EXPOSICIÓN | 'Cineastas contados'
- Óscar Fernández quiere dejar un inmenso archivo fotográfico de directores
- Fruto de ello es la exposición 'Cineastas contados', abierta en Alcalá de Henares
- El fotógrafo nos selecciona 15 retratos para contarnos su 'intrahistoria'
Armado con su Hasselblad XPan (analógica y con película de 35 mm.), el barcelonés Óscar Fernández se ha propuesto dejar
un archivo inmenso de cineastas, cada uno en una etapa vital bien distinta. Retratos íntimos, en blanco y negro y en formato panorámico, que ahora conforman la exposición
'Cineastas contados'. La muestra, enmarcada en el
Festival de Cine de Alcalá (Alcine), estará abierta hasta el 12 de diciembre en la sede del Instituto Cervantes de la ciudad complutense. El fotógrafo nos selecciona 15 de las 50 imágenes y nos desvela su 'intrahistoria'.
Mar Coll (Barcelona, 1981)
"Mar Coll es, a día de hoy, una de mis mejores amigas y ésta es una foto muy especial, digamos que ella es mi princesa. Nos conocimos en el festival de Pinamar, en Argentina, y una de las fotos que le hice allí es la portada del catálogo de la exposición. Pero yo quería retratarla en Barcelona. Quedé con ella, le propuse que escogiera el lugar y ella eligió la casa de su padre. Tiene una relación muy fuerte con él e incluso organiza veladas de cine allí con amigos. La casa es preciosa, el padre tiene muy buen gusto. Cuando le hice la foto a Mar,
quise que la figura de su padre estuviera en segundo plano. Se le ve cogiendo un libro y mirando por la ventana. En un primer plano, tenemos a Mar Coll en una especie de salón-cocina. Hay una pared que separa una estancia de la otra y eso me sirvió de eje de la fotografía para diferenciar los dos ambientes. La foto
guarda esa admiración de Mar hacia su padre. Tengo mucha relación con ella: vamos a menudo al cine, ella es muy culé, como yo, quedamos para ver los partidos, tenemos mucha conexión".
Jonás Trueba (Madrid, 1981)
"Jonás Trueba es otro de mis grandes amigos, muchos a raíz de esta experiencia fotográfica con ellos. Jonás, la verdad, es que me ha ayudado mucho y también forma parte de este proyecto de una manera bastante directa porque yo vivo en Barcelona y, cuando voy a Madrid, o duermo en su casa o en la de Javier Rebollo. Cuando le propuse el retrato, vimos que su casa era el lugar más idóneo. Y él
tiene dos espacios favoritos: la cocina y su dormitorio. De hecho, primero escogí la imagen de la cocina pero, viendo la foto, estábamos con Javier Rebollo, y nos dijo 'esta foto es bonita pero la veo muy posada' y nos decantamos por la del dormitorio. Tiene un guiño, porque al fondo se ve la cocina y el baño. Pero Jonás me decía que pasa muchas horas en la cama leyendo y entonces recreamos esa historia: como él suele ser bastante nocturno, pues
se suele levantar bastante tarde y entonces aprovecha para leer. Jonás, además, me ha ayudado mucho a contactar con amigos suyos como Víctor García León, Daniel Sánchez Arévalo o Félix Viscarret".
Félix Sabroso y Dunia Ayaso (Las Palmas, 1961)
"Otra de las grandes sorpresas de este proyecto son Félix Sabroso y Dunia Ayaso. Nos encontramos en un festival de cine español en Londres donde yo exponía y ellos presentaban 'La isla interior'. Y allí mismo les conté mi proyecto y les propuse que participaran. Su casa es una maravilla, muy setentera y tiene algo que me llamó mucho la atención: una escultura de un falo como la que sale en 'La naranja mecánica'. En la primera idea, aparecía ese objeto pero, haciendo varios encuadres, hubo uno que me gustó mucho porque eran como acciones separadas:
Dunia, retocándose los labios en el baño y Félix, en otra habitación, viendo la televisión. No se ve ni el espejo ni la televisión, pero los dos hacen el efecto de mirar. Al principio intenté que el retrato fuera más simétrico, como si fuera de los artistas Gilbert and George, pero, viéndolo con ellos, nos gustó mucho más ésta. Más tipo Edward Hopper".
Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, 1949)
"He de decir que Félix Sabroso y Dunia Ayaso hicieron una labor inconmensurable para que yo pudiera retratar a Pedro Almodóvar. Es un cineasta que conmigo fue muy cariñoso y que le agradezco el tiempo que me dedicó, pero que es de difícil acceso. Encima estaba con la promoción de 'La piel que habito' y su jefa de prensa, Deborah Palomo, me dijo que lo veía muy complicado. Félix y Dunia son muy amigos suyos y se ven con mucha frecuencia y le dijeron 'Óscar te tiene que retratar, porque este proyecto es precioso'. Pedro ya había visto las fotos que le había hecho a ellos y les dijo que llamara a Deborah para quedar, porque
quería hacer esa foto. El retrato está tomado en El Deseo, su productora, entre una entrevista con TVE1 y cuando tenía que irse a otro programa. Fueron 20 minutos y estuvo muy atento. Estoy muy contento con el resultado, aunque evidentemente
me hubiera gustado otro momento más distendido. Pero las oportunidades hay que aprovecharlas. Para mí era importantísimo que Pedro Almodóvar estuviera".
Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, 1942)
"Esta fotografía se la hice en su despacho del Instituto Buñuel, de la SGAE. Fue gracias a Pedro Medina (ex director de Alcine y actual responsable del festival de animación de la Comunidad de Madrid), que es amigo suyo.
Es una foto a la que le tengo mucho cariño, porque fue un reto. Honestamente, el lugar no me gustaba, era impersonal, una oficina típica. Pero vi que tenía un patio y la luz que llegaba me encantaba. Es curioso, porque le hice unas fotos en su despacho y cuando él salió hacia al patio, la luz que le llegaba era preciosa. 'Manolo, vamos a hacer una foto, que intuyo que puede haber algo', le dije. Fueron dos disparos. Al verlo, me pareció una foto de los años 50, con esos reflejos de las cristaleras y esos claroscuros. Es de los pocos cineastas que le he regalado una copia enmarcada".
Miguel Picazo (Jaén, 1927)
"Para mí fue un hallazgo el poder retratarlo, es un cineasta para mí capital en la Historia del cine con películas como 'La tía Tula' o 'Extramuros' y que está completamente olvidado. La foto se la hice en un bar donde él va todos los días, cerca de su casa, en la calle Cartagena de Madrid. Antes de conocerle, iba con la impresión de que se había alejado de todo y de que no quería ver a nadie, pero qué va. Tenía mucha alegría y mucho sentido del humor, a pesar de que estaba muy malito. Y con muchas ganas de que alguien se acuerde de él. He estado dos veces con él, estuvimos comiendo, y me estuvo explicando historias de sus amigos. De Berlanga, de la gente de su época,
fue profesor de grandes cineastas como Erice. Me pareció un personaje increíble, pero no se cuida y está muy obeso. La foto es de la segunda sesión. Había hecho unos planos más generales, pero cuando lo vi no me gustó, no quería que la gente tuviera ese recuerdo de Picazo. En otro viaje a Madrid me presenté en el bar y le esperé. Le dije 'quiero hacerte un plano más corto'.
Él tiene la barba blanca, las cejas muy pobladas, una mirada muy intensa. Le capté en la salida del bar y se ve su mirada entrañable y muy amorosa. Me duele mucho que esté tan desasistido con la aportación que hizo".
Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934)
"Otro de los cineastas con los que me quedo es Gonzalo Suárez. Me ayudó a localizarle Pedro Medina y es de esos directores, sobre todo en su primera etapa, que tiene películas muy innovadoras y además le admiro como escritor. Le hice varias fotografías, en un principio me inspiré en una pintura de su hija que tenía en un caballete. Le tomé esas fotos pero él tiene un perro, un bulldog francés, y a mí estos perros me entusiasman. Y, de hecho, fue una de las últimas fotos que le hice. Le hice ese retrato y me gustó mucho:
me encantó la planta del perro ahí mirando y Gonzalo tan solemne".
Vicente Aranda (Barcelona, 1926)
"Esta fotografía, a mí como retratista, es de las que más me gusta de la colección. Me citó en su casa, él vive en una comunidad de Arturo Soria con jardines y piscina. La foto la hicimos abajo y
me gusta mucho el momento que capto de su caminar. Con esa rama que ayuda muy bien a la fotografía. Había una luz muy dura, detrás una columna, luz y sombra muy interesante pero, a la hora de escoger, me gustó mucho esa manera de caminar. Siempre digo que las fotografías son como una relación entre el espacio y la figura, tiene que haber un puzle que encaje, y ésta es de las más equilibradas. Además, para mí es importante poder charlar con ellos y Aranda es genial".
Mariano Barroso (Barcelona, 1959)
"Otra de las historias curiosas es la de Mariano Barroso. A Mariano le tenía que haber retratado en 2007, para la primera exposición, 'A través de mis ojos'. Pero, siempre, por una razón u otra ha sido imposible. Incluso me escribió el prólogo de un libro pero no conseguíamos coincidir. Esta vez tampoco parecía que lo fuéramos a lograr. Un día le llamo y le digo que tiene que ser ya. Y él me contesta que se va a Nueva York, por lo que tengo que fotografiarle en el aeropuerto. Me pareció un buen lugar porque él siempre está viajando. Sólo me dio la terminal y la compañía. Cuando llegué, estaba a punto de pasar el control.
Lo cogí en el último segundo, lo saqué fuera y la foto es un poco 'aquí te pillo aquí te mato'. Por fin, después de tantos años, conseguí el objetivo y de chiripa. 'Qué paciencia tienes, Óscar', me decía. La imagen está un poco movida, como de urgencia. Mariano se marcha. Cuando se fue, me volví con una sonrisa a Madrid".
Jaime Camino (Barcelona, 1936)
"Tenía muchas ganas de retratar a Jaime Camino y era imposible. Ahora creo que está estable, pero entonces tenía cáncer y fue muy difícil dar con él. Al final supe que un crítico de una revista catalana de cine, 'Serra d'Or', iba a entrevistarle. Hablé con él y le dije que le regalaba las fotos para la entrevista si me dejaba tomar el retrato. Necesitaba esa imagen porque para mí Jaime Camino es muy importante. Nos anuló tres veces la entrevista y el crítico estaba a punto de abandonar, pero le dije que yo seguía, que tengo una paciencia a prueba de bombas.
Nos atendió y la situación fue un poco tensa. Tomé una foto mientras se hacía la entrevista con una cámara digital para dársela al crítico, pero no había hecho mis fotos. Cuando acaba la entrevista, le digo que tengo que hacer los retratos y él me contesta que si no las había hecho ya.
Tuve que trabajar muy rápido, me puse tan nervioso que sólo pude hacer un encuadre. Pero después Jaime se puso a hablar con el crítico, pedí perdón y disparé. Se veía su mirada mucho mejor que en las otras".
Mario Camus (Santander, 1935)
"Soy fan de su película 'Los santos inocentes'.
Fui al pueblo de Cantabria donde vive, muy cerca de Santander. Me citó como a las dos de la tarde, me invitó a comer en el bar del pueblo y estuvimos hablando un buen rato de deporte, que a él le gusta mucho. Fuimos a su casa y me pidió que le fuera haciendo las fotos, que no le gustaba nada posar. Vi que tenía varias maquetas de barco y le hice la foto de una manera muy natural. Recuerdo que fue una charla muy amigable, se portó conmigo muy bien, insistió hasta en pagarme el autobús de vuelta a Santander.
Es de esas sesiones que guardo con mucho cariño, además de esa admiración a su cine".
Angelino Fons (Madrid, 1936-2011)
"Falleció hace poco y su ex mujer me dijo que yo había sido el último en fotografiarle. Vivía en San Lorenzo del Escorial y me llevó a una parte alta de allí. Había un parque, con rocas, y Angelino Fons
es otro de esos cineastas que murió prácticamente en el olvido. Parecía casi un indigente, le mató el tabaco. Me puso en contacto con él su sobrino, gestor del Cervantes en Manila, donde yo expuse. Me alegro de no haberme retrasado demasiado, porque a los dos meses murió.
Lo vi muy malito, pero era muy cariñoso y de mente estaba perfecto. Fue uno de esos encuentros estupendos".
José Maria Nuñes (Faro, 1930-Barcelona, 2010)
"José Maria Nuñes también murió poco después de que lo fotografiara. Fue un día de portugueses, porque por la mañana retraté a Manoel de Oliveira. La sesión fue en su casa de Barcelona y
él ya mostraba síntomas de cierta locura. Yo sólo encuadraba y él me regalaba todo tipo de gestos. Era un tipo muy inteligente y muy sabio. Y se notaba cómo su mujer, una bióloga, le cuidaba y le quería".
Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965)
"Para mí era vital fotografiar a Álex de la Iglesia pero también era difícil acceder a él. Es un tipo encantador, cariñoso, siempre te saluda con dos besos, pero siempre lleno de compromisos. Me llamó Javier Rebollo para decirme que al día siguiente iban a tenerle en el Cine Doré los de la Filmoteca Vasca, para una entrevista que le iban a hacer para un libro. Les dije que les regalaba las fotos a cambio de poder retratarlo. Entonces cogí un AVE urgente para Madrid y me presenté en el Doré. Tenía 20 minutos para trabajar en dos formatos, en el mío panorámico y en el digital para ellos. Era una locura. Pero
para mí las filmotecas son lugares sagrados y le tomé el retrato sentado en una butaca".
Francisco Regueiro (Valladolid, 1934)
"Francisco Regueiro es otro de esos cineastas que admiro muchísimo. Lleva ya mucho tiempo sin rodar porque la última película que hizo fue 'Madregilda' (1993). Quedé con él en su casa y
necesité muy pocos disparos. Enseguida le tomé las imágenes junto a una mesa de cristal en la que pinta acuarelas. Nos pusimos a hablar de cine y me olvidé de la cámara.
Fue un momento de compartir, más que el hecho de obsesionarme con hacer una buena foto".
'Cineastas contados', del fotógrafo Óscar Fernández Orengo. Sede del Instituto Cervantes en Alcalá de Henares (C/ Libreros, 23). Hasta el 12 de diciembre. Horario: de 11.00 a 14.00 h y de 17.00 a 21.00 h. Entrada gratuita.
Fuente: EL MUNDO.es
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