EE.UU. y España siguen sufriendo los efectos del estallido del mercado, mientras China trata de desinflar la burbuja
Por SUDEEP REDDY
Por SUDEEP REDDY
Cuatro años después de que el estallido de la
burbuja inmobiliaria estadounidense desencadenase una crisis financiera
global, los problemas del sector en Estados Unidos y otros países siguen
afectando a la economía global.
Las familias y los bancos españoles están sufriendo las consecuencias
del estallido de la burbuja. El gobierno chino, a su vez, intenta
enfriar el auge inmobiliario para que no dañe la segunda economía del
mundo, mientras que en EE.UU., el mercado de bienes raíces sigue
retrasando la recuperación económica.
El Fondo Monetario Internacional
exhortará esta semana a los ministros de Finanzas de las principales
economías del mundo a que adopten medidas más agresivas para ayudar a
las familias asfixiadas por las deudas hipotecarias. La entidad cree que
estas iniciativas apuntalarán el consumo y el crecimiento global.
El FMI estima que el sector inmobiliario y el déficit federal son las
aéreas que necesitan más atención en EE.UU. Los precios de las
viviendas han caído 34% desde el máximo alcanzado en 2006, y más de dos
millones de propiedades están siendo ejecutadas. En el caso de casi uno
de cada cuatro propietarios estadounidenses, el valor de la deuda es
superior al de sus viviendas.
El FMI entró en un debate altamente politizado al respaldar la
propuesta del gobierno de Barack Obama de usar fondos públicos para
reducir las hipotecas de algunos deudores en esta situación. Un
regulador inmobiliario clave ha expresado escepticismo con respecto al
plan, y muchos republicanos se oponen, preocupados de que aliente a los
deudores a no pagar sus deudas con la esperanza de verla reducida.
Christine Lagarde, la directora gerente del FMI, apoyo públicamente
la semana pasada la idea de reducir las hipotecas. "Las familias
estadounidenses tienen que tener algún alivio'', aseveró.
El FMI analizó 99 colapsos inmobiliarios en 25 economías avanzadas
durante las tres últimas décadas y halló que las crisis precedidas por
un gran aumento en el endeudamiento de las familias tienden a ser más
severas. En estos casos, el bache económico persiste al menos cinco
años.
La tendencia es generalizada en todo el mundo. Al final del auge
inmobiliario, las familias endeudadas recortan el gasto y provocan una
disminución de la demanda, del empleo y de los salarios. "Esto pone en
marcha una reacción negativa en cadena que provoca más impagos, los
bancos se vuelven más reacios a conceder créditos, y esto puede ser muy
perjudicial para la economía a largo plazo", dijo Daniel Leigh,
economista del FMI.
España está inmersa en ese ciclo. En 2007, el fin del auge de la
construcción desembocó en una caída del empleo y del consumo. Los
problemas presupuestarios están alentando los temores de que España
necesitara un rescate financiero. Los precios de las viviendas han
bajado 20% desde 2007, pero muchos analistas piensan que tienen que
bajar 20% adicional.
China, por su parte, no ha propulsado
su auge inmobiliario endeudando a las familias. Los precios de las
viviendas cayeron un poco, pero al gobierno le preocupa que un descenso
más pronunciado perjudique a una economía que ha perdido fuerza.
La inversión china en complejos residenciales alcanzó 9% de su
economía el año pasado, una marca solamente alcanzada por España en
2007, según Nicholas Lardy, experto en China del centro de estudios
Peterson Institute for International Economics,. El máximo para EE.UU.
fue 6% en 2005.
El boom inmobiliario chino empezó en 2004 cuando las tasas de interés
reales de los depósitos bancarios fueron negativas, una política del
gobierno que obligó a los ahorradores a buscar alternativas más
rentables. "La gente se ha inclinado por los bienes raíces porque no
puedes llevar tu dinero al extranjero y la bolsa está manipulada" dijo
Lardy. El gobierno ha intentado desinflar la burbuja exigiendo pagos
iniciales más altos. Sin embargo, todavía quedan incentivos para que las
familias prefieran invertir su dinero en el sector inmobiliario.
Debido a que la burbuja inmobiliaria china era demasiado grande, sus
repercusiones pueden afectar al país durante años, disminuyendo el
crecimiento económico, dicen los expertos. A medida que los precios de
las casas bajan, las ventas en el resto de la economía también se
reducen. Las iniciativas del gobierno pueden aliviar el dolor del
estallido de la burbuja inmobiliaria, concluyó el FMI.
Fuente: THE WALL STREET JOURNAL

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