El compromiso educativo de Hispanoamérica

Alieto Guadagni

ALIETO GUADAGNI es economista graduado 

en la Universidad Nacional de Buenos Aires,

 con estudios de postgrado en la Universidad

 de Chile y Doctorado en la Universidad de 

California (Berkeley)

TRIBUNA

19-02-2012
Los Jefes de Estado y de gobiernos Iberoamericanos asumieron importantes compromisos educativos, esto ocurrió en la XX Cumbre Iberoamericana, celebrada en Mar del Plata en diciembre del 2010 con la presencia del Rey de España. En esta Cumbre se aprobó el Programa “Metas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios”. La meta 14 de este compromiso se refiere a la ampliación de las escuelas de tiempo completo en el nivel primario, estableciendo que “En 2015, al menos el 10% de las escuelas públicas de educación primaria es de tiempo completo, y entre el 20% y 50% lo es en 2021”.Es sabido que en Argentina, a contrario de lo que ocurre en otros países de la región como Chile, es escasa la asistencia de los niños a escuelas estatales con doble escolaridad o jornada extendida, ya que nuestro exiguo calendario escolar comprende apenas 4 horas diarias de asistencia a la escuela primaria. En el ciclo primario estatal que comprende a casi 3,5 millones de alumnos asistían hacia el año 2010 a escuelas de doble escolaridad, según el Ministerio de Educación, apenas 199.810 (el 5,7 por ciento). En la ciudad de Buenos Aires esta proporción se ubicaba en el 45 por ciento por ciento, una gran desigualdad se observa cuando a poca distancia en el conurbano bonaerense, donde asistían a la escuela primaria estatal 625.120 alumnos, mayoritariamente humildes, esta proporción cae drásticamente al 1,7 por ciento con apenas 10.492 alumnos. Son muchas las provincias donde la jornada extendida aun hoy beneficia a menos del 3 por ciento de la totalidad de los alumnos; aquí vale mas la decisión política que la disponibilidad de recursos presupuestarios, ya que existen provincias con grandes regalías mineras y petroleras e incluso altos niveles de coparticipación federal de impuestos, donde es mínima la asistencia a escuelas de jornada extendida. Recordemos que la ley 26075 de financiamiento educativo, sancionada en el 2005, había dispuesto en su artículo 2 que hacia el 2010 por lo menos el 30 por ciento de las escuelas estatales debía tener jornada extendida. Esta ley está incumplida, a pesar que es una norma muy meritoria porque dispone que la extensión de la jornada debe comenzar prioritariamente ampliando la jornada de las escuelas donde asiste la población de menos recursos económicos. Lamentablemente esta ley aun está lejos de ser cumplida, ya que no ha habido progresos desde su sanción, y aquí radica una diferencia creciente entre los niños que pueden ir, abonando la cuota a escuelas privadas con jornada extendida y los pobres que no tienen esta opción en la escuela estatal; cuando se dicto la ley en el 2005 asistían a estas escuelas 195.021 alumnos, después de cinco años esta magnitud se ubica en apenas 199.810. Según lo dispuesto por la ley en la actualidad deberían gozar de los beneficios de la jornada extendida 1050.000 niños (30 por ciento de una matrícula primaria estatal de 3.500.000 alumnos), pero el caso es que los beneficiarios eran en el 2010, como hemos visto, apenas la quinta parte de la meta legal, que exige multiplicar ya sin demoras cinco veces la cobertura vigente. Estamos en presencia de un gran desafío, ya que el compromiso adicional de máxima que hemos asumido en la Cumbre Presidencial de Mar del Plata significa que en los próximos años habrá que multiplicar nada menos que nueve veces la cobertura actual de la jornada extendida, hasta incluir a 1,8 millones de niños en este régimen escolar en el nivel primario estatal. Es hora que el Congreso se ocupe del cumplimiento efectivo de las leyes que dicta, especialmente de las que procuran la igualdad de oportunidades educativas para los más humildes.
Fuente: EL IMPARCIAL