Un juez venezolano denuncia que el presidente le presionaba en sus decisiones
El juez venezolano y ex magistrado de la Corte
Suprema de Justicia, Eladio Aponte Aponte, destituido el pasado 20 de
marzo tras su vinculación con un presunto narcotraficante, ha decidido
poner en marcha el ventilador y sacar a la luz nuevos casos que ligan a
altos cargos y militares con operaciones de narcotráfico. Aponte se
encuentra desde el pasado martes en Washington, donde está colaborando
con la DEA, la agencia antidrogas de EE UU, tras permanecer varias
semanas oculto en Costa Rica tras su huida de Venezuela.
Sus declaraciones en una larga entrevista a una televisión y su posterior declaración a la DEA, filtradas por «El Nuevo Herald», vinculan al narcotráfico con el ministro de Defensa de Venezuela, Henry Rangel Silva, el general Cliver Alcalá, y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Aponte desvela que en Venezuela las sentencias se compran, que se daba perdón a presuntos narcos por órdenes que venían desde arriba y que el juez que no pasaba por el aro era «removido». Detalla que llegó a recibir una llamada desde Presidencia para proteger a un teniente detenido por un alijo de cocaína.
El juez, que en el pasado también fue fiscal militar, ofrece jugosos detalles cuando dice que «las líneas conductoras de la justicia en Venezuela» se cocinan todos los viernes por la mañana en una reunión entre el vicepresidente del país, Elías Jaua, la fiscal general y la presidenta de la Corte Suprema. Y añade que Hugo Chávez le llamó para «que condujera de una manera conveniente hacia el Gobierno las investigaciones» del llamado «caso Paracachitos».
Aponte huyó de Venezuela después de que el presunto narcotraficante Walid Makled reconociera que el juez ahora prófugo le entregó una carnet que le acreditaba como su asistente y que le permitía moverse con total impunidad. Argumenta que huyó porque temía ser asesinado y resume su situación como la del «perseguidor perseguido». Además, añade que tiene documentos comprometidos para el chavismo en Panamá y República Dominicana.
Ángel Álvarez, director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, explica a LA RAZÓN que el caso Aponte sólo tendrá un gran impacto en el país si aporta pruebas incriminatorias. Roberto Giusti, periodista de «Globovisión», afirma que las acusaciones del ex magistrado «son la confirmación de los altos niveles de narcotráfico y corrupción que sufre el país».
Más duro ha sido Johan Peña, ex comisario de la Dirección Nacional de los Servicios de Inteligencia, quien ha asegurado que lo dicho por el juez «trae suficiente información para demostrar que Venezuela ha sido transformada en un narcoestado». El ministro de Exteriores, Nicolás Maduro, denunció ayer que se trata de un plan de EE UU para desestabilizar el país y dijo que Aponte «ha vendido su alma a la DEA».
Los misterios sobre la salud del presidente venezolano, Hugo Chávez, siguen creciendo tras haber pasado cinco días sin que haya realizado ninguna aparición pública en Cuba, donde sigue su tratamiento contra el cáncer tras haber sido operado por tercera vez. Según el periodista venezolano Nelson Bocaranda, «la enfermedad del paciente no disminuye, sino que por el contrario avanza».
Fuente: LA RAZÓN.es
Sus declaraciones en una larga entrevista a una televisión y su posterior declaración a la DEA, filtradas por «El Nuevo Herald», vinculan al narcotráfico con el ministro de Defensa de Venezuela, Henry Rangel Silva, el general Cliver Alcalá, y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Aponte desvela que en Venezuela las sentencias se compran, que se daba perdón a presuntos narcos por órdenes que venían desde arriba y que el juez que no pasaba por el aro era «removido». Detalla que llegó a recibir una llamada desde Presidencia para proteger a un teniente detenido por un alijo de cocaína.
El juez, que en el pasado también fue fiscal militar, ofrece jugosos detalles cuando dice que «las líneas conductoras de la justicia en Venezuela» se cocinan todos los viernes por la mañana en una reunión entre el vicepresidente del país, Elías Jaua, la fiscal general y la presidenta de la Corte Suprema. Y añade que Hugo Chávez le llamó para «que condujera de una manera conveniente hacia el Gobierno las investigaciones» del llamado «caso Paracachitos».
Aponte huyó de Venezuela después de que el presunto narcotraficante Walid Makled reconociera que el juez ahora prófugo le entregó una carnet que le acreditaba como su asistente y que le permitía moverse con total impunidad. Argumenta que huyó porque temía ser asesinado y resume su situación como la del «perseguidor perseguido». Además, añade que tiene documentos comprometidos para el chavismo en Panamá y República Dominicana.
Ángel Álvarez, director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, explica a LA RAZÓN que el caso Aponte sólo tendrá un gran impacto en el país si aporta pruebas incriminatorias. Roberto Giusti, periodista de «Globovisión», afirma que las acusaciones del ex magistrado «son la confirmación de los altos niveles de narcotráfico y corrupción que sufre el país».
Más duro ha sido Johan Peña, ex comisario de la Dirección Nacional de los Servicios de Inteligencia, quien ha asegurado que lo dicho por el juez «trae suficiente información para demostrar que Venezuela ha sido transformada en un narcoestado». El ministro de Exteriores, Nicolás Maduro, denunció ayer que se trata de un plan de EE UU para desestabilizar el país y dijo que Aponte «ha vendido su alma a la DEA».
Incógnitas sobre su salud
Los misterios sobre la salud del presidente venezolano, Hugo Chávez, siguen creciendo tras haber pasado cinco días sin que haya realizado ninguna aparición pública en Cuba, donde sigue su tratamiento contra el cáncer tras haber sido operado por tercera vez. Según el periodista venezolano Nelson Bocaranda, «la enfermedad del paciente no disminuye, sino que por el contrario avanza».
Fuente: LA RAZÓN.es
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