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lunes, 2 de julio de 2012

Los alquileres de verano: negocio ruinoso para las inmobiliarias

COSTA

Mientras Almuñécar y Salobreña se desploman, Playa Granada se convierte en zona puntera, con pisos nuevos que se alquilan con facilidad 

02.07.12 - 01:30 - LAURA UBAGO | MOTRIL

Los alquileres de verano: negocio ruinoso para las inmobiliarias
Un vecino de Almuñécar camina 
frente a un inmueble con un 
apartamento en alquiler. 
:: JAVIER MARTÍN
La crisis es capaz de desnaturalizar y enrarecer algo tan típico como los alquileres de verano que abarrotaron la Costa Tropical en los años de bonanza. Atrás quedaron esos tiempos en los que se veían en los grandes bloques a familias forasteras que observaban la caída de la tarde con sus ojos puestos en el paseo, tras haberse dejado el salitre en la ducha. Eso sigue existiendo, pero ya nada es lo que era y desde hace un par de veranos se quedan pisos libres, con las persianas echadas y sin nadie que les airee la humedad.

La historia ha cambiado tanto que el alquiler de pisos de verano en la Costa Tropical ha dejado de ser un negocio rentable para los que van de legal, para las inmobiliarias, que se quedan con un pequeño porcentaje y que tienen que pagar la publicidad para promocionar los inmuebles, recompensar al personal que gestiona el alquiler y hacer frente a un sinfín de servicios, como limpieza o mantenimiento.

En Almuñécar y Salobreña, inmobiliarias que se dedicaban al alquiler de veraneo han tenido que dejar el negocio y las que están resisten con mucho esfuerzo y con expectativas «flojillas». Playa Granada, la nueva zona de expansión turística, sí aguanta bien el envite y consigue alquilar sus pisos, la mayoría muy nuevos y dentro de atractivas urbanizaciones.

Modesto Sánchez, de Inmobiliaria Gestión de Salobreña, ha tenido que dejar los alquileres de verano. «Es una pena, pero no puedes mantenerte, no hay clientes y los que hay hasta te piden apartamentos para un día. Llega un momento en que te cuesta el dinero, porque lo que deja es un 10% o un 15% y los servicios que prestas siguen siendo los mismos».

Sánchez explica que los clientes quieren alquilar a la baja y los propietarios no quieren arrastrar los precios. «La gente regatea en exceso, 1.200 euros les parece un disparate y quieren alquileres de 350 euros o 400 en el mes de agosto. Antes se empezaba a reservar en enero o en febrero y ahora esperan hasta el final y van a la baja», explica el responsable de Inmobiliaria Gestión de Salobreña.

Los agentes inmobiliarios coinciden en afirmar que el verano se ha quedado reducido a la segunda quincena de julio y la primera de agosto y así no hay quien resista. Antes la temporada era más larga y ahora se quedan muchos huecos. También comentan que antes las reservas se hacían en Semana Santa y que ahora aguantan hasta última hora.

«Me llamó un señor y me dijo que quería un piso para diez días en julio. Me indicó que no estaba dispuesto a pagar más de 400 euros y así, le expuse que era imposible». El que habla es José Luis Bonillo, un empresario emblemático de Velilla -tiene el hostal del mismo nombre-, que llegó a gestionar una veintena de pisos en Las Góndolas, bloque mítico de veraneo. En octubre cerró la sociedad dedicada a los alquileres que llevaba más de dos décadas funcionando.

«Con internet la gente busca otras ofertas, no quieren apartamentos con muchos años. Para empresas de pisos de alquiler ha dejado de ser rentable. A los porteros sí les sigue compensando porque no dan los servicios que ofrece la empresa. La oficina necesitas personal, infraestructura y el negocio está complicado», señala José Luis Bonillo, que recuerda que antes la gente iba a Almuñécar un mes «y el que venía 15 días pasaba hasta vergüenza. Ahora vienen cinco o siete noches», apunta.

Expertos en regatear 
 
Otro de los grandes expertos en los alquileres de verano es Rodolfo Pérez, gerente de Tropysol -pisos en primera línea de playa en San Cristóbal y Velilla-, que resiste a la crisis con horas de oficina -de ocho de la mañana a once de la noche- y respondiendo a centenares de 'emails' con información sobre pisos sin saber si acabarán en alquiler. «La tendencia de los últimos años es esperar a última hora y regatear. Con la que está cayendo, el cliente tiene menos ingresos y más incertidumbre. El inquilino estándar es la familia de clase media y muchas han perdido el trabajo», señala Pérez.

La empresa Tropysol gestiona unos 40 apartamentos. Su gerente explica que antes el cliente iba al mayorista de viajes y ellos hacían de intermediarios. «Se recibía un fax y se esperaba a que el cliente llegara. Ahora todo eso ha cambiado, además la zona de Velilla ha estado años bloqueada por las obras del 'parking' y ahora que trata de remontar tiene problemas de aparcamiento».

La inmobiliaria Invesa de Salobreña gestiona ahora 30 pisos en el paseo de ese municipio. Llegaron a tener 50. Y ahora cuesta mucho alquilar los que tiene. «Hay quien viene menos de una semana. El año pasado ya se quedaron pisos vacíos. Este año llevamos ya alquilados un 40% con precios de hace 5 años y para cualquier problema, seguimos estando ahí», señalan desde esta empresa.

David Vílchez, gerente de la inmobiliaria Navil de Almuñécar, reconoce que está la cosa «bastante floja». Que la primera quincena de julio tiene la ocupación muy baja y que septiembre ha desaparecido. «Nuestros alquileres incluyen ropa de cama y toallas, es como un hotel pero a bajos precios. Ya hay veranos que se quedan pisos vacíos», señala Vílchez, que explica que un piso de dos dormitorios cuesta entre 900 y 1.100 euros por quincena y que al bajar tanto los precios apenas tienen margen de beneficio. «La segunda quincena de junio está a 490 euros, qué más se puede pedir», señala el gerente de Navil.

La zona preferida 
 
Donde sí están contentos es en Playa Granada. La inmobiliaria Adaix gestiona 97 pisos en esa zona y ya tiene alquilados 82. Según indica el gerente de Adaix, Juan José Fernández, los precios han bajado un 10% y la gran baza con la que juega esta playa motrileña es que los pisos están nuevos «y los precios no varían mucho con respecto a otras zonas. Pueden estar en cien euros más y diez euros más al día no es dinero», subraya. Según Fernández, los pisos están recién estrenados mientras que en otros puntos de la Costa los hay con 30 o 40 años. Muchos tienen aire acondicionado y están en atractivas urbanizaciones.

«Para Semana Santa ya teníamos reservados el 50%, el resto se los queda gente que no sabe hasta última hora cuándo coge las vacaciones. Las urbanizaciones principales como Moriscos y Albatros ya están alquiladas. La zona es muy competitiva y conseguimos arrendar los dos meses», explica Fernández que indica que, entre los propietarios, hay gente que necesita alquilar los pisos porque los compró como inversión y tiene hipotecas altas, de unos 1.000 euros. «Con el alquiler de julio y agosto se costean los gastos todo el año. Los clientes son de Granada y el cinturón, de Jaén, Córdoba y Madrid», apunta el gerente de Adaix.

Juan José Fernández expone que la agencia te ofrece numerosos servicios que no te los da el particular. «En ocasiones he visto llegar a clientes que se lo habían alquilado al dueño directamente y no haber ni piso ni nada. A nosotros nos llaman los clientes para todo, si alguien se pone malo preguntando por el hospital, para que les arreglemos cualquier cosa... y tenemos el teléfono operativo las 24 horas», señala.

Los precios en Playa Granada son, de media en el mes de julio de 1.700 euros, mientras que alcanzan los 2.100 euros en agosto, según indica el gerente de Adaix. Domingo Vidoy, gerente de Punto Sur, dice que Playa Granada se ha convertido en zona de referencia ahora mismo. Que los alquileres van mejor este año, si cabe, que el pasado. Su inmobiliaria gestiona cerca de 40 pisos y para el mes de agosto tiene prácticamente todo alquilado. Julio ha subido un poco pero sigue siendo un mes flojo porque la mayoría de la gente tiene las vacaciones en agosto. La mayoría de los que alquilan agosto, alquilan el mes entero, cuyo precio ronda los 2.500 euros. A quien le alquila los dos meses le hace un 'paquete' a la hora de cobrarles. Dice que los porteros son cada vez menos competencia porque quien alquila con ellos no repite. Su inmobiliaria entrega los pisos impolutos y ofrece todos los servicios, como poner un microondas a familias con un bebé, cuando se lo piden.
Fuente: ideal.es

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