empleo: “Todos mis compañeros de profesión que tienen
mi misma especialidad están en paro o trabajando ya en el extranjero”,
se lamenta.
Lo cierto es que esta nueva migración es sólo la punta del iceberg
de la crisis en España que Narciso es capaz de describir con mucha
honestidad: “Mi forma y nivel de vida han desaparecido y no van a
volver, igual que ha pasado en mi entorno, los que no están en paro, lo
van a estar, los que no han perdido 30% del salario van a perderlo, y
así suma y sigue”.
“Como en España no se vive en ningún lado”. Era una frase que hasta
hace no muchos años definía el espíritu de muchos españoles que creyeron
vivir en el mejor país posible. Hoy, en medio del tsunami de la crisis,
de nuevos casos de corrupción política, de hospitales obligados a
cerrar sus quirófanos, de entidades financieras en bancarrota, recortes y
brutales aumentos de impuestos, aquellas palabras suenan a tomadura de
pelo. Si uno se pone en los zapatos de Narciso, Cristina, Nacho o Rafael
que observan con tristeza que, como describe con ironía y pesimismo
Narciso, “esto no se arregla en 20 años”.
Estos nuevos migrantes españoles no tienen nada que ver con los de
los años 70, pero puede que en unos cuantos años vuelvan a España, y
como el Angelino de la película Vente a Alemania, Pepe, hablen
de las maravillas y oportunidades que han encontrado en todos esos
países a los que han tenido que emigrar para buscar un futuro que hoy
parece imposible en España.
Un país que este fin de semana batió su récord histórico de
desempleo: 5.6 millones de personas, casi 25 por ciento de la población
en edad de trabajar.
Muchos de estos desempleados quizá sueñan con que algún colega o amigo les hable por facebook, Twitter o e-mail, (ya no por teléfono, como en los años 70) y, como en la popular película española, les diga la frase mágica: Vente a Alemania, Pepe.
El apoyo seguirá en el limbo
La zona euro espera concederse una tregua durante el mes de agosto y dejar para principios de septiembre la posible solución a los problemas de financiación que sufre España, explicaron fuentes comunitarias tal y como se desprende del mensaje del Banco Central Europeo (BCE) esta semana.
Eso supondría, por tanto, que no habría una activación del fondo de
rescate (FEEF) durante este mes, dado que ésta requiere un acuerdo de
los ministros de Finanzas del bloque.
Entre los motivos, ha señalado la fuente, figura el hecho de que un
nuevo programa de ayuda para España –como podría ser la compra de deuda
soberana por parte del FEEF– necesitaría en algunos Estados miembros
pasar por los parlamentos, en su mayoría en receso estival.
Las palabras pronunciadas por el presidente del gobierno español,
Mariano Rajoy, van en la misma línea, pues aseguró que si se decide
recurrir al fondo de rescate sólo se hará una vez que se conozcan los
detalles de las nuevas medidas de política monetaria que prepara el BCE.
El jueves, el presidente de la autoridad monetaria, Mario Draghi,
aseguró que esas acciones se diseñarán en “las próximas semanas”.
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