A través de su fundación y diversas editoriales, Sánchez Ruipérez fue durante 60 años clave en el fomento y divulgación de la cultura y el mundo del libro
Winston Manrique Madrid 12 FEB 2012 - 14:20 CET
Setenta años vinculado al mundo de la cultura y del libro en España, cumplía este 2012 Germán Sánchez Ruipérez, fallecido esta madrugada en República Dominicana. Era uno de los más importantes editores y mecenas culturales y creó más de 150 empresas. Fallecido a los 85 años, nació el 12 de septiembre de 1926 en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), y entre sus grandes aportaciones se encuentran la creación del Grupo Anaya con varias editoriales independientes; y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, encargada de la divulgación, el fomento y el estudio de la lectura. Su último proyecto fue la Casa del Lector, prevista su inauguración en Madrid este año.
Una labor que llevó a que la Asociación Española de Fundaciones dijera en 2006 que Germán Sánchez Ruipérez era "ejemplo de mecenas cultural de nuestro tiempo". Resuenan hoy, también, las palabras de Fernando Lázaro Carreter: "Nada ha escapado al designio de Germán Sánchez Ruipérez de mediar entre el público y la cultura en su sentido más amplio". Y las de hace dos años de Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes y exdirector de la RAE: "No es momento de recordar todos los pasos. Sí de decir que cuando se desprendió del negocio editorial no terminó la vida de este hombre realista soñador. Llevaba tiempo gestando en su mente el proyecto de la fundación y la soñó tan grande y activa que un día llegó a decir: ‘Anaya será una anécdota en mi vida’. Camino va de ello".
La historia de Sánchez Ruipérez se encaminó hacia el mundo de la cultura y el libro una vez finalizada la Guerra Civil. Su familia se trasladó a Salamanca, donde compraron la librería Cervantes. Pronto, en 1942, Germán Sánchez se incorpora al negocio familiar, abandonando sus estudios de bachillerato para vincularse a la librería que llegaría a ser una de las más importantes de España. En 1953 se casa con Ofelia Grande Rodríguez. En uno de sus viajes a Londres conoce a la persona de la cual aprenderá las claves del negocio editorial: sir Stanley Unwin, considerado decano de los editores.
Cinco años después funda Ediciones Anaya, en Salamanca. Al comienzo se centró en la edición de libros educativos y de texto, contribuyendo a la renovación de este segmento del negocio editorial y alcanzando muy rápidamente una posición de vanguardia en este sector. Más adelante, aprovecha la estructura de Anaya para dar forma a otras empresas editoriales, creando unas: Cátedra, Pirámide, Barcanova, Algaida, Anaya Multimedia, Anaya Interactiva, etc...; y adquiriendo y potenciando otras: Tecnos, Bibliograf, Credsa, Alianza, Ediciones del Prado...
A finales de los años setenta nace Grupo Anaya bajo una estructura de holding con diversas editoriales y empieza a ampliar sus empresas al continente latinoamericano con empresas independientes del sector español.
Es en 1981 cuando crea la fundación que lleva su nombre, dedicada al fomento y divulgación de la cultura con énfasis en el mundo del libro y la lectura. Hoy existen tres sedes con diferentes propósitos o misiones: Madrid, Salamanca y Peñaranda de Bracamonte. La primera centra sus actividades en el fomento de la lectura y múltiples actividades culturales; la de Salamanca gira en torno al mundo de la literatura infantil y juvenil, investigando en hábitos y estrategias para fomentar la lectura desde los primeros años; y la de Peñaranda de Bracamonte mira hacia el inmediato futuro a través del Centro de Investigaciones Tecnológicas Avanzadas (CITA), que trabaja en el desarrollo de tecnologías para la sociedad.
Su último proyecto fue la Casa del Lector, en el complejo cultura Matadero, de Madrid, prevista su inauguración este año, aunque ya ha empezado sus actividades en otros escenarios culturales. Dirigida por el escritor y exministro de Cultura César Antonio Molina, la Casa del Lector se dedicará a investigar las múltiples formas de lectura, acorde también los tiempos actuales del mundo dual, analógico y digital, y en la formación de sus intermediarios.
Fuente: EL PAÍS.com
Una labor que llevó a que la Asociación Española de Fundaciones dijera en 2006 que Germán Sánchez Ruipérez era "ejemplo de mecenas cultural de nuestro tiempo". Resuenan hoy, también, las palabras de Fernando Lázaro Carreter: "Nada ha escapado al designio de Germán Sánchez Ruipérez de mediar entre el público y la cultura en su sentido más amplio". Y las de hace dos años de Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes y exdirector de la RAE: "No es momento de recordar todos los pasos. Sí de decir que cuando se desprendió del negocio editorial no terminó la vida de este hombre realista soñador. Llevaba tiempo gestando en su mente el proyecto de la fundación y la soñó tan grande y activa que un día llegó a decir: ‘Anaya será una anécdota en mi vida’. Camino va de ello".
La historia de Sánchez Ruipérez se encaminó hacia el mundo de la cultura y el libro una vez finalizada la Guerra Civil. Su familia se trasladó a Salamanca, donde compraron la librería Cervantes. Pronto, en 1942, Germán Sánchez se incorpora al negocio familiar, abandonando sus estudios de bachillerato para vincularse a la librería que llegaría a ser una de las más importantes de España. En 1953 se casa con Ofelia Grande Rodríguez. En uno de sus viajes a Londres conoce a la persona de la cual aprenderá las claves del negocio editorial: sir Stanley Unwin, considerado decano de los editores.
Cinco años después funda Ediciones Anaya, en Salamanca. Al comienzo se centró en la edición de libros educativos y de texto, contribuyendo a la renovación de este segmento del negocio editorial y alcanzando muy rápidamente una posición de vanguardia en este sector. Más adelante, aprovecha la estructura de Anaya para dar forma a otras empresas editoriales, creando unas: Cátedra, Pirámide, Barcanova, Algaida, Anaya Multimedia, Anaya Interactiva, etc...; y adquiriendo y potenciando otras: Tecnos, Bibliograf, Credsa, Alianza, Ediciones del Prado...
A finales de los años setenta nace Grupo Anaya bajo una estructura de holding con diversas editoriales y empieza a ampliar sus empresas al continente latinoamericano con empresas independientes del sector español.
Es en 1981 cuando crea la fundación que lleva su nombre, dedicada al fomento y divulgación de la cultura con énfasis en el mundo del libro y la lectura. Hoy existen tres sedes con diferentes propósitos o misiones: Madrid, Salamanca y Peñaranda de Bracamonte. La primera centra sus actividades en el fomento de la lectura y múltiples actividades culturales; la de Salamanca gira en torno al mundo de la literatura infantil y juvenil, investigando en hábitos y estrategias para fomentar la lectura desde los primeros años; y la de Peñaranda de Bracamonte mira hacia el inmediato futuro a través del Centro de Investigaciones Tecnológicas Avanzadas (CITA), que trabaja en el desarrollo de tecnologías para la sociedad.
Su último proyecto fue la Casa del Lector, en el complejo cultura Matadero, de Madrid, prevista su inauguración este año, aunque ya ha empezado sus actividades en otros escenarios culturales. Dirigida por el escritor y exministro de Cultura César Antonio Molina, la Casa del Lector se dedicará a investigar las múltiples formas de lectura, acorde también los tiempos actuales del mundo dual, analógico y digital, y en la formación de sus intermediarios.
Fuente: EL PAÍS.com
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