Aitor Ayala.- 28/01/2012
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, participa en el Foro de Davos. |
Por su interés, y en el contexto del Consejo Europeo que comienza este lunes, reproducimos a continuación este artículo publicado el pasado 17 de enero por Aitor Ayala en su blog.
“Estas últimas semanas se han producido acontecimientos económicos aparentemente sorprendentes.
1-El más sorprendente y poco analizado ha sido el tipo de interés negativo que han pagado los alemanes en su emisión de bonos a 6 meses. Literalmente, los inversores, o mejor dicho los mercados (tal como los denominan los medios de comunicación), en vez de pedirle dinero al gobierno alemán por prestarle dinero, le han pagado dinero por “el privilegio” de poder tener deuda alemana. Ya me gustaría a mí disfrutar de la misma reputación que al parecer tiene Alemania.
2- El segundo, que no deja de ser sorprendente por la manera en que se ha producido y por el hecho de que no se haya producido antes, ha sido la incapacidad del gobierno autonómico valenciano para pagar una deuda de 123 millones de euros, que había vencido en diciembre pasado, por falta de liquidez. La deuda con el Deutsche Bank se saldó recurriendo al estado central. Es decir, para ser claros, los desmanes y la corrupción económica en Valencia, junto a la megalomanía de los políticos locales, que salvando la distancia se asemeja mucho a lo que aconteció en el s.XVI español (uno tiende a pensar que este tipo de comportamientos están encriptados en los genes culturales de este país), ahora lo vamos a pagar todos. Sí, todos. Tú, yo y el que viene.
Se ha intentado mantener en secreto el acontecimiento, entre otras cosas porque es ilegal. Lo prohíbe la actual Ley de Estabilidad Presupuestaria española. Pero incluso si se interpone una denuncia particular al gobierno, pueden pasar 2 ó 3 años como mínimo para que prospere y finalmente el resultado sea una simple sanción administrativa.
Además, a quién le interesa que las cosas se hagan bien y las responsabilidades se asignen correctamente si estamos todos entrelazados en un tinglado de interrelaciones indeseables. Para explicarlo claro. El día que el gobierno valenciano no pueda pagar al Deutsche Bank, al BNP Paribas, o al Barclays, el crédito que pidió para comprar la fotocopiadora láser de la secretaria del president, va a tener que hacer suspensión de pagos, y una hora más tarde, o una hora antes, según lo avanzada que sea la información privilegiada, todos los bonos de la Generalitat Valenciana habrán perdido con suerte el 50% de su valor y sin suerte el 100% del valor.
Pero aquí no acaba la fiesta. Al día siguiente, los famosos bonos patrióticos catalanes al 5% de interés se desplomarán, y algo más tarde, el gobierno central, si tiene previsto hacer una emisión de deuda, lo va a tener difícil, y tendrá que recurrir otra vez a los chinos, esta vez ofreciendo algo más que una simple bajada de pantalones. Como España es un país con activos interesantes para los asiáticos, siempre va a poder ofrecerles algo sustancial, como Repsol, las principales jamoneras del país, y la secreta receta de cómo hacer un buen jamón ibérico.
3- El tercer acontecimiento fue anunciado en diciembre del año pasado, pero solo a partir de las primeras semanas de enero se ha podido evaluar el impacto.
El Banco Central Europeo (ECB), anunció barra libre para proveer crédito a todas las instituciones financieras que lo pidieran, sin límites y a devolver dentro de 3 años. Hasta entonces, el ECB, mediante lo que denomina MRO (Main refinancing operations), el principal instrumento que usa para gestionar la liquidez del sistema financiero de la eurozona, prestaba dinero a los bancos a un interés muy bajo del 1%, y a un plazo de una semana.
Los bancos depositan en el ECB como garantía activos que tienen en sus balances (hipotecas, créditos, bonos, etc.) todos con buenas clasificaciones de crédito. Es decir, que el ECB no aceptaba los prestamos que Caja Madrid, ahora Bankia, tiene en sus balances, concedidos al Pocero (famoso promotor inmobiliario que desarrolló su actividad talentosa durante la década de oro española de la construcción), pero sí los créditos concedidos al Real Madrid para el fichaje de Cristiano Ronaldo.
A partir de diciembre, el ECB utiliza un instrumento de financiación a más largo plazo denominado LTRO (Longer-Term refinancing operations), que ya utilizaba para proveer financiación a tres meses para los bancos de la eurozona, pero ahora alargando el plazo de vencimiento a tres años, sin límites, y prácticamente cualquier tipo de garantía que los bancos depositen en el ECB es buena, incluidos los créditos al Pocero.
A nadie se le puede escapar que, a efectos prácticos, lo que está haciendo el ECB con este cambio de estrategia, es rescatar las economías quebradas de la Eurozona, o sea España e Italia, de una manera “no oficial”.
Las cifras publicadas en enero por el ECB así lo afirman. En diciembre, las subastas de MRO del ECB ascendieron a 394.159 millones de euros. De éstos, unos 120.000 se los llevaron los bancos españoles. Es decir, aproximadamente casi una tercera parte (30,5%). Hay que recordar que España, por volumen de activos y PIB, tiene un peso equivalente al 10% de la Eurozona. Por consiguiente, mientras los bancos alemanes reducen la cantidad de dinero que piden al ECB, los bancos españoles la aumentan tres veces más de lo que les correspondería. Es fácil ver que los bancos españoles están más secos que el Pozo de Matilde en los Monegros.
Pero aún son más significativas e importantes las cifras de LRTO prestadas por el ECB en su subasta del 22/12/2011, porque está es financiación a largo plazo que no van a tener que devolver hasta el 2015. Nada más ni nada menos que 489.191millones de euros, prestados a tres años. Para que la gente que no está acostumbrada a estas cifras pueda entender su magnitud, decir que la cantidad, que equivale al 50% del PIB de la economía española (cuarta de la eurozona), es la mayor inyección de crédito que ha hecho el ECB en sus 13 años de historia, y es un 35% superior a la histórica inyección de fondos que hizo el ECB posterior al colapso de Lehman Brothers en septiembre del 2008 cuando todo el sistema financiero internacional amenazaba con hundirse. Para que nos digan que estamos bien y pronto volveremos a bailar.
Reestructuración del sistema financiero español. Y van dos
El presidente del BCE, Mario Draghi |
Este último argumento me enlaza con el primer punto que he mencionado. Desde agosto del año pasado, el ECB ha intervenido directamente para mantener la prima de riesgo española relativamente baja. Debo recordar que la prima de riesgo llegó alcanzar 420 puntos básicos en agosto del 2011. Cien puntos equivalen a un 1% de interés más del que se paga por el bono de referencia que es el alemán. Es decir, si Alemania paga un 2% de interés por pedir dinero prestado, España, con una prima de 420 puntos, pagaría el 6,2%. La diferencia se debe al riesgo mayor que percibe el inversor al prestarle dinero a España.
Pues bien, desde agosto del año pasado, el ECB compra bonos españoles para bajar el interés que de otro modo tendría que pagar España por emitir deuda. Además de este apoyo directo, el ECB indirectamente ayuda a mantener la prima de riesgo española baja a través del dinero que presta a los bancos españoles en su subasta de LRTO a tres años, que a efectos prácticos equivale al primer tramo de ayuda para el rescate de la Economía española.
Una consecuencia, obviamente no buscada, de esta intervención del ECB en los mercados para rescatar la economía española, es el interés negativo que pagan los alemanes por la emisión de su deuda a seis meses. Explicándolo de una manera sencilla. Un inversor internacional, que puede ser tú, yo, él, tiene que invertir en deuda pública para diversificar el riesgo en su portfolio. Tiene mil euros para invertir en bonos españoles. Evalúa el riesgo. Hace sus cuentas, quizás con ayuda de las agencias de rating, y está dispuesto a comprar bonos españoles si le pagan un 5% o 6% por el riesgo que supone invertir en España. En la subasta se encuentra que hay compradores de sobra (léase, ECB, bancos españoles, la asociación de amigos de España), que están dispuestos a comprar mucho más barato, y se conforman con un 2 ó 3%. El inversor internacional que maneja su propio dinero ve demasiado riesgo, así que prefiere prestarle al gobierno alemán y perder un -0,012% antes que prestarle al gobierno español y obtener tan solo un 3%. La diferencia es que este inversor privado maneja su propio dinero; los demás, el dinero público.
Para aquellos de vosotros más cómodos con una explicación técnica. Todos los activos tienen asociada una combinación de riesgo y rentabilidad. A más riesgo, más rentabilidad. Construir un portfolio de inversión óptimo requiere que aquellas estrategias de inversión asociadas a un determinado nivel de riesgo tengan la misma rentabilidad y viceversa. De otro modo, el Portfolio no sería eficiente y habría oportunidades de arbitraje en el mercado. El sostenimiento artificial de la rentabilidad del bono español con la intervención directa e indirecta del ECB en el mercado de deuda, hace que tiendan a ajustarse a la baja los demás activos con niveles de riesgo inferiores para eliminar las posibles oportunidades de arbitraje.
Esa gente sin escrúpulos que está en las agencias de rating
Resumiendo, la rentabilidad negativa del bono alemán es una señal del estrés que se está produciendo en otra zona del mercado de deuda (en este caso en el mercado español e italiano), y anuncia que los problemas se amontonan para Europa. Además, al utilizar directamente o indirectamente dinero de las instituciones públicas para intervenir en el mercado de deuda, el resultado final va a ser una factura mucho mayor para el contribuyente europeo.
Ah, no olvidemos que el culpable de todo esto son esta gente sin escrúpulos que responden a oscuros intereses privados que forman las agencias Internacionales de rating. Claro que, después de ver lo que ha pasado en Grecia, el casi impago de la Generalitat Valenciana, las finanzas de Catalunya, etc… Honestamente, si tengo que invertir mil euros en deuda pública, creo que voy a hacer más caso a las agencias de rating que a lo que dice Rajoy, De Guindos, Mas-Colell, Sarkozy o Draghi, el nuevo presidente del ECB.
Hay que recordar que en una situación menos negativa Portugal e Irlanda fueron rescatadas “oficialmente”. Claro que su tamaño no es el mismo que el de España y sobre todo que el de Italia. Sería interesante analizar las consecuencias y los pactos políticos que debe haber detrás de un cambio de estrategia tan radical por parte del ECB. Pero esto alargaría demasiado esta explicación. Claramente, se trata de un rescate por la puerta de atrás.
De cualquier manera, que nadie piense que la factura final la va a pagar el ECB. Ignoro los pactos o acuerdos políticos que hay detrás, pero lo que tengo claro, es que la factura final ineludiblemente la pagara la sociedad española, y concretamente aquellos que siempre pagan.
La versión oficial de los hechos con la que alimentan nuestras ansias de información los medios de comunicación públicos, privados y el propio aparato de comunicación del gobierno, es la siguiente:
El gobierno ha salvado a España de la ruina. Lo hace muy bien. Las emisiones de bonos son un éxito, porque el gobierno transmite confianza. Lo demuestra el hecho de que la prima de riesgo ha bajado. Los bancos españoles son sólidos, estamos en el buen camino y pronto estaremos volviendo a la fiesta... si obviamente hacemos todos los recortes necesarios y desmantelamos la parte esencial de servicios públicos que forman el Estado del Bienestar (principal mecanismo de redistribución de riqueza en un país en que las diferencias entre la minoría más rica y la mayoría restante no para de crecer, a un ritmo nunca visto anteriormente).
La realidad:
La economía española está siendo rescatada silenciosamente; el sistema financiero español está sentado encima de una montaña de hipotecas subprimes a la española, pisos embargados, suelo invendible, y créditos imposibles de pagar, y literalmente en bancarrota si se reconociera el valor real de sus activos; las campañas de recogida de alimentos ya no son para enviarlos a África como se hacía hace tres años, sino para alimentar a los propios españoles; el país está perdiendo población, y los que se quedan van a tener que pagar durante 15 años como mínimo la factura y los excesos de la década milagrosa de la Economía Española, además de perder una parte importante de las prestaciones de servicios públicos que antaño eran de los más eficientes de Europa, y que ahora paradójicamente son “insostenibles” (término que habría que determinar mejor en su significado)
No podría decir que es lo que me pone de más mal humor, si la irresponsabilidad de los políticos, la falta de ética pública de una parte importante de estos, o su permisibilidad, o quizás mejor dicho su complicidad con el grupito que forma la clase dirigente económica española, que han conducido a todo el país a una situación diferencialmente gravísima de crisis, que afecta y afectara muchísimo más al bienestar de la mayoría de la sociedad española, o bien… el trato irrespetuoso e indignante que supone que nos traten de imbéciles y engañen al país en cosas tan graves. Y no lo digo desde una posición ideológica o desde el fundamentalismo ético. Todo lo contrario. Lo digo como un ciudadano que hace años que ha aceptado que este país es como es, sin la más mínima ambición para cambiar nada, pero que lo único que pide es que lo dejen en paz y lo respeten”.
Fuente: El Confidencial
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