Si los bancos pagasen IVA aportarían 2.600 millones al año... pero la UE no lo permite

Hoy, 06:00 h. | Álex Medina R. 

Supermercados, panaderos, hosteleros, libreros o consumidores en general se han echado a temblar con la intención del Gobierno de elevar los tipos mínimos que se aplican a ciertos productos. Mientras tanto, y hasta que no salga adelante el impuesto de transacciones financieras, Bruselas impide que los bancos generen ingresos por IVA.

Standard & Poor's (S&P) manifestó el jueves su escepticismo respecto a que la línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros concedida a la banca española por la Unión Europea vaya a reducir los problemas de financiación del sistema a corto plazo. En la imagen, una bandera de España junto a la sede de Bankia en Madrid el 21 de junio de 2012. REUTERS/Sergio Pérez

La Unión Europea no se va a mover un centímetro de sus obsesiones. Ha exigido a España durante años que suba el IVA porque es uno de los países con el tipo general más bajo y por su escasa recaudación (la más pobre respecto a las posibilidades del tributo, con apenas el 42% del total).

Bruselas no permite, en cambio, tocar a los bancos desde un punto de vista fiscal. Los servicios financieros son uno de los pocos a los que la Unión Europea protege en todo el ámbito de aplicación del impuesto.

Es decir, que están exentos de su pago en cualquier territorio europeo en lo que respecta a la prestación de un servicio (transacciones, sobre todo).

Lo que no deja de ser un pequeño obstáculo en la montaña de problemas que España está afrontando para cuadrar sus cuentas. Según los Técnicos de Hacienda (Gestha), si las operaciones financieras comunes estuvieran acogidas al pago normal del IVA, las arcas públicas recibirían cada año unos 2.600 millones.

¿Eso es mucho o poco? Parece poco, pero es la misma cantidad que el Ejecutivo del Partido Popular pretende obtener con su amnistía fiscal, más de la mitad de lo que supuso la subida del IRPF y casi lo mismo que el recorte en Educación (que se estimó en unos 3.000 millones).

En el conjunto de la Unión Europea, aplicar el IVA a los servicios que ofrece la banca añadiría unos 30.000 millones de euros, el 3% del PIB de España.

A cambio, las autoridades comunitarias preparan su particular Impuesto sobre Transmisiones Financieras, por el que se recaudaría en España casi el doble que con el IVA, unos 5.000 millones de euros, en cálculos de los Técnicos de Hacienda.

En concreto, la primera propuesta comunitaria establecía unos tipos mínimos y obligatorios del 0,1% para todas las transacciones financieras excepto las relativas a los contratos de derivados y del 0,01% para aquellas relacionadas con los derivados.

Para las arcas de Bruselas

Lo malo es que esta nueva figura tributaria que prepara el Viejo Continente parece reservada en un principio (su forma definitiva aún está siendo objeto de debate) para financiar el presupuesto de la propia Unión Europea y no el de los países miembros.

Hasta el momento, la práctica mayoría de los países comunitarios han visto con buenos ojos la medida, toda vez que "se cree cada vez más que el sector financiero debe realizar una contribución más equitativa", explica la propuesta de directiva aprobada el otoño pasado.

Un pequeño sector no se lo tomó tan bien y el más belicoso fue el Reino Unido, que incluso amenaza con no firmar el nuevo Tratado de la UE si se incluye la nueva tasa. No es para menos su enfado: el 36% de la industria financiera europea (según PwC) tiene sede en territorio inglés y un recargo dañaría su posición privilegiada como puerta de entrada a la inversión extranjera en el continente.

En cualquier caso, y a la espera de que se decida el destino final de los ingresos, la tasa sí guarda algunas ventajas. En opinión de Gestha, contribuiría a reducir la especulación financiera y estabilizar los mercados, todo ello sin generar una salida general del capitales, ya que los costes de esta evasión son superiores al propio pago de la tasa.

Según los técnicos, se calcula que la especulación financiera mueve anualmente en todo el mundo unos 3.300 billones de euros, cifra 70 veces superior que el PIB mundial, y su contribución a las arcas públicas a través de impuestos es muy baja.
Fuente: lainformacion.com