E.B.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, fechó para el próximo 24 de agosto la aprobación del ‘banco malo’, y según se acerca la cita cada vez son mayores los nervios en el sector sobre los pormenores de estas sociedades que aglutinarán los activos tóxicos de las entidades. La gran incógnita, la valoración que se realizará de estos activos, que podría provocar fuertes pérdidas a las entidades.
Algunos expertos internacionales ya han alertado de que se vuelva a cometer el mismo error que en Irlanda, donde el denominado National Asset Management Agency (NAMA) compró los activos basándose en unas conjeturas demasiado optimistas, como se vio posteriormente. Algo similar podría ocurrir en España, donde los datos oficiales indican que los precios de las propiedades residenciales han caído un 26% desde sus máximos, caída que algunos expertos elevan hasta el 40%.
La valoración de los activos se ha convertido en un asunto peliagudo, ya que, tanto si se pasa como si se queda corta, podría causar graves perjuicios y un agravamiento de la crisis. Por un lado, si el precio que se paga por los activos inmobiliarios resulta demasiado generoso, el ‘banco malo’ posteriormente se vería obligado a venderlos a un precio inferior e incurrir en pérdidas.
Por otro lado, si se paga un precio inferior al que aparece en los balances de los bancos, serán estos los que deberán asumir pérdidas contables, en un momento en que ya se encuentran en una posición delicada después de tres años de crisis.
En el horizonte, el rescate de hasta 100.000 millones de euros concedido por Europa para recapitalizar a la banca, y del que, en principio, sólo lograrán salvarse los grandes nombres del sector. El resto podría verse obligado a acudir a las ayudas, que exigirán una nueva reestructuración de las entidades, con cierres de sucursales y despidos.
Por ahora, son las cajas rescatadas las que más energía han puesto en deshacerse se sus activos inmobiliarios. En los seis primeros meses del año, Novagalicia ha vendido un total de 1.426 inmuebles, por un importe total de 169,6 millones de euros, más que en todo el 2011, año en el que facturó 175 millones de euros. No obstante, pese a estas ventas presenta aún un stock de 5.500 viviendas.
Por su parte, CatalunyaCaixa ha logrado comercializar 3.777 viviendas en los primeros seis meses del año, un 42% más que en el mismo período del ejercicio 2011, por un importe de 630 millones de euros. El stock total de pisos en balance supera las 14.000 unidades. En el caso de Bankia, cuyo rescate se ha retrasado tras estar previsto para julio, en el primer trimestre vendió 1.600 inmuebles, por 200 millones de euros.
Bankia Hábitat, la sociedad inmobiliaria del grupo que preside José Ignacio Goirigolzarri, lanzó recientemente una campaña por la que ofrece más de 500 inmuebles con descuentos de entre el 40% y el 60% y precios desde 33.000 euros.
Bankia ofrecerá a los clientes interesados una serie de condiciones de financiación, a través de un préstamo hipotecario que financia hasta el 100% de la inversión, con el límite del 80% del valor de tasación, al Euribor + 0,90 y un plazo máximo de 40 años, sin comisión de apertura ni estudio.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, fechó para el próximo 24 de agosto la aprobación del ‘banco malo’, y según se acerca la cita cada vez son mayores los nervios en el sector sobre los pormenores de estas sociedades que aglutinarán los activos tóxicos de las entidades. La gran incógnita, la valoración que se realizará de estos activos, que podría provocar fuertes pérdidas a las entidades.
Algunos expertos internacionales ya han alertado de que se vuelva a cometer el mismo error que en Irlanda, donde el denominado National Asset Management Agency (NAMA) compró los activos basándose en unas conjeturas demasiado optimistas, como se vio posteriormente. Algo similar podría ocurrir en España, donde los datos oficiales indican que los precios de las propiedades residenciales han caído un 26% desde sus máximos, caída que algunos expertos elevan hasta el 40%.
La valoración de los activos se ha convertido en un asunto peliagudo, ya que, tanto si se pasa como si se queda corta, podría causar graves perjuicios y un agravamiento de la crisis. Por un lado, si el precio que se paga por los activos inmobiliarios resulta demasiado generoso, el ‘banco malo’ posteriormente se vería obligado a venderlos a un precio inferior e incurrir en pérdidas.
Por otro lado, si se paga un precio inferior al que aparece en los balances de los bancos, serán estos los que deberán asumir pérdidas contables, en un momento en que ya se encuentran en una posición delicada después de tres años de crisis.
En el horizonte, el rescate de hasta 100.000 millones de euros concedido por Europa para recapitalizar a la banca, y del que, en principio, sólo lograrán salvarse los grandes nombres del sector. El resto podría verse obligado a acudir a las ayudas, que exigirán una nueva reestructuración de las entidades, con cierres de sucursales y despidos.
Por ahora, son las cajas rescatadas las que más energía han puesto en deshacerse se sus activos inmobiliarios. En los seis primeros meses del año, Novagalicia ha vendido un total de 1.426 inmuebles, por un importe total de 169,6 millones de euros, más que en todo el 2011, año en el que facturó 175 millones de euros. No obstante, pese a estas ventas presenta aún un stock de 5.500 viviendas.
Por su parte, CatalunyaCaixa ha logrado comercializar 3.777 viviendas en los primeros seis meses del año, un 42% más que en el mismo período del ejercicio 2011, por un importe de 630 millones de euros. El stock total de pisos en balance supera las 14.000 unidades. En el caso de Bankia, cuyo rescate se ha retrasado tras estar previsto para julio, en el primer trimestre vendió 1.600 inmuebles, por 200 millones de euros.
Bankia Hábitat, la sociedad inmobiliaria del grupo que preside José Ignacio Goirigolzarri, lanzó recientemente una campaña por la que ofrece más de 500 inmuebles con descuentos de entre el 40% y el 60% y precios desde 33.000 euros.
Bankia ofrecerá a los clientes interesados una serie de condiciones de financiación, a través de un préstamo hipotecario que financia hasta el 100% de la inversión, con el límite del 80% del valor de tasación, al Euribor + 0,90 y un plazo máximo de 40 años, sin comisión de apertura ni estudio.
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