El número de negocios relacionados con la venta de pisos en 2007 rondaba los 90, de los que sólo permanece en activo una treintena
E. CAMPO
La crisis se llevó por delante a dos tercios de las inmobiliarias con sede en la ciudad. En tan sólo cinco años, la cifra de negocios relacionados con la venta de pisos pasó de 90 a 30, según los profesionales del sector. Las primeras en cerrar sus puertas han sido las franquicias, que habían proliferado en los últimos años del «boom» de la construcción. El parón de ventas no sólo hizo que dos de cada tres agencias echaran el cierre, sino que muchas de las que aún resisten han tenido que cambiar de local y prescindir de parte de su personal para ahorrar costes.
«Quedamos los que llevamos muchos años, y aún así no sé cómo resistimos», advierte Cruz Herrero, propietaria de la agencia inmobiliaria del mismo nombre. Y es que la salida del túnel aún está lejos, según sostienen los agentes inmobiliarios. Las transacciones de compra y venta siguen siendo muy escasas, con una crisis financiera que impide a muchos de los potenciales clientes acceder a una hipoteca bancaria. Según algunos de los agentes consultados, los alquileres son el único nicho de negocio con posibilidades, pero también con dudas, ya que el parque de pisos vacíos aumentó en los últimos meses al no poder seguir pagando los inquilinos.
Los profesionales también achacan los cierres de agencias a la falta de experiencia de muchos de los responsables de estos negocios que proliferaron en los tiempos de bonanza. Eso, y la multiplicación desbordada del número de inmobiliarias. «Está claro que había demasiadas inmobiliarias para el número de viviendas que se construyeron en Avilés, que comparado con otras ciudades fueron muy pocas», afirma Ángel Fernández, de la agencia Maspalomas; en su opinión cabría más vivienda nueva, aunque en este momento nadie se atreve.
La caída, cuenta, comenzó en verano de 2007. Fue entonces cuando los profesionales comenzaron a ver que el mercado se complicaba, que las ventas se iban ralentizando poco a poco... Y en 2008 ya comenzó el «pinchazo» en toda regla. A esto se suma la resistencia de los propietarios a moderar los precios, y que afecta tanto a la venta como al alquiler. Según los responsables de las agencias, hay propietarios que acceden rebajar en 50 e incluso 100 euros el precio mensual de renta, pero que muchos otros se empecinan en pedir unos alquileres que las familias no se pueden permitir actualmente. «No se pueden pedir 600 euros, 500 como mucho», aseguran. Esas son las tarifas que imponen muchos propietarios, que prefieren tener sus pisos vacíos que rebajar tarifa. En el otro extremo están las personas con baja capacidad económica que pretenden encontrar pisos de 300 euros o incluso 250 en Avilés. «De esos, no hay».
Cuenta Cruz Herrero que en los últimos meses se detecta un nuevo tipo de comprador: el que está a la búsqueda del «chollo». Porque hay propietarios que, ahogados por las deudas y las hipotecas, se ven obligados a deshacerse de inmuebles al precio que sea, y los compradores que no tienen dificultades financieras aprovechan la ocasión. «Acabo de vender un piso buenísimo que me llegó muy rebajado, por 186.000 euros, y acabaron vendiendo por 150.000; los compradores sólo quieren chollos».
Los responsables de las inmobiliarias avilesinas han iniciado un trabajo conjunto para profesionalizar el sector, con el objetivo de impulsar un código ético de buenas prácticas.
Fuente: lne.es
Una esquela, entre varios anuncios de inmobiliarias. miki lópez |
La crisis se llevó por delante a dos tercios de las inmobiliarias con sede en la ciudad. En tan sólo cinco años, la cifra de negocios relacionados con la venta de pisos pasó de 90 a 30, según los profesionales del sector. Las primeras en cerrar sus puertas han sido las franquicias, que habían proliferado en los últimos años del «boom» de la construcción. El parón de ventas no sólo hizo que dos de cada tres agencias echaran el cierre, sino que muchas de las que aún resisten han tenido que cambiar de local y prescindir de parte de su personal para ahorrar costes.
«Quedamos los que llevamos muchos años, y aún así no sé cómo resistimos», advierte Cruz Herrero, propietaria de la agencia inmobiliaria del mismo nombre. Y es que la salida del túnel aún está lejos, según sostienen los agentes inmobiliarios. Las transacciones de compra y venta siguen siendo muy escasas, con una crisis financiera que impide a muchos de los potenciales clientes acceder a una hipoteca bancaria. Según algunos de los agentes consultados, los alquileres son el único nicho de negocio con posibilidades, pero también con dudas, ya que el parque de pisos vacíos aumentó en los últimos meses al no poder seguir pagando los inquilinos.
Los profesionales también achacan los cierres de agencias a la falta de experiencia de muchos de los responsables de estos negocios que proliferaron en los tiempos de bonanza. Eso, y la multiplicación desbordada del número de inmobiliarias. «Está claro que había demasiadas inmobiliarias para el número de viviendas que se construyeron en Avilés, que comparado con otras ciudades fueron muy pocas», afirma Ángel Fernández, de la agencia Maspalomas; en su opinión cabría más vivienda nueva, aunque en este momento nadie se atreve.
La caída, cuenta, comenzó en verano de 2007. Fue entonces cuando los profesionales comenzaron a ver que el mercado se complicaba, que las ventas se iban ralentizando poco a poco... Y en 2008 ya comenzó el «pinchazo» en toda regla. A esto se suma la resistencia de los propietarios a moderar los precios, y que afecta tanto a la venta como al alquiler. Según los responsables de las agencias, hay propietarios que acceden rebajar en 50 e incluso 100 euros el precio mensual de renta, pero que muchos otros se empecinan en pedir unos alquileres que las familias no se pueden permitir actualmente. «No se pueden pedir 600 euros, 500 como mucho», aseguran. Esas son las tarifas que imponen muchos propietarios, que prefieren tener sus pisos vacíos que rebajar tarifa. En el otro extremo están las personas con baja capacidad económica que pretenden encontrar pisos de 300 euros o incluso 250 en Avilés. «De esos, no hay».
Cuenta Cruz Herrero que en los últimos meses se detecta un nuevo tipo de comprador: el que está a la búsqueda del «chollo». Porque hay propietarios que, ahogados por las deudas y las hipotecas, se ven obligados a deshacerse de inmuebles al precio que sea, y los compradores que no tienen dificultades financieras aprovechan la ocasión. «Acabo de vender un piso buenísimo que me llegó muy rebajado, por 186.000 euros, y acabaron vendiendo por 150.000; los compradores sólo quieren chollos».
Los responsables de las inmobiliarias avilesinas han iniciado un trabajo conjunto para profesionalizar el sector, con el objetivo de impulsar un código ético de buenas prácticas.
Fuente: lne.es
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