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miércoles, 6 de junio de 2012

Francia castiga el alquiler abusivo de minipisos

05.06.2012 París Raquel Villaécija
“Se alquila estudio en barrio bohemio de París por 600 euros al mes”. La realidad que maquilla el anuncio es otra muy distinta, pues lo que se oferta en verdad es una habitación en la que conviven cama, cocina y baño, y en una zona más popular que alternativa. Otros anunciantes ni siquiera esconden el abuso: “habitación en alquiler, sexto piso sin ascensor. 900 euros al mes”.

Sin eufemismos ni paños calientes, ofertas como estas abundan en las web francesas de búsqueda de piso y las publicaciones inmobiliarias de anuncios. El Gobierno francés ha decidido cortarle las alas a los avispados y ha aprobado una norma para regular estos atropellos.

Desde hace unos meses, los propietarios que se excedan en las demandas a sus inquilinos tendrán que pagar más impuestos. “Algunos piden más de 90 euros por metro cuadrado. Es totalmente abusivo”, ha denunciado el secretario de Estado de Vivienda, Benois Apparu.

Aunque el impuesto afecta a todo el mercado inmobiliario, el objetivo es “regular la práctica de alquileres abusivos de pequeños espacios sobre todo en París y la región”. A pesar de las elevadas sumas exigidas por los propietarios, a éstos no les resulta difícil encontrar candidatos dispuestos a pagar semejantes cifras, dado el déficit de viviendas existente.

En concreto, ocho millones de personas viven en condiciones de hacinamiento en Francia, según la fundación Abee Pierre, y más del 60% de los franceses aseguran tener problemas para encontrar una casa en la que vivir por culpa de los precios, según Ipsos. El resultado de este desequilibrado mercado se ha traducido este año en una subida anual de cerca del 2% en los alquileres, el incremento más alto desde 2009.

La medida puesta en marcha por el Gobierno persigue encontrar el precio justo en los lugares donde existe una brecha entre la oferta y la demanda. Se aplicará tanto en el caso de pisos usados como en los de nueva construcción que se alquilen por un mínimo de nueve meses.

La tasa se aplicará a los microespacios de menos de 14 metros cuadrados por los que se pida más de 40 euros el metro. A partir de ahora los propietarios codiciosos tendrán que pagar 60 o 70 euros de tasas -en lugar de las 40 actuales- por cada 100 euros de alquiler. “Esto les disuadirá a la hora de reclamar tales sumas”, ha señalado Benoit Apparu.

Escasa en suelo, en la capital francesa abundan toda suerte de microespacios. Según el economista Michel Mouillart, en el centro de la ciudad se contabilizan alrededor de 100 zulos a precios imposibles, aunque hay un número importante de habitáculos que viven sumergidos en el mercado negro, precisamente para ocultar los excesos.

“Sus inquilinos son sobre todo estudiantes o personas sin demasiados recursos que eligen el centro de la ciudad para no tener que desplazarse”, ha denunciado Aparru. “Cuanto más se abuse más impuestos pagarán”, ha advertido por su parte la ministra de Presupuesto, Valerie Pécresse.

Francia está en el punto álgido de su boom del ladrillo. Desde el año 2000, los precios del mercado inmobiliario acumulan una subida del 125%, en el caso de los apartamentos usados, y del 80% en el caso de las casas, según datos de la Federación Nacional de Agencias Inmobiliarias (Fnaim).

Sólo el año pasado los precios de los pisos escalaron un 7,3% en el país y un 22% en la capital. Los expertos creen que los costes se aliviarán este año, con caídas de entre el 2 y el 5%, mientras que París, a salvo de los descensos, registrará incrementos más moderados, de entre el 2 y el 3%, según la Fnaim; y del 10%, según Century 21. Los expertos, eso sí, no valoran la posibilidad de una ruptura. Suerte para unos, desgracia para otros, la vivienda es insuficiente aún en la abarrotada ciudad de la luz.

Los minipisos españoles

“La dignidad no se mide en metros cuadrados”. La frase pronunciada en 2005 por la entonces ministra de Vivienda, Maria Antonia Trujillo, pasó a la Historia. En pleno boom inmobiliario, la encargada del ramo aprobó construir minipisos protegidos de menos de 30 metros cuadrados para aliviar el problema de la vivienda, sobre todo en los jóvenes.

Criticada por oposición y por las asociaciones en defensa de una vivienda digna, la iniciativa quedó finalmente reflejada en su plan nacional y estaba dirigida a los menores de 35 años que buscaban un alquiler.

A pesar de la poca aceptación que tuvo la iniciativa en 2008, la ministra Beatriz Corredor retomó los planes de su antecesora en el cargo al establecer una superficie mínima en las viviendas sociales de 30 metros cuadrados, mientras que el límite anterior se fijaba en 70 metros.

Pero el estallido de la burbuja y la crisis económica dinamitaron los planes de las políticas. Aunque el problema de la vivienda es compartido en París y en Madrid, al otro lado de los Pirineos la demanda de viviendas supera la oferta mientras que en España, tras el crack inmobiliario, hay mercado para varias generaciones y lo que faltan son sueldos con los que pagan las rentas, abusivas o no.Fuente: Expansión.com

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