22/04/2012 - 16:35
Paul Krugman
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El Nobel de Economía de 2008, Paul Krugman, cree que no hay
esperanza para Europa y piensa que los líderes europeos, al no admitir
la "equivocación" de sus políticas, están "decididos a tirar su economía
-y su sociedad- por un precipicio". Advierte que "el mundo entero
pagará por ello".
El economista estadounidense, en la columna que publica en El País, carga contra los líderes europeos, acusándolos de optar por el "suicidio económico
para el continente en su conjunto". Krugman fundamenta su afirmación en
la insistencia en que los distintos gobiernos, guiados por Alemania,
insisten en políticas de rigurosa austeridad que, según él, "sumen a las economías deprimidas en una depresión aún más profunda".
Según Krugman, los gobiernos desaprovecharon la oportunidad de
cambiar de rumbo cuando a finales del pasado otoño ofreció el Banco
Central Europeo, en una operación de rescate, crédito indefinido a las
entidades financieras con problemas que presentaran como garantía de
pago bonos estatales. No lo hicieron y "al insistir en sus políticas e
ideas que no dieron resultados", se condenaron.
Sobre España, hoy, "epicentro de la crisis", el Nobel dice que "se encuentra en una depresión
en toda regla" y apunta que su tasa de desempleo -23,6%- es "comparable
a las de EEUU en el peor momento de la Gran Depresión". Insiste en que
en esa situación, aplicar una estricta política de austeridad sólo
llevará al país a una depresión aún mayor.
Si a Krugman le agrada tanto hablar de España es porque considera al
país ejemplo de que no sólo un endeudamiento excesivo puede conducir a
una situación difícil. "España no era derrochadora desde el punto de
vista fiscal en los albores de la crisis". El problema habría sido su
"enorme burbuja inmobiliaria" y el que hecho de que al estallar "la
economía española fue abandonada a sus suerte". Según Krugman, "los problemas fiscales españoles son una consecuencia de su depresión, no su causa".
La única alternativa que Krugman vislumbra en el horizonte para
enderezar el rumbo de la economía española y de la de toda la eurozona
sería dar un golpe de timón: "Quizá una salida del euro y el
restablecimiento de las monedas nacionales". Cualquier cosa, por difícil
que sea, es considerada por el Nobel preferible a continuar en la senda
de la austeridad rigurosa. "Europa necesita más políticas monetarias
expansionistas, con un BCE aceptando una inflación algo más elevada".
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