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jueves, 3 de noviembre de 2011

El mercado inmobiliario y las manzanas de Antxon

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

 
Los ciudadanos tienen derecho a usar los servicios de mediación para comprar, vender o alquilar sus inmuebles con las debidas garantías y no verse inmersos en el absoluto descontrol del mercado actual

El mercado inmobiliario y las manzanas de Antxon
::JOSEMARI ALEMÁN AMUNDARAIN
 
03.11.11 - 02:44 - JOSÉ LUIS POLO FRANCISCO | PRESIDENTE DEL COLEGIO OFICIAL DE AGENTES DE LA PROPIEDAD INMOBILIARIA DE GIPUZKOA
Al lado del cajón de las manzanas reineta Antxon coloca las últimas ofertas inmobiliarias. Cuando Antxoni entra en la frutería se sorprende ante la buena pinta que tiene el cajón de las viviendas nuevas, con swap y seguro decenal. y del tamaño de las judías del Barco de Ávila, que están junto a la nueva remesa de viviendas en venta de ejecuciones hipotecarias. ¿Qué te pongo Antxoni? Pregunta Antxon con su delantal impecable, a sabiendas de que hoy tiene el mejor producto. ¿Qué tal cuecen estas alubias? Muy bien pero tienes que dejarlas en remojo toda la noche. ¿Y aquellas viviendas de segunda mano de particulares que tienen tan buen precio?... Para ti mejor las viviendas de este otro cajón, que son propiedad de los bancos por ejecuciones hipotecarias, con financiación asegurada del cien por cien, más la financiación de la reforma y el seguro de multirriesgo gratis durante un año. Ponme mitad de alubias, dos kilos de reinetas y cuarto y mitad de viviendas de ejecuciones hipotecarias. Muy bien Antxoni... y además te regalo este bote de tomate frito. 
 
Éste es un relato sarcástico sobre el esperpento en el que se ha convertido el mercado inmobiliario. Pero lo realmente irónico es que Antxon necesita tener formación verificable en manipulación de alimentos para vender manzanas pero no necesita acreditar ningún conocimiento para poder vender viviendas. Para ser una 'estatua humana' en las Ramblas es necesario acreditar estudios de teatro; para ser chatarrero es necesario contar con una licencia de técnico transportista en residuos sólidos. ¡Pero para ser agente inmobiliario no se necesita acreditar nada! ¡Con la que está cayendo, y siendo la vivienda la inversión más importante de las familias de este país y acumulando la mayor tasa de endeudamiento privado! 
 
Desde la promulgación del Real Decreto Ley 4/2000 de 23 de junio, «sobre medidas urgentes para la liberalización del sector inmobiliario y transportes» la actividad de intermediación inmobiliaria es ejercida libremente «sin necesidad de estar en posesión de título alguno ni de pertenecía a ningún colegio oficial». El resultado ha sido una absoluta desregulación que, lejos de producir un ajuste de los honorarios de la intermediación inmobiliaria, ha provocado una hipertrofia del sector; el Real Decreto Ley se inventó de la noche a la mañana muchos nuevos 'profesionales' que sólo podían sobrevivir captando más, con valoraciones más altas que la competencia, provocando indirectamente un efecto inflacionista. Conocida la evolución del mercado hasta el año 2007 y con la perspectiva de la actual crisis inmobiliaria, el Real Decreto Ley es un esperpento más absurdo que el relato sarcástico de Antxon. Los ciudadanos tienen derecho a comprar, vender o alquilar sus inmuebles directamente sin necesidad de ningún intermediario, faltaría más. Pero, si así lo desean, también tienen derecho a usar los servicios de mediación con las debidas garantías y no verse inmersos en el absoluto descontrol del mercado actual, en el que el prestador del servicio puede ser cualquiera, sin que necesite acreditar una formación académica, ni conocimientos sobre el mercado inmobiliario. Y esto es especialmente grave en el momento actual en el que la crisis ha colocado contra las cuerdas las operaciones aparentemente más sencillas. Y lo será mucho más en un futuro cuando entren en vigor las necesarias regulaciones y exigencias de la nueva ley de vivienda. El legislador no se imaginó que ocho años más tarde el mercado inmobiliario entraría en una crisis de una profundidad inimaginable que pondría en cuestión la propia vivienda como refugio del ahorro conservador e iba a hacer peligrar los ahorros de varias generaciones de ciudadanos. Pero estamos ahí, en una crisis que ha puesto en cuestión todos los resortes sociales, económicos, fiscales y financieros en los que se ha basado no sólo el mercado inmobiliario sino todo un modelo económico de creación de riqueza. Y es necesario ¡ya! abordar el diseño de un nuevo escenario en el que no cabe la desregulación absoluta en la que hemos estado sumergidos; se deberá acreditar una formación académica mínima, una capacitación profesional suficiente y un modelo ético fiable y transparente. Y aunque escribo como presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, que cumple con estos requisitos, no se trata ahora de delimitar exclusividades ni corporativismos sino de establecer las reglas de juego básicas para volver a generar espacios de confianza creíbles y reconocibles por los ciudadanos. 
 
Soy consciente de que los políticos no tienen ningún interés en sentarse a hablar más allá de los impuestos que gravan la vivienda. Y como necesito seguir viviendo he comprado una furgoneta; así, mientras recojo chatarra puedo captar viviendas en venta y también puedo vender melones de Villaconejos. y fidelizar a los clientes regalando un kilo de tomates del país. Eso sí, me obligarán a sacar la 'licencia de técnico en residuos sólidos urbanos'. Evidentemente, todo esto es una absurda ironía, pero sí pienso que en la frutería Antxon no debe vender viviendas, que los bancos no deben vender fruta y que yo no debo convertirme en estatua humana de sal, aunque tenga el feo vicio de mirar los 'pecados' del pasado. 

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