La crisis ha arrastrado algo más que el empleo y los ahorros de los españoles. Ha derrumbado muchos mitos que se tenían como sólidos. Será difícil reconstruirlos.
1. La Unión Europea. Pensábamos que era la casa común y solidaria de los europeos. Desde que entramos en la UE en 1986, recibimos fondos estructurales y de cohesión, sacas de dinero por así decirlo, que permitieron modernizar la economía. Ahora, desconfiamos de la Unión Europea porque los mensajes que nos llegan de sus instituciones son justamente los contrarios: ¡pagad, ahorrad, recortad!
2. Alemania. Admirada por los españoles por su carácter sólido, su organización y sus productos excelentes, ahora es vista como ‘el gran verdugo’: exige recortes, no suelta dinero, nos humilla. Su canciller es casi persona non grata. Se hacen chistes de Merkel todos los días, y mencionar su nombre produce sarpullidos.
3. El euro y el Banco Central Europeo. Por fin se puede viajar por buena parte de Europa sin cambiar billetes. Recurso ideal para los empresarios exportadores, también es un pilar sobre el que se estaba levantando la confianza de los españoles en una potente economía que hacía frente a dólar, a la libra y a cualquier moneda. Gracias a Dios nosotros teníamos al poderoso Banco Central Europeo. Gracias a él los tipos de interés a principios de los noventa bajaron a cifras insólitas. Ahora, se ve al euro y a su banco central como causa de muchos males, y hasta hay voces que claman por salir de este corsé. ¡No podemos devaluar la peseta porque no hay peseta!
4. El Banco de España. Estricto, eficaz, quizá duro, pero indudablemente era la institución que controlaba el cuadro de mando de la economía española. Sus gobernadores eran como virreyes. Desde dentro y fuera del país, todo el mundo elogiaba esa institución que había impedido que nuestro sistema quedara contagiado por otras crisis. Ahora, ha perdido poder y prestigio. Se le acusa de no haber parado la bola de nieve de la crisis a tiempo. Y el Banco reconoce: no la vimos.
5. La banca. Teníamos la banca más desarrollada y moderna del mundo. Y con más cajeros automáticos por habitante. Encima, en 2008 nuestros banqueros proclamaban: “¡Estamos limpios de hipotecas basura de EEUU!”. Pero no dijeron que había otra bomba bajo nuestros pies: las hipotecas basura españolas. Una inmensa deuda que habían contraído miles de familias, promotores y empresarios gracias al dinero barato y a la irresponsabilidad de los directores de oficina. Ahora, los banqueros son los malos de la película.
6. Las cajas de ahorro y su obra social. Manipuladas por los políticos para realizar planes megalómanos, proyectos absurdos y aventuras exóticas, las 45 cajas de ahorro se han reducido a unas 15. Y su obra social está desapareciendo. Es una de las grandes causas de nuestros males.
7. Las autonomías. No se puede hablar de la Constitución de 1978 sin hablar del estado de las autonomías. La España moderna era plural, autonómica, basada en derechos históricos y nacionalidades. Pero eso ha traído gastos, gastos y más gastos. ¿Vale la pena tener tantos parlamentos, policías autonómicas y hasta televisión local? Hasta desde el FMI y los mercados ven a las autonomías españolas como el gran agujero sin fondo.
8. El milagro español. En los diez años que van desde 1998 hasta 2007, las portadas de la prensa mundial hablaban del ‘milagro español’. El país que más empleo creaba en la UE, el país que estaba creciendo con más potencia, las multinacionales que reconquistaban América e invadían parte de Europa. Ahora, los españoles han vuelto a sus pesadillas: es el país con más paro de la UE, y ahora su economía se ha convertido en un gran temor para el resto de la Eurozona.
@ojomagico
Fuente: lainformacion.com
1. La Unión Europea. Pensábamos que era la casa común y solidaria de los europeos. Desde que entramos en la UE en 1986, recibimos fondos estructurales y de cohesión, sacas de dinero por así decirlo, que permitieron modernizar la economía. Ahora, desconfiamos de la Unión Europea porque los mensajes que nos llegan de sus instituciones son justamente los contrarios: ¡pagad, ahorrad, recortad!
2. Alemania. Admirada por los españoles por su carácter sólido, su organización y sus productos excelentes, ahora es vista como ‘el gran verdugo’: exige recortes, no suelta dinero, nos humilla. Su canciller es casi persona non grata. Se hacen chistes de Merkel todos los días, y mencionar su nombre produce sarpullidos.
3. El euro y el Banco Central Europeo. Por fin se puede viajar por buena parte de Europa sin cambiar billetes. Recurso ideal para los empresarios exportadores, también es un pilar sobre el que se estaba levantando la confianza de los españoles en una potente economía que hacía frente a dólar, a la libra y a cualquier moneda. Gracias a Dios nosotros teníamos al poderoso Banco Central Europeo. Gracias a él los tipos de interés a principios de los noventa bajaron a cifras insólitas. Ahora, se ve al euro y a su banco central como causa de muchos males, y hasta hay voces que claman por salir de este corsé. ¡No podemos devaluar la peseta porque no hay peseta!
4. El Banco de España. Estricto, eficaz, quizá duro, pero indudablemente era la institución que controlaba el cuadro de mando de la economía española. Sus gobernadores eran como virreyes. Desde dentro y fuera del país, todo el mundo elogiaba esa institución que había impedido que nuestro sistema quedara contagiado por otras crisis. Ahora, ha perdido poder y prestigio. Se le acusa de no haber parado la bola de nieve de la crisis a tiempo. Y el Banco reconoce: no la vimos.
5. La banca. Teníamos la banca más desarrollada y moderna del mundo. Y con más cajeros automáticos por habitante. Encima, en 2008 nuestros banqueros proclamaban: “¡Estamos limpios de hipotecas basura de EEUU!”. Pero no dijeron que había otra bomba bajo nuestros pies: las hipotecas basura españolas. Una inmensa deuda que habían contraído miles de familias, promotores y empresarios gracias al dinero barato y a la irresponsabilidad de los directores de oficina. Ahora, los banqueros son los malos de la película.
6. Las cajas de ahorro y su obra social. Manipuladas por los políticos para realizar planes megalómanos, proyectos absurdos y aventuras exóticas, las 45 cajas de ahorro se han reducido a unas 15. Y su obra social está desapareciendo. Es una de las grandes causas de nuestros males.
7. Las autonomías. No se puede hablar de la Constitución de 1978 sin hablar del estado de las autonomías. La España moderna era plural, autonómica, basada en derechos históricos y nacionalidades. Pero eso ha traído gastos, gastos y más gastos. ¿Vale la pena tener tantos parlamentos, policías autonómicas y hasta televisión local? Hasta desde el FMI y los mercados ven a las autonomías españolas como el gran agujero sin fondo.
8. El milagro español. En los diez años que van desde 1998 hasta 2007, las portadas de la prensa mundial hablaban del ‘milagro español’. El país que más empleo creaba en la UE, el país que estaba creciendo con más potencia, las multinacionales que reconquistaban América e invadían parte de Europa. Ahora, los españoles han vuelto a sus pesadillas: es el país con más paro de la UE, y ahora su economía se ha convertido en un gran temor para el resto de la Eurozona.
@ojomagico
Fuente: lainformacion.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario