El historiador John King y la poeta Malva Flores publican dos estudios sobre Plural y Vuelta, revistas creadas por el Nobel que tuvieron un impacto más allá de las fronteras mexicanas
Sábado 28 de enero de 2012 Yanet Aguilar Sosa | El Universal
REDACCIÓN DE “PLURAL”. De pie, de izquierda a derecha: Tomás Segovia, Gabriel Zaid, Marie-José Paz, Alejandro Rossi, José de la Colina y Salvador Elizondo. Sentados: Octavio Paz, Juan García Ponce, Michelle Albán y Kazuya Sakai, en una imagen tomada por Rogelio Cuéllar en 1975 (Foto: ESPECIAL) |
“El espíritu crítico. La convicción de que a partir de la literatura era posible crear otros mundos y criticar éste, fue un motor importante de ambas publicaciones”, dice la poeta y ensayista Malva Flores al reflexionar sobre Plural y Vuelta, las dos revistas que creó y animó el poeta Octavio Paz en los últimos 27 años de su vida.
La pasión crítica del Premio Nobel de Literatura 1990 también es valorada por el historiador norteamericano John King, quien asegura que Plural, dirigida por Paz entre 1971 y 1976, fue “una revista abierta al mundo” que con los años se convirtió en el eje de la vida intelectual hispanoamericana.
Los dos revistas emblemáticas animadas por Paz -quien también alentó antes Taller y El hijo pródigo- son el objeto de estudio de dos libros publicados por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en su colección Vida y pensamiento de México, que están en la mesa de novedades de las librerías: Plural en la cultura literaria y política latinoamericana, de John King, y Viaje de vuelta. Estampas de una revista, de Malva Flores.
Ambos autores y estudiosos de las dos revistas impulsadas por Paz entre 1971 y 1998 (año de su muerte), celebran que sus páginas fueron espacio de libertad e independencia y la pasión crítica que las alentó.
Flores afirma que Plural y Vuelta fueron las dos últimas grandes revistas hispanoamericanas del siglo pasado. ¿Cómo medir su impacto? Basta ver su nómina de colaboradores, que supera el millar, de los cuales la gran mayoría fueron artistas e intelectuales de nuestra lengua.
“Desde las revistas ellos establecieron una conversación y una reflexión constante sobre el arte, la historia y el devenir de los países latinoamericanos. Sus textos fueron también comentados y discutidos en prácticamente todo el continente. Un ejemplo de su impacto puede reflejarse, por ejemplo, en el hecho de que en distintos países fue prohibida la circulación de Vuelta por varias de las dictaduras latinoamericanas de su tiempo”, señala la poeta.
La autora de Luz de la materia y El ocaso de los poetas intelectuales señala que Vuelta publicó más de 6 mil textos y más de mil poemas, y además que en esa revista convivieron hasta tres generaciones de escritores y un amplio número de sus colaboradores fueron jóvenes.
“Creo que sería difícil imaginar el panorama intelectual y artístico de este país sin ellas. Durante un cuarto de siglo el debate sobre México (su arte, su historia, su política) fue central en sus páginas. El desarrollo de estas revistas está ligado íntimamente a la vida del país, a partir de una sistemática crítica al sistema político y una aspiración permanente: la democracia”, afirma Flores.
También el historiador John King habla de la pluralidad en la revista Plural. Asegura que “a pesar de la falta de una tradición académica importante en México, Plural quizá es una revista de mayor alcance, más abierta y verdaderamente universal que sus homólogas metropolitanas”.
Expresión de la cultura latinoamericana
John King, quien realizó una larga investigación y documentación sobre el pensamiento político y la vida cultural de Paz, y quien conversó con él en varias ocasiones y pudo acceder a su archivo personal, asegura que Plural, desde su planeación, “pretendía expresar la cultura latinoamericana, además de proponerse como una fuente de información y crítica de la actividad literaria, artística y política en el mundo”.
Incluso, King cita la carta que Paz le envío a Claude Lévi-Strauss, el 23 de julio de 1971, hablándole del proyecto de la revista. Dice Paz: “Vehículo de la literatura, el pensamiento y el arte a la vez que examen de la realidad contemporánea, Plural explorará también los puntos de encuentro entre la ciencia y la literatura, el arte y las ciencias humanas o sociales”.
King, autor de Sur. Estudio de la revista literaria argentina y de su papel en el desarrollo de una cultura, 1931-1970, publicado también por el FCE, asegura en el libro que su investigación sobre Paz y Plural inició en 1968 porque quería “explorar la reacción de Paz ante los hechos ocurridos en Tlatelolco y sus consecuencias, que lo impulsaron a la creación de Plural tres años más tarde”.
Malva Flores es enfática al hablar de las banderas que enarboló Octavio Paz a través de las páginas de esas dos revistas: “La pasión crítica, la independencia del intelectual, la certeza de que la tradición es un legado vivo, que la literatura hace visible el mundo y que los lectores no son ‘consumidores’, sino ciudadanos: los verdaderos interlocutores”.
La poeta dice que otro asunto muy importante fue el hecho de que las revistas que Paz dirigió fueron publicaciones concebidas por él desde la participación de otros escritores, cuyas ideas podían divergir. “Paz fue el corazón de esas revistas, pero las revistas son también un cuerpo que construye una casa intelectual”.
Flores habla de la vocación polémica de Paz, de su deseo de confrontar al otro y así reconocerlo, un asunto que, dice, ha sido comentado en muchas ocasiones. “Vargas Llosa dijo que Paz había sido un ‘formidable agitador intelectual’. Vuelta también lo fue. ‘Agitar’ las conciencias, mover las aguas estancadas, darle voz y espacio a la disidencia, propiciar la discusión, no es tarea sencilla y suele ser recompensada con linchamientos”.
Pléyade de novelistas y poetas
La apertura y la independencia fueron marcas que Paz dejó en las revistas que creó, primero en Excélsior (Plural, a invitación de Julio Scherer) y luego de manera independiente (Vuelta, entre 1976 y 1998).
Flores dice que “la enorme curiosidad de Paz alentó también la existencia de dos revistas cuyos escritores ejercieron el derecho a la imaginación y la crítica. Otro aspecto que diferencia a las revistas de Paz del resto de las de su época es la importancia que tuvieron los poetas en ellas. No fueron sólo ‘revistas de poetas’, pero en ellas su papel fue determinante, también, como intelectuales”.
King afirma que en cuanto a la crítica cultural, Plural recurrió a novelistas y poetas para que accedieran como críticos literarios o culturales, especialmente recurrió a los escritores latinoamericanos que fueron los mejores críticos de su propia obra y lo más importante: “Ayudaron a trazar un mapa determinando su posición y la de otros en el desarrollo de las letras nacionales y continentales”.
Malva Flores afirma que Paz nos enseñó, mediante las revistas, que “el escritor no era el veleidoso arlequín de la nación o el mendigo de su burocracia, sino su crítico; que la poesía no era, tampoco, un adorno en la mesa de la cultura sino el alma de los pueblos, su memoria, y el antídoto contra el mercado.
“Vuelta nos transmitió otro apunte esencial: era posible hacer una revista independiente, una empresa cultural en su sentido más generoso: la reunión de unos amigos que, sin menoscabo de sus divergencias, fueron capaces de reunir sus voces para animar una conversación inteligente”.
John King cita a algunos de los primeros colaboradores de Plural: Claude Lévi-Strauss, John Cage, Noam Chomsky, Paul Goodman, Roman Jakobson, Henri Michaux, Dore Ashton, Harold Rosenberg, George Steiner, Roland Barthes, Michel Foucault, Pierre Klossowski, Charles Tomlinson y Juan Goytisolo.
Esas revistas alentadas por Paz dieron cabida a escritores latinoamericanos como Severo Sarduy, Guillermo Cabrera Infante, José Bianco, Damián Bayón, Roberto Juarroz, Blanca Varela, Julio Ortega, Haroldo de Campos; también son revistas que impactaron, como pocas, el pensamiento cultural, político e intelectual de México e Hispanoamérica.
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