- Jorge Rafael Videla ha escuchado su condena sin inmutarse
- La Justicia argentina lo condena por un delito de lesa humanidad...
- ... como parte de un "plan de aniquilación" para acabar con la "subversión"
RTVE.es / Efe - BUENOS AIRES 06.07.2012 - 00:36h
El exdictador argentino Jorge Rafael Videla ha escuchado sentado en primera fila y sin inmutarse, su condena a 50 años de prisión por el robo de bebés como práctica sistemática para acabar con la “subversión” durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983). Esta condena se suma a la pena de cadena perpetua que ya pesa contra Videla por delitos de lesa humanidad cometidos durante el régimen de facto.
La justicia considera los robos de bebés un delito probado de lesa humanidad “mediante la
práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y
ocultamiento de niños menores de 10 años", en el contexto de un "plan general de aniquilación" contra parte de la población civil con el argumento de acabar con la "subversión" durante la dictadura militar.
Junto con Videla se sientan en el banquillo el ex dictador Reynaldo Bignone, condenado a 15 años, Antonio Vañek, exalmirante condenado a 40 años, el
ex-capitán de fragata Jorge Eduardo Acosta alias “el Tigre”,
sentenciado a 30, y el exgeneral Omar Riveros, a 20, entre otros
represores de la dictadura militar como Rubén Oscar Franco, Jorge
Magnacco, Juan Antonio Azic, Eduardo Ruffo, Víctor Gallo y Susana Inés
Colombo.
El juicio por el robo de bebés durante la última
dictadura argentina, que dejó un saldo de 30.000 desaparecidos según
estimaciones del Gobierno y organismos humanitarios, comenzó por una denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo
y abarca más de una treintena de casos. En su mayoría, hijos de mujeres
que dieron a luz en los centros clandestinos de detención de la Escuela
Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), la guarnición militar de
Campo de Mayo y el denominado Pozo de Banfield, en el conurbano
bonaerense.
Según las estimaciones de organizaciones
humanitarias, 105 niños robados durante la dictadura han recuperado su
identidad, aunque aún hay más de 400 denuncias pendientes por casos similares.
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