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domingo, 6 de mayo de 2012

La extrema unción. Se derrumba la clase media española

Domingo, 6 de mayo de 2012

[Img #2717]José Juan Cano Vera.
Romper la vieja alianza entre don Quijote y don Juan Tenorio, asegura Enric Juliana i Ricart, habrá de ser uno de los grandes desafíos de los españoles, escribe el maestro Carlos Herrera en un breve, pero sustancioso análisis, sobre el libro MODESTA ESPAÑA que ha publicado estos días el periodista y escritor catalán.

El tema de fondo es la caída de la clase media entre el aznarato y el zapaterato. Unos sanchos panzas que dejaron crecer la burbuja inmobiliaria, y otros que se no atrevieron a pincharla o a reventarla. El resultado está a la vista, situación que puede arruinarnos, porque lo que pide el ciudadano, hoy, ahora mismo, es que hayan menos pobres, menos ricos y más clase media. No una mesocracia burguesa, sino estabilidad económica como pronosticaba Adam Smith en su conocido libro LA RIQUEZA DE LAS NACIONES, todavía en vigor.

Poco o nada catastrofista, sigue escribiendo Herrera, sugiere que la modestia está reñida con el carácter español, y no digamos con la épica, no obstante será la única salida a un mundo en el que la clase media tiende a desdibujarse y desaparecer.

España se aboca a un panorama tan incierto como el resto del lagarto mediterráneo. La teoría, es mi opinión personal, de Enric Juliana y de Carlos Herrera, es equivocada aunque don Diego de Miranda trate con modestia a don Alonso Quijano, consejero de don Quijote apesadumbrado.

La gran virtud y el gran problema de nuestra clase media es una mal entendida humildad que la suele trasladar y conducir al disparadero, a la épica, como ocurrió en el siglo pasado con el resultado de un millón de muertos, una dictadura que fabricó su propia revolución industrial y un Estado de las Autonomías que nos ha hecho regresar a la Edad Media política de la aristocracia de los nacionalismos , y de una economía de las clases altas.

No sabe el presidente Rajoy, desconoce el presidente del Gobierno del partido de las clases medias españolas, que está jugando con fuego, y el primer aviso le ha venido de la lideresa Esperanza Aguirre, advirtiéndole.

[Img #2718] 
Hemos roto la humildad, y ahora estamos a punto de liquidar esa modestia que es el argumento de la clase media para llenarse de razones y lanzarse por el tobogán de la épica social, buscar en la calle lo que no encuentra en La Moncloa. La clase media española tiene conciencia de su poder y por ende, a medio plazo, puede llegar a la ruptura porque la paciencia no es un don divino, fue la que trajo a la II República después envilecida por la soberbia populista e ignorancia social de unos políticos y unas masas populares engañadas por la intoxicación y la demagogia. Hasta en la misma contienda. No fue la República de todos, como el agua, aquí en Murcia.

Cometerían un error de proyección histórica los Rajoy, los Rubalcaba y los Cayo Lara si sólo llevan a efecto reformas y recortes económicos, financieros, sociales, culturales, sanitarios y laborales. Nuestro problema es mucho más serio y profundo. Se trata de la urgente reforma del modelo de Estado que desde luego no pasa tampoco por la eliminación de la Monarquía parlamentaria por medio de la agitación o confundiendo a la opinión pública, sistema político de indudable éxito en las democracias más equilibradas de Europa. Y el mismo Japón. La mayoría de los españoles, cada vez más en número, estamos convencidos que se necesita un cambio que remodele un Estado con el agua al cuello y unos nacionalismos instalados en la asfixiante presión institucional, y en una rebeldía encubierta que pone en peligro la paz. No sólo han fracasado los políticos instrumentalizando y manipulando al Estado. También el sistema. Esta Constitución, la actual, ya no nos sirve. Hay que reformarla. Pensamos en un Estado Federal con una base legal razonablemente fuerte.

Recordamos, finalmente, que Alonso Quijano vivió en un mundo fantástico y que murió cuerdo y arrepentido de sus muchos disparates, pero dejó como herencia su idealismo para una España modesta, humilde y épica, como esa clase media, no aburguesada, que ha forjado parte importante de nuestra Historia, desde la llamada guerra de la Independencia y la Constitución de mil ochocientos doce. Por eso, cuidado, porque los españoles estamos sufriendo mucho, una vez más, y porque se observan pasos en direcciones opuestas, en Canarias, Cataluña, País Vasco, Andalucía y Aragón, que han plantado cara al Gobierno de las Autonomías, precisamente. Una infeliz paradoja.

El otro problema es que tenemos desgraciadamente una oposición escasamente preparada. Ha tomado la calle en un gesto sin igual en la Europa civilizada. Se ha establecido una disfunción ideológica que ha abierto una gran fosa entre ls dos grandes formaciones política, con el aplauso de las minorías de Izquierda Unida, los sindicatos maniqueístas y de clase, y el separatismo cada vez más arriscado. Es el enfrentamiento de unas derechas incapaces de sentar bases de diálogo, y unas izquierdas a las que les ocurre lo mismo. Así llevamos siglos. Irremediablemente estamos abocados al fracaso como nación sino se llega a un gran Pacto de Estado o de concentración nacional. Huele a humo, evidentemente en éste gran país que se quema. 

NOTA DEL AUTOR.-Queda claro, primero, que don Quijote, hidalgo, formó parte de la clase media de su época, y que nosotros somos sus desafortunados herederos, herederos, que según las estadísticas, cobran una media de DIECIOCHO MIL EUROS anuales individualmente. Y segundo .Que los políticos no forman parte de ésta clase media que anda a trancas y barrancas en estos días de pena y gloria patria....
Fuente: VEGAMEDIAPRESS.COM

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