Vivienda
El Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (SIMA 2012) arranca con la presencia de más de 150 expositores y cerca de 400 promociones, muchas de ellas a precio de coste y en su mayoría de primera residencia ubicadas en la Comunidad de Madrid. El portal inmobiliario pisos.com ofrece un decálogo de claves para encontrar la mejor vivienda.
Alicia Aragón / pisos.com 19 de abril de 2012
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Viviendas en venta.
Foto: José González / Qué!
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El Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (SIMA 2012) ofrece oportunidades de compra de primera residencia en Ifema hasta el domingo. El portal pisos.com ha elaborado un decálogo de consejos para que el comprador logre encontrar la vivienda que más se adapte a sus necesidades.
El
punto partida antes de comenzar la búsqueda de una vivienda es analizar
la situación personal en la que nos encontramos. ¿Estamos solteros y
sin compromiso? ¿Tenemos una familia con varios miembros? Algo tan
sencillo como esto condiciona de un modo decisivo tanto la localización
del inmueble como la superficie y el número de habitaciones de la misma.
¿Cuáles son nuestros ingresos? ¿A cuánto ascienden nuestros gastos fijos mensuales? ¿Podemos determinar nuestros gastos variables? Lo aconsejable es no destinar más del 30% del sueldo a pagar la renta de alquiler o la cuota de la hipoteca. El ahorro previo es fundamental, tanto si se quiere ser propietario (entrada+notaría+gestoría) como si se quiere ser inquilino (agencia+fianza).
La situación de nuestro futuro lugar de residencia influye en el precio del inmueble. Las claves de un buen piso nos las dan los servicios con los que cuente. Desde las redes de transporte público e infraestructuras de la zona hasta los centros comerciales y las dotaciones sanitarias y educacionales. Se recomienda dar una vuelta por el barrio un día entre semana en hora punta para valorar el tráfico y la aglomeración, así como un fin de semana por la noche para ver si hay mucho ruido.
La eterna pregunta para la que no existe una única respuesta. Si los planos personal, económico y laboral acompañan, entran en juego otros factores como la zona donde se quiere vivir y el ahorro previo. La regla general es que si la renta de alquiler es más barata que la cuota hipotecaria se recomienda alquilar, si bien no siempre resulta más asequible esta opción. Todo depende del precio de venta. Actualmente, dado el alto precio de la financiación, se puede pagar un alquiler que iguale a una cuota hipotecaria, ahorrando los intereses de la misma en un depósito, saliendo incluso ganando. Así pues, el verdadero condicionante en estos momentos es la situación económica del comprador o inquilino.
Tiempo, paciencia y perseverancia son tres pautas esenciales de una búsqueda con resultados idóneos. Portales inmobiliarios como pisos.com lo ponen muy fácil, ya que ponen al servicio del comprador/inquilino una oferta muy amplia. Para comenzar a buscar, el usuario aplica una serie de filtros en función de sus necesidades, además de activar alarmas y guardar en favoritos los inmuebles que más le convencen. Después, se van seleccionando y descartando en sucesivas visitas los pisos que más convienen. Por último, se cierran las visitas y se abre la puerta de la negociación.
Una cosa es el precio que marca la oferta y otra es el precio por el que se cierra la operación, Durante el proceso, comprador y vendedor acercan posturas. Conocer el precio medio del metro cuadrado resultará de gran utilidad. Este parámetro ya no se circunscribe únicamente al entorno nacional, autonómico, provincial o de capital de provincia, sino que existen herramientas que lanzan cifras por municipio, distrito y código postal. La recopilación previa de información sobre precios ayuda a moldear una actitud tranquila y firme cuando llega el momento de negociar.
No hay que tener miedo a negociar, ya que se trata de algo habitual, más aún en estos momentos en los que un buen ajuste marca la diferencia entre hacer o no efectiva la compra .A la hora de visitar la vivienda, se debe tomar buena nota de todos los posibles defectos que tenga para solicitar una rebaja en el precio: si necesita reformas, si tiene mala orientación, si el edificio está mal conservado, si hay exceso de ruido, etc. Es muy importante, no mostrar un 'enamoramiento' de la casa a primera vista. Es mejor mostrarse tranquilo e indicar en todo momento que se están valorando varias posibilidades. La decisión no tiene que ser inmediata.
Antes de firmar cualquier documento contractual, sea de compra o de alquiler, éste debe ser leído a conciencia. Es esencial leer todas y cada una de las cláusulas que figuran en el mismo y pedir que nos expliquen con detalle todo aquello que no comprendamos. Cualquier expresión que no tengamos clara debe ser expuesta de forma sencilla por la parte contraria. Si algo no nos queda lo suficientemente claro, en el mercado inmobiliario existen gran multitud de profesionales a los que recurrir. Recibir asesoramiento es una de las mejores alternativas.
Hay que evitar sorpresas. Por ejemplo, si vamos a ser propietarios, habrá que verificar en el Registro de la Propiedad que la vivienda está libre de cargas, que no está sujeta a ningún régimen de protección, que no nos la venden con inquilinos, etc. Asimismo, si vamos a ser inquilinos, hay que asegurarse de cuántos meses de fianza nos van a pedir, si el contrato se renueva cada año automáticamente, cuándo y sobre qué porcentaje se actualiza la renta, etc.
Los impuestos que gravan la compra de una vivienda suponen un gasto extra. El IVA, el ITP, el IBI, la tasa de basuras... Este es uno de los defectos frente al alquiler. Sin embargo, la deducción es más favorecedora para el comprador que para el inquilino. Durante toda la vida de la hipoteca y sin límite de base imponible, un contribuyente percibirá el 15% de las cantidades aportadas a la adquisición de su vivienda hasta un límite anual de 9.040. Sin embargo los inquilinos podrán deducirse el 10,05% del importe total anual de las mensualidades, siempre y cuando perciban una renta inferior a 24.107 euros.
Fuente: QUÉ!
1. Evaluar la situación personal.
2. Calcular el presupuesto disponible.
¿Cuáles son nuestros ingresos? ¿A cuánto ascienden nuestros gastos fijos mensuales? ¿Podemos determinar nuestros gastos variables? Lo aconsejable es no destinar más del 30% del sueldo a pagar la renta de alquiler o la cuota de la hipoteca. El ahorro previo es fundamental, tanto si se quiere ser propietario (entrada+notaría+gestoría) como si se quiere ser inquilino (agencia+fianza).
3. Elegir dónde queremos vivir.
La situación de nuestro futuro lugar de residencia influye en el precio del inmueble. Las claves de un buen piso nos las dan los servicios con los que cuente. Desde las redes de transporte público e infraestructuras de la zona hasta los centros comerciales y las dotaciones sanitarias y educacionales. Se recomienda dar una vuelta por el barrio un día entre semana en hora punta para valorar el tráfico y la aglomeración, así como un fin de semana por la noche para ver si hay mucho ruido.
4. ¿Comprar o alquilar?
La eterna pregunta para la que no existe una única respuesta. Si los planos personal, económico y laboral acompañan, entran en juego otros factores como la zona donde se quiere vivir y el ahorro previo. La regla general es que si la renta de alquiler es más barata que la cuota hipotecaria se recomienda alquilar, si bien no siempre resulta más asequible esta opción. Todo depende del precio de venta. Actualmente, dado el alto precio de la financiación, se puede pagar un alquiler que iguale a una cuota hipotecaria, ahorrando los intereses de la misma en un depósito, saliendo incluso ganando. Así pues, el verdadero condicionante en estos momentos es la situación económica del comprador o inquilino.
5. Buscar, seleccionar y visitar.
Tiempo, paciencia y perseverancia son tres pautas esenciales de una búsqueda con resultados idóneos. Portales inmobiliarios como pisos.com lo ponen muy fácil, ya que ponen al servicio del comprador/inquilino una oferta muy amplia. Para comenzar a buscar, el usuario aplica una serie de filtros en función de sus necesidades, además de activar alarmas y guardar en favoritos los inmuebles que más le convencen. Después, se van seleccionando y descartando en sucesivas visitas los pisos que más convienen. Por último, se cierran las visitas y se abre la puerta de la negociación.
6. Calcular el precio de la vivienda.
Una cosa es el precio que marca la oferta y otra es el precio por el que se cierra la operación, Durante el proceso, comprador y vendedor acercan posturas. Conocer el precio medio del metro cuadrado resultará de gran utilidad. Este parámetro ya no se circunscribe únicamente al entorno nacional, autonómico, provincial o de capital de provincia, sino que existen herramientas que lanzan cifras por municipio, distrito y código postal. La recopilación previa de información sobre precios ayuda a moldear una actitud tranquila y firme cuando llega el momento de negociar.
7. Negociar el precio.
No hay que tener miedo a negociar, ya que se trata de algo habitual, más aún en estos momentos en los que un buen ajuste marca la diferencia entre hacer o no efectiva la compra .A la hora de visitar la vivienda, se debe tomar buena nota de todos los posibles defectos que tenga para solicitar una rebaja en el precio: si necesita reformas, si tiene mala orientación, si el edificio está mal conservado, si hay exceso de ruido, etc. Es muy importante, no mostrar un 'enamoramiento' de la casa a primera vista. Es mejor mostrarse tranquilo e indicar en todo momento que se están valorando varias posibilidades. La decisión no tiene que ser inmediata.
8. Entender las condiciones del contrato.
Antes de firmar cualquier documento contractual, sea de compra o de alquiler, éste debe ser leído a conciencia. Es esencial leer todas y cada una de las cláusulas que figuran en el mismo y pedir que nos expliquen con detalle todo aquello que no comprendamos. Cualquier expresión que no tengamos clara debe ser expuesta de forma sencilla por la parte contraria. Si algo no nos queda lo suficientemente claro, en el mercado inmobiliario existen gran multitud de profesionales a los que recurrir. Recibir asesoramiento es una de las mejores alternativas.
9. Conocer los trámites.
Hay que evitar sorpresas. Por ejemplo, si vamos a ser propietarios, habrá que verificar en el Registro de la Propiedad que la vivienda está libre de cargas, que no está sujeta a ningún régimen de protección, que no nos la venden con inquilinos, etc. Asimismo, si vamos a ser inquilinos, hay que asegurarse de cuántos meses de fianza nos van a pedir, si el contrato se renueva cada año automáticamente, cuándo y sobre qué porcentaje se actualiza la renta, etc.
10. Conocer la fiscalidad.
Los impuestos que gravan la compra de una vivienda suponen un gasto extra. El IVA, el ITP, el IBI, la tasa de basuras... Este es uno de los defectos frente al alquiler. Sin embargo, la deducción es más favorecedora para el comprador que para el inquilino. Durante toda la vida de la hipoteca y sin límite de base imponible, un contribuyente percibirá el 15% de las cantidades aportadas a la adquisición de su vivienda hasta un límite anual de 9.040. Sin embargo los inquilinos podrán deducirse el 10,05% del importe total anual de las mensualidades, siempre y cuando perciban una renta inferior a 24.107 euros.
Fuente: QUÉ!

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