F. Tadeo
4/06/2012 - 8:12
El agujero será mayor por las cifras del grupo BFA-Bankia
Las principales inmobiliarias creadas por la banca elevaron
las pérdidas el año pasado a, al menos, 4.000 millones. Este agujero se
produjo por las rebajas de valoración en los activos adjudicados, las
provisiones que cubren hasta el 25% y las ventas de pisos por debajo de
la tasación.
La cuantía de los números rojos es superior
porque algunas entidades, entre ellas Bankia, no están incluidas por
falta de datos en sus cuentas auditadas de 2011. Además, hay otras
dos entidades, Liberbank y BMN, que aún no tienen constituida una
sociedad promotora y tienen distribuidos los activos en diferentes
firmas. Ambas están en proceso de creación de una única inmobiliaria.
Fruto de la última reforma todas los grupos financieros tendrán que
contar a finales de año con una compañía que aglutine las viviendas y
los terrenos en su posesión. A pesar de la situación por la que
atraviesa el sector del ladrillo y las consecuencias para la banca, el
Gobierno ha preferido no dar salida a este stock con la puesta en
marcha de un banco malo, para el que se articularían ayudas y por el
que las entidades podrían haber desconsolidado esta carga.
En cambio, Economía ha preferido, a través de su primera reforma de
febrero, endurecer las provisiones por estos activos. El suelo tendrá
que ser cubierto por dotaciones de hasta el 80%, los pisos en
construcción al 65% y las viviendas terminadas, al 35%.
Más provisiones para vender
El
ministro Luis de Guindos considera que con estos niveles de provisiones
las entidades pondrán en el mercado las viviendas al haber descontado
ya el valor a precios de mercado.
Hasta ahora el sector se estaba desprendiendo de inmuebles con una
rebaja de en torno al 3%. Pero sólo para algunas promociones. Y no todas
las entidades estaban dispuestas a asumir esa pérdida al considerar que
pueden afrontar los requerimientos en un periodo amplio sin necesidad
de vender a importes bajos. Éste, por ejemplo, es el caso del
Popular, que continúa con el plan de negocio para maximizar el retorno
de estos activos en un horizonte temporal de cinco años.
Las exigencias del decreto de febrero fijó unas necesidades para los
activos inmobiliarios de hasta 40.000 millones (25.000 en provisiones y
15.000 en colchón de capital). Estos requerimientos elevarán durante
este ejercicio y el próximo el agujero de las sociedades promotoras de
la banca.
El Gobierno sólo ha hado una salida factible al sector para aligerar
esta carga. Con la segunda reforma, aprobada este mes, las entidades
podrán llevar a cabo fusiones de sus inmobiliarias con las de otros
grupos. De esta manera, podrán desconsolidar del balance estas empresas y
anotarse únicamente las pérdidas por método de participación en la
firma resultante, además de poder liberar provisiones y capital.
Para ello será necesario que al menos se integren tres inmobiliarias ,
para que el porcentaje de posesión de las entidades baje del 50 por
ciento y puedan llevar a cabo el desgajamiento. El sector aún tiene
dudas sobre la normativa que regulará estas sociedades promotoras.
Otra alternativa, que es la que desea el Ejecutivo, es la venta de
estas sociedades a inversores privados una vez se hayan realizado todas
las provisiones. Fuentes de distintas entidades financieras
consideran que esta fórmula a día de hoy es poco probable por el bajo
interés que existe para adquirir en España este tipo de compañías, a no
ser que el precio ofertado sea de derribo.
Anticipación
Las
pérdidas de algunas inmobiliarias en 2011 son más elevadas por la
decisión de sus matrices de adelantar parte del saneamiento exigido por
el Ministerio de Economía. Este es el caso, por ejemplo, del Santander.
La inmobiliaria del banco cántabro, Altamira, es la que mayor agujero
presenta debido, en buena parte, a la anticipación de las dotaciones
por la cartera de pisos y suelo. Sus números rojos se elevaron a 742
millones de euros. Otras como la de la nacionalizada CatalunyaCaixa
también reflejan este tipo de medidas.
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