COSTA
Mientras Almuñécar y Salobreña se desploman, Playa Granada se convierte en zona puntera, con pisos nuevos que se alquilan con facilidad
Mientras Almuñécar y Salobreña se desploman, Playa Granada se convierte en zona puntera, con pisos nuevos que se alquilan con facilidad
La historia ha cambiado tanto que el alquiler de pisos de
verano en la Costa Tropical ha dejado de ser un negocio rentable para
los que van de legal, para las inmobiliarias, que se quedan con un
pequeño porcentaje y que tienen que pagar la publicidad para promocionar
los inmuebles, recompensar al personal que gestiona el alquiler y hacer
frente a un sinfín de servicios, como limpieza o mantenimiento.
En Almuñécar y Salobreña, inmobiliarias que se dedicaban
al alquiler de veraneo han tenido que dejar el negocio y las que están
resisten con mucho esfuerzo y con expectativas «flojillas». Playa
Granada, la nueva zona de expansión turística, sí aguanta bien el envite
y consigue alquilar sus pisos, la mayoría muy nuevos y dentro de
atractivas urbanizaciones.
Modesto Sánchez, de Inmobiliaria Gestión de Salobreña, ha
tenido que dejar los alquileres de verano. «Es una pena, pero no puedes
mantenerte, no hay clientes y los que hay hasta te piden apartamentos
para un día. Llega un momento en que te cuesta el dinero, porque lo que
deja es un 10% o un 15% y los servicios que prestas siguen siendo los
mismos».
Sánchez explica que los clientes quieren alquilar a la
baja y los propietarios no quieren arrastrar los precios. «La gente
regatea en exceso, 1.200 euros les parece un disparate y quieren
alquileres de 350 euros o 400 en el mes de agosto. Antes se empezaba a
reservar en enero o en febrero y ahora esperan hasta el final y van a la
baja», explica el responsable de Inmobiliaria Gestión de Salobreña.
Los agentes inmobiliarios coinciden en afirmar que el
verano se ha quedado reducido a la segunda quincena de julio y la
primera de agosto y así no hay quien resista. Antes la temporada era más
larga y ahora se quedan muchos huecos. También comentan que antes las
reservas se hacían en Semana Santa y que ahora aguantan hasta última
hora.
«Me llamó un señor y me dijo que quería un piso para diez
días en julio. Me indicó que no estaba dispuesto a pagar más de 400
euros y así, le expuse que era imposible». El que habla es José Luis
Bonillo, un empresario emblemático de Velilla -tiene el hostal del mismo
nombre-, que llegó a gestionar una veintena de pisos en Las Góndolas,
bloque mítico de veraneo. En octubre cerró la sociedad dedicada a los
alquileres que llevaba más de dos décadas funcionando.
«Con internet la gente busca otras ofertas, no quieren
apartamentos con muchos años. Para empresas de pisos de alquiler ha
dejado de ser rentable. A los porteros sí les sigue compensando porque
no dan los servicios que ofrece la empresa. La oficina necesitas
personal, infraestructura y el negocio está complicado», señala José
Luis Bonillo, que recuerda que antes la gente iba a Almuñécar un mes «y
el que venía 15 días pasaba hasta vergüenza. Ahora vienen cinco o siete
noches», apunta.
Expertos en regatear
Otro de los grandes expertos en los alquileres de verano
es Rodolfo Pérez, gerente de Tropysol -pisos en primera línea de playa
en San Cristóbal y Velilla-, que resiste a la crisis con horas de
oficina -de ocho de la mañana a once de la noche- y respondiendo a
centenares de 'emails' con información sobre pisos sin saber si acabarán
en alquiler. «La tendencia de los últimos años es esperar a última hora
y regatear. Con la que está cayendo, el cliente tiene menos ingresos y
más incertidumbre. El inquilino estándar es la familia de clase media y
muchas han perdido el trabajo», señala Pérez.
La empresa Tropysol gestiona unos 40 apartamentos. Su
gerente explica que antes el cliente iba al mayorista de viajes y ellos
hacían de intermediarios. «Se recibía un fax y se esperaba a que el
cliente llegara. Ahora todo eso ha cambiado, además la zona de Velilla
ha estado años bloqueada por las obras del 'parking' y ahora que trata
de remontar tiene problemas de aparcamiento».
La inmobiliaria Invesa de Salobreña gestiona ahora 30
pisos en el paseo de ese municipio. Llegaron a tener 50. Y ahora cuesta
mucho alquilar los que tiene. «Hay quien viene menos de una semana. El
año pasado ya se quedaron pisos vacíos. Este año llevamos ya alquilados
un 40% con precios de hace 5 años y para cualquier problema, seguimos
estando ahí», señalan desde esta empresa.
David Vílchez, gerente de la inmobiliaria Navil de
Almuñécar, reconoce que está la cosa «bastante floja». Que la primera
quincena de julio tiene la ocupación muy baja y que septiembre ha
desaparecido. «Nuestros alquileres incluyen ropa de cama y toallas, es
como un hotel pero a bajos precios. Ya hay veranos que se quedan pisos
vacíos», señala Vílchez, que explica que un piso de dos dormitorios
cuesta entre 900 y 1.100 euros por quincena y que al bajar tanto los
precios apenas tienen margen de beneficio. «La segunda quincena de junio
está a 490 euros, qué más se puede pedir», señala el gerente de Navil.
La zona preferida
Donde sí están contentos es en Playa Granada. La
inmobiliaria Adaix gestiona 97 pisos en esa zona y ya tiene alquilados
82. Según indica el gerente de Adaix, Juan José Fernández, los precios
han bajado un 10% y la gran baza con la que juega esta playa motrileña
es que los pisos están nuevos «y los precios no varían mucho con
respecto a otras zonas. Pueden estar en cien euros más y diez euros más
al día no es dinero», subraya. Según Fernández, los pisos están recién
estrenados mientras que en otros puntos de la Costa los hay con 30 o 40
años. Muchos tienen aire acondicionado y están en atractivas
urbanizaciones.
«Para Semana Santa ya teníamos reservados el 50%, el
resto se los queda gente que no sabe hasta última hora cuándo coge las
vacaciones. Las urbanizaciones principales como Moriscos y Albatros ya
están alquiladas. La zona es muy competitiva y conseguimos arrendar los
dos meses», explica Fernández que indica que, entre los propietarios,
hay gente que necesita alquilar los pisos porque los compró como
inversión y tiene hipotecas altas, de unos 1.000 euros. «Con el alquiler
de julio y agosto se costean los gastos todo el año. Los clientes son
de Granada y el cinturón, de Jaén, Córdoba y Madrid», apunta el gerente
de Adaix.
Juan José Fernández expone que la agencia te ofrece
numerosos servicios que no te los da el particular. «En ocasiones he
visto llegar a clientes que se lo habían alquilado al dueño directamente
y no haber ni piso ni nada. A nosotros nos llaman los clientes para
todo, si alguien se pone malo preguntando por el hospital, para que les
arreglemos cualquier cosa... y tenemos el teléfono operativo las 24
horas», señala.
Los precios en Playa Granada son, de media en el mes de
julio de 1.700 euros, mientras que alcanzan los 2.100 euros en agosto,
según indica el gerente de Adaix. Domingo Vidoy, gerente de Punto Sur,
dice que Playa Granada se ha convertido en zona de referencia ahora
mismo. Que los alquileres van mejor este año, si cabe, que el pasado. Su
inmobiliaria gestiona cerca de 40 pisos y para el mes de agosto tiene
prácticamente todo alquilado. Julio ha subido un poco pero sigue siendo
un mes flojo porque la mayoría de la gente tiene las vacaciones en
agosto. La mayoría de los que alquilan agosto, alquilan el mes entero,
cuyo precio ronda los 2.500 euros. A quien le alquila los dos meses le
hace un 'paquete' a la hora de cobrarles. Dice que los porteros son cada
vez menos competencia porque quien alquila con ellos no repite. Su
inmobiliaria entrega los pisos impolutos y ofrece todos los servicios,
como poner un microondas a familias con un bebé, cuando se lo piden.
Fuente: ideal.es
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