El lado oculto del consumo
Cada vez más desarrolladoras aceptan empezar a cobrar en pesos las cuotas para los proyectos nuevos
A
costa de frenar las ventas, Guillermo Moreno logró que el mercado
inmobiliario argentino empezara a pesificarse. Ante la alternativa de
perder a los clientes a los que les resulta cada vez más difícil acceder
a los dólares, cada vez más desarrolladoras inmobiliarias que están
lanzando proyectos nuevos aceptan cobrar las cuotas en pesos, aunque el
mercado de las propiedades usadas continúa mayoritariamente dolarizado.
"Cuando salimos a ofrecer los proyectos totalmente en pesos, la sensación que tienen los clientes es que les estamos ofreciendo un descuento. Y si bien a muchos no los termina de convencer el hecho de que se trata de cuotas ajustables en pesos, termina pesando más el temor a endeudarse en dólares", explicó Patricio Rozenblum, socio de la desarrolladora Baires Apartments, que ahora está ofreciendo el pago total en pesos de los edificios de viviendas Ramblas Boulevard (en el barrio porteño de Villa Urquiza) e Independencia 4085 (Almagro).
Sin alternativas
Detrás de la decisión de cada vez más desarrolladoras de aceptar pesos, no se encuentra una súbita vocación de defensa de la moneda, sino la necesidad de incentivar a la alicaída demanda. Hace unas semanas, el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires informó que en febrero se firmaron 3063 escrituras de compraventa de propiedades, lo que implica una caída interanual del 18,1 por ciento en el número de operaciones. Se trata de la tercera baja consecutiva en las ventas y la más pronunciada en más de dos años y medio. "Pesificar las cuotas fue la única alternativa que encontramos para evitar un freno en las ventas y de hecho desde que decidimos empezar a trabajar con esta modalidad logramos sostener la demanda, mientras que nuestros competidores que optaron por mantenerse en dólares sufrieron más la caída", señaló Marcelo Orfila, director del grupo Monarca, uno de los principales desarrolladores que ya están pesificando las ventas de las unidades que comercializan en Nordelta, Santa Bárbara y San Isidro.
Los pioneros
Una de las pioneras en pesificar sus operaciones fue la constructora P&S, que comenzó a aceptar pesos a fines de 2008 cuando la caída del banco norteamericano Lehman Brothers y la crisis subprime produjeron un primer impacto en el mercado inmobiliario mundial, incluido el argentino. "Nosotros tenemos un negocio integrado y al trabajar con una constructora propia no tenemos problemas en pesificar nuestros precios. La realidad es que la construcción tiene un componente importado bajísimo, con lo que perfectamente se puede operar en pesos", explica Lucas Zalcwas, director de P&S..
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