
Según Anna Laborda, profesora del
Departamento de Economía de Esade y responsable del estudio, “parece
evidente que, a pesar de que nuestra gran ventaja comparativa ante la
crisis sea la flexibilidad del sector empresarial basado en minipymes,
el hecho de que estemos siendo golpeados más que en otros países vecinos
radica en esta misma característica”.
“Esta circunstancia podría explicar por
qué nuestra economía necesita tasas de crecimiento muy elevadas,
alrededor del 3% para poder generar empleo de forma relevante”, explica
Laborda.
Supervivencia del 80,5%
Para realizar el estudio se han tomado
los datos sobre permanencias, altas y bajas de empresas recogidos en el
Directorio de Central de Empresas (DIRCE), del Instituto Nacional de
Estadística, desde 2008, considerando este año el del inicio de la
crisis al ser el primero en registrar un PIB inferior al del año
anterior.
A partir de entonces, y durante los
últimos cuatro ejercicios, la tasa de supervivencia de las empresas
españolas, calculada en base la proporción del número de permanencias
sobre movimientos totales, se sitúa en el torno al 80-81%.
Las más numerosas y las más frágiles
El estudio pone de manifiesto que la
permanencia de las empresas no está obligatoriamente relacionada con su
tasa de supervivencia, ya que mientras la primera es absoluta, la
segunda, al calcularse sobre movimientos totales, está directamente
afectada por las altas y, sobre todo las bajas de empresas. De esta
manera, teniendo en cuenta solo en la evolución durante 2011 de las
empresas sin asalariados, se comprueba que este colectivo, si bien
registra un mayor número de permanencias (52,8%), su tasa de
supervivencia (76%) es inferior al del resto de empresas estudiadas. Lo
mismo ocurre con la que sería la base del sistema productivo español,
las empresas de 1 a 9 asalariados, que tienen una permanencia del 42%,
aunque su supervivencia se sitúe en penúltimo lugar del estudio, con un
84%.
Las empresas de 10 a más empleados, en
cambio, pese a ser las menos numerosas y las que menos peso aportan al
colectivo de empresas que permanecen en 2011 (5,2%), tienen una tasa de
supervivencia superior. En concreto, un 94,3%, las empresas de 10 a 19
empleados y un 96,7%, las de más de 20.
En cuanto a los autónomos, el estudio no
muestra grandes tasas de supervivencia pero, como mínimo, son un
colectivo dinámico, con un gran número de altas aunque también de bajas.
Sobrevivien alimentación, bebida y tabaco
Algo similar, aunque no de forma tan
acusada, ocurre con la supervivencia por sectores. Mientras que los
índices de permanencia mantienen al comercio, a la construcción y a
otras actividades de técnicos y profesionales según el DIRCE (más de la
mitad de las permanencias), niguna de ellas, salvo el primero, con un
81,1%, registran un índice de supervivencia superior al la media del
80,5% -construcción, un 78,5% y hostelería y restauración, un 74,5%-.
Por el contrario, la alimentación,
bebida y tabaco (91%), industrias extractivas (90,9%) y energía, gas y
agua (90,8%) son los sectores con mayor tasa de supervivencia, aunque su
peso en movimientos no sea significativo.
Anna Laborda destaca que “la mayoría de
actividades económicas con tasas de supervivencia por encima de la media
pertenecen al sector industrial y manufacturero, aunque con claras
excepciones, como, por ejemplo, las actividades sanitarias, la
asistencia residencial y servicios sociales, las actividades
inmobiliaria, y cómo no, el comercio”.
El tamaño importa
A la hora de valorar qué influye más en
la supervivencia de la empresa española, si el tamaño o la actividad de
la misma, los responsables de Esade lo tienen claro: el tamaño. Del
cruce de las tasas de supervivencia en ambos campos se desprende que,
con independencia del sector, las empresas con mayor número de
trabajadores registran tasas más altas de supervivencia, salvo algunas
excepciones.
Los únicos sectores donde las minipymes
sobreviven más que la media son, en el caso de las empresas sin
asalariados, energía, gas y agua (84,2%); transporte y almacenamiento
(84%); industrias extractivas (83,7%); alimentación, bebida y tabaco
(83,7%), y actividades sanitarias (82,5%).
En el de las de entre 1 y 5 asalariados,
son pocos los que superan el 90% de supervivencia. Tal es el caso del
grupo de alimentación, bebida y tabaco (91,6%), industrias extractivas
(91%) y química y farmacéutica (90,6%).
RRHHress
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