El socialista François Hollande ha ganado por poco la primera ronda de las elecciones presidenciales francesas y disputará la jefatura del Estado al presidente Nicolas Sarkozy el 6 de mayo. Los votantes de la ultraderechista Marine Le Pen decidirán el duelo.
El candidato socialista a la presidencia gala, Francois Hollande, sale de un colegio electoral de Tulle (Francia), en la primera vuelta de los comicios presidenciales, en los que se presentan diez candidatos al cargo de jefe del Estado.EFE |
Los votantes de extrema derecha podrían decidir al próximo presidente de Francia después de que el porcentaje récord conseguido por la derechista Marine Le Pen en
la primera ronda de las elecciones sacudió la carrera entre el
socialista y favorito François Hollande y el presidente conservador
Nicolas Sarkozy.
Hollande, de centro izquierda, venció a Sarkozy por un estrecho margen
en la primera vuelta, en la que participaron 10 candidatos, con un
28,6%, frente a un 27,1% del actual mandatario, dijo el Ministerio del
Interior con un 99 % de los votos contados.
Sin embargo, Le Pen acaparó el protagonismo con un 18% de las
preferencias, el mejor resultado logrado por un candidato de extrema
derecha.
Cinco años después de su llegada al Palacio del Elíseo, Sarkozy se ha
convertido en el primer presidente que pierde en primera vuelta de las
presidenciales durante la V República francesa y encara ahora el reto
del "más difícil todavía".
Un reto que afronta desde una
perspectiva bien distinta Hollande, que al poco de conocerse su victoria
se presentó públicamente como "el candidato de los que quieren pasar
página" y el artífice de "la unión por el cambio".
También dijo que sabe que en el resto del continente se le mira y que se esperan de él decisiones para "reorientar a Europa sobre el camino del crecimiento y del empleo".
Más allá de la pugna Hollande-Sarkozy, la gran sorpresa la ha protagonizaso la candidata del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, que consiguió el 18% de los sufragios.
Le
Pen se mostró exultante con las estimaciones disponibles y dijo que la
batalla por Francia "no ha hecho más que empezar", aunque no precisó
cuándo enviará una consigna a sus votantes para que opten o no por
apoyar a Sarkozy en la segunda ronda.
El vigor demostrado en las
urnas por el partido de Le Pen daría la razón a quienes consideraron que
la aproximación de Sarkozy al campo de la ultraderecha, sobre todo en
la recta final de la campaña, no le proporcionó réditos suficientes.
Los apoyos "sociológicos" que los institutos demoscópicos atribuyen en
segunda vuelta a Hollande se agregan a la aproximación de los sondeos de
los últimos días, que pronosticaron la mínima ventaja de la primera
vuelta del mismo modo que prevén una distancia más amplia en la segunda y
decisiva.
Los resultados de hoy no sorprenden con relación a los
que los institutos de sondeos auguraban al final de la campaña y dan
testimonio de que el giro dado por Sarkozy, asumiendo incluso propuestas
de su rival, no ha convencido al electorado.
La segunda vuelta se
presenta a priori más fácil para el aspirante socialista, toda vez que
los votantes de izquierdas en Francia le darán su apoyo, en muchos casos
no tanto por su poder de convicción como para ahuyentar cualquier
presagio de un segundo mandato de Sarkozy.
Tanto la candidata
ecologista, Eva Joly, como el del Frente de Izquierda, Jean-Luc
Mélenchon, ya han hecho llamamientos al voto de la izquierda para sacar a
Sarkozy del Elíseo.
Una votación esta de la primera vuelta
celebrada hoy en Francia , interpretada ya como una reacción contra el
presidente candidato, con niveles de popularidad en mínimos históricos
para un inquilino del Elíseo, pero también como un respaldo al aspirante
concebido como un mal menor.
El viraje hacia postulados propios
de la ultraderecha protagonizado por Sarkozy -a pesar de que la gestión
del presidente de las masacres cometidas en Toulouse y Montauban por el
islamista Mohamed Merah pareció contentar a los votantes de ese ala
ideológica- no ha evitado un ascenso de la candidata del Frente
Nacional, Marine le Pen.
La confirmación de la cuarta plaza para
el líder del Frente de la Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, estrella
ascendente de las últimas semanas, deja sin respaldo en la urnas una
subida de popularidad que no ha convencido tanto a los electores a la
hora de votar.
La victoria de Hollande pone fin a una campaña
dominada por los temas esencialmente franceses, por la crisis económica,
por la pérdida de la máxima consideración de Francia por parte de las
agencias de calificación de riesgo y por la ausencia en el debate de los
asuntos de política exterior.
Durante las próximas dos semanas
los dos rivales tienen ante sí la posibilidad de perfilar sus opciones y
de jugar sus últimas cartas, con la mano a favor Hollande y sin poder
ahorrar ni una sola baza Sakozy .
Fuente: lainformacion.com
Fuente: lainformacion.com
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