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jueves, 1 de septiembre de 2011

«El miedo es un buen material con el que trabajar en espectáculos como los míos»

«En seis ocasiones ya se ha desmayado gente en el teatro, y es un momentazo»







El mentalista Anthony Blake.
El mentalista Anthony Blake. .
GIJÓN, F. J. LÓPEZ MARAVER ANTHONY BLAKE Mago y mentalista, actúa hoy y mañana en el Jovellanos

Regresa una vez más a Gijón el mago y mentalista Anthony Blake, y lo hace con un espectáculo nuevo donde va a jugar con los miedos universales. «No vengas solo», que se representará hoy y mañana a las 20.30 horas en el teatro Jovellanos, propone algo nunca visto antes, según los promotores de este espectáculo. Blake pide al público que libere sus recuerdos más intensos y que se atreva a que le revelen aquello más cercano sobre ellos mismos. Todo durante algo más de hora y media.

El espectáculo cuenta con la dirección escénica de Manuel Berástegui, y la dirección audiovisual de Javier Perea como especialista en cine de terror. Los dos han procurado crear una escena en la que hay un ambiente de miedo y misterio. Mientras, Blake se convierte en maestro de ceremonias de la función. Pero antes de subirse al escenario para jugar con los miedos de cada uno, contesta a las preguntas de LA NUEVA ESPAÑA.

-¿Cómo llega a Gijón? ¿Qué espera de su representación en esta ciudad?

-Espero tener el teatro lleno tanto el jueves como el viernes, los dos días. Las últimas veces que he venido a esta ciudad así ha sido, y espero que esta vez el público tampoco me defraude. Estoy convencido de que tendré dos llenos, seguro.

-¿Cuánto tiempo llevan con este espectáculo? ¿Cómo nace la idea para hacerlo?

-El espectáculo se estrenó en Barcelona a finales de febrero de este año, por el día «veintialgo» más o menos, si bien ya habíamos hecho algún pase experimental. Ésta es una idea que nace porque es una investigación y un trabajo sobre el miedo, y sobre qué es éste.

-¿Por qué lo de «No vengas solo»; es, de verdad, para tanto?

-Parto de la opinión de que nunca vamos solos, estoy convencido de ello, si bien no pretendo imponer y convencer de esta idea a los demás. Pero, vamos, lo de «No vengas solo» es quizá porque durante el espectáculo seguro que agradeces tener una mano amiga a la que poder cogerte.

-¿Qué es entonces el miedo para usted?

-Para mí la definición más perfecta del miedo la da el Diccionario de la Real Academia, que dice: «Alteración angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario». No tienes más que ir a consultarla. Lo de real o imaginario es para mí fundamental. Soy creador de ilusiones, y pienso que algo como el miedo es, por lo tanto, un buen material sobre el que trabajar para espectáculos como los que yo acostumbro a representar.

-¿Es bueno entonces tener miedo?

-Sí, éste es un mecanismo de defensa, por lo tanto es bueno. Es correcto tener cierta cantidad de miedo. Esto ha sido lo que ha empujado a los países a echar a sus dictadores; sin ir más lejos al último, Gadafi.

-La escenografía en esta representación será fundamental, ¿no?

-Es importante e interesante, está toda hecha por Luis Santías. Él ha elaborado el sentido de la obra. Es una escenografía perfecta, no sabes si lo que ves es una habitación, un desván o un almacén, es un poco todo eso.

-Describa las reacciones más curiosas del público en esta obra.

-Lo más sorpréndete ocurrió en dos ocasiones entre el público de las butacas, y en otras tres o cuatro en el escenario, y es cuando se me ha desmayado gente. Es todo un momentazo... Ves que la persona se cae, se cae... Y pides telón, que se baje rápido el telón. Lógicamente, no es agradable tener a una persona que se te desmaya, lo pasas mal por ella y por ti. Debido a esto decidimos indicar que la representación no era recomendable para menores de 14 años, y tampoco para los fácilmente impresionables.

-¿Es la magia, ante todo, jugar con los sentidos?

-Sí, fundamentalmente juegas con los sentidos y la imaginación del público.

-¿Cómo juega con el miedo? Convenza a los gijoneses para ir a verlo.

-Los que ya me hayan conocido verán algo muy diferente de mí. Las sensaciones son muy distintas de las habituales. Todo es un reclamo para ir y tener hora y media de desconexión, que es lo que dura el espectáculo. Y, claro, otra hora y media después de la obra en la que seguro estarás hablando de la misma con amigos, familia, o con quien hayas ido. Tres horas de desconexión en total, que en época de crisis se agradecen. Creo que hay que ayudar a la gente. Toda esta situación que vivimos tenemos que arreglarla entre todos. Y ahora van los políticos y se ponen a reformar la Constitución, y es como cuando abrieron la Caja de Pandora: han abierto una caja de los truenos con lo de esta reforma, cuando lo que tendrían que hacer es ayudar. 
Fuente: lne.es

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