POR LAS MEDIDAS DEL GOBIERNO PARA ENFRIAR EL MERCADO
Construcción en Shanghái (China). |
Cientos de agencias inmobiliarias chinas se han visto obligados a echar el cierre en el último año. Las restricciones impuestas por el Gobierno para frenar la burbuja inmobiliaria han enfriado la demanda de viviendas y desplomado las ventas. Cerca de un millar de agencias han cerrado desde que comenzó el año. Sólo durante el mes de agosto cesaron su actividad 177, según la agencia de noticia Xinhua.
"El año pasado, cuando las cosas iban viento en popa, teníamos cada día a un centenar de personas entrando en nuestras oficinas", comenta el director de ventas de una consultora inmobiliaria a The New York Times. "Ahora tenemos a tres o cuatro y ninguna está comprando".
Una de las pocas burbujas inmobiliarias que todavía seguía inflándose en todo el mundo, ha comenzado finalmente a perder aire. Las transacciones inmobiliarias han caído tan rápido que, en las dos últimas semanas, cientos de agentes y consultores inmobiliarios se han quedado en la calle.
The New York Times pone nombre a esta realidad. Geland Real Estate, compañía que opera en Pekín, ha cerrado una quinta parte de sus cerca de 250 oficinas este año. "El negocio no va bien. Y no veo un pronta recuperación", comenta al diario su director de marketing. Por su parte, Centaline Property Agency, una consultora de gran tamaño en Asia con sus oficinas centrales en Hong Kong, se ha visto obligada a cerrar temporalmente 60 de sus 385 oficina en Shenzhen, una ciudad con 13 millones de habitantes. La compañía ha tenido que despedir a 1.000 de sus 8.000 empleados.
Fuerte descenso de la demanda
El Gobierno chino está impulsando deliberadamente a la baja los precios inmobiliarios con el objetivo de mejorar el acceso a una vivienda a los ciudadanos chinos e impedir que la burbuja inmobiliaria termine por estallar. A pesar de que las medidas están consiguiendo el efecto previsto, el primer ministro chino Wen Jiabao dijo la semana pasada que seguirán funcionando.
"Quiero dejar claro que las medidas para contener el mercado inmobiliario no van a cambiar. Nuestro objetivo es que los precios de las viviendas vuelvan a niveles razonable", dijo durante su visita a Rusia.
La demanda de viviendas y apartamentos no ha dejado de caer a lo largo y ancho el país después de que las autoridades chinas prohibieran la compra de segundas residencias, entre otras medidas.
Al mismo tiempo, los promotores se han visto sacudidos por la falta de fondos para la puesta en marcha de nuevos proyectos ya que el Gobierno incrementó los tipos de interés e impuso restricciones a los préstamos bancarios con el objetivo de frenar la inflación, mantener a raya los precios inmobiliarios y evitar la especulación. Asimismo, ha limitado el número de hipotecas que puede tener cada ciudadano a nivel individual, al tiempo que ha aumentado el down payment, esto es la cantidad mínima que debe aportar un comprador cuando adquiere una vivienda, hasta el 40% del total del crédito, con el objetivo de proteger al sector financiero.
El hecho de que los ciudadanos chinos deban tener ahorrado entre un 20% y un 40% del total de la vivienda puede parecer excesivo en otros países como Estados Unidos o España, pero no en China, con unas tasas de ahorro realmente elevadas.
Una de las señales que ponen de manifiesto la efectividad de todas estas medidas se puede encontrar en el China Real Estate Index System, una encuesta semanal elaborada por la firma privada SounFun Group en Pekín, que ha constatado que el número de acuerdos firmados ha caído en más de un 50% en seis de las 35 ciudades encuestadas en la primera semana de noviembre, respecto a la semana anterior.
Además, los datos oficiales muestran, por ejemplo, cómo en Pekín, las ventas de viviendas de segunda mano cayeron más de un 35% en los primeros diez meses del año hasta 101.188 unidades.
El siguiente paso, fuertes descensos de precios
El desplome de las ventas no tardará en trasladarse a los precios. La agencia de calificación Standard & Poor's dijo el mes pasado que contempla una caída en tono al 10% por todo el país durante el próximo año si las medidas puesta en marcha surten efecto.
En algunas regiones, la corrección ya ha comenzado. En el caso de las viviendas nuevas, los promotores están reduciendo sus precios entre un 15% y un 20%, mientras que los particulares están ofreciendo descuentos entre el 10% y el 15%. Los economistas de Barclays Capital consideran que cuando la caída haya tocado el 20%, el Gobierno chino podría comenzar a dar marcha atrás en las medidas, aunque la caída podría prolongarse hasta el 30% dado que el impulso bajista no desaparecerá de repente.
El pinchazo inmobiliario está dando lugar a situaciones llamativas. Por ejemplo, un matrimonio pagó en enero 173.000 dólares por un apartamento a las afueras de Shanghai. Ahora, el promotor ha puesto a la venta las unidades sin vender por 124.000 dólares, esto es, con un descuento del 28%. Además, para más inri, el edificio no estará listo para entrar a vivir hasta el próximo mes de mayo.
El siguiente paso será comprobar cuál será el efecto sobre la economía china.
Fuente: El Confidencial
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