El Banco Central de Brasil redujo el jueves la previsión de crecimiento económico del país de 4% a 3,5%, y aumentó la estimación de inflación a 6,4%, a raíz de la crisis internacional, que el país espera superar con la fuerza de su mercado interno y exportando a China.
"Ningún país del mundo está libre de las consecuencias de la crisis (...) pero Brasil apuesta en factores que hacen que esté más distante y protegido", dijo el jueves la presidenta, Dilma Rousseff, en una entrevista a la TV Record.
La gran tabla de salvación para Rousseff es "la fuerza del mercado interno". "El hecho de que el brasileño consume, tiene renta, tiene trabajo, protege a Brasil", dijo la presidenta, que también destacó el colchón de 350.000 millones de dólares de reservas internacionales disponibles si la crisis se agudiza.
El Banco Central divulgó el jueves su informe trimestral en el que redujo a 3,5% la previsión de crecimiento del PIB, medio punto porcentual por debajo que la estimativa anterior de junio.
"El deterioro del escenario internacional" y las políticas fiscales más restrictivas adoptadas por el gobierno son los factores que explican esa revisión a la baja, informó el Banco Central.
La economía brasileña se expandió 7,5% en 2010, en franca recuperación tras la crisis de 2008 y 2009.
El Banco Central prevé además que la inflación cerrará el año en 6,4%, rondando el máximo de tolerancia de 6,5%, y lejos del centro de la meta oficial de 4,5% para el período.
El ente monetario estimó que Brasil ya alcanzó en agosto su pico máximo en la preocupante escalada de la inflación, que llegó a 7,23% en 12 meses -considerado por el propio banco como uno de los más altos del mundo-, y sostiene que ahora los precios comenzarán a caer.
Para 2012, estima una inflación de 4,7%, y para 2013, una convergencia con la meta oficial de 4,5%.
El informe del Banco Central destaca "el sustancial deterioro del escenario económico global" en los últimos meses. Ante la crisis internacional, Brasil prevé "una moderación del ritmo de actividad", aunque ésta "todavía continuará siendo favorecida por la demanda interna".
El crecimiento en Brasil se sustenta en gran parte en el vigor del mercado de trabajo -el país posee una tasa de desempleo de apenas 6%- y la expansión del crédito, aunque éste pueda moderarse, indicó el informe.
Aunque el crédito externo podrá reducirse si la crisis se agrava, Brasil todavía cuenta con "una liquidez externa abundante" que favorece récords de inversiones en el país, y se prevé "un crecimiento de China razonable" que podrá garantizar las millonarias exportaciones de commodities del gigante suramericano, dijo esta semana a periodistas el economista jefe de BNP Paribas, Marcelo Carvalho.
Algunos analistas cuestionan si Brasil conseguirá realmente controlar la inflación, ante la depreciación del real frente al dólar y la decisión reciente del Banco Central de reducir la tasa básica de interés de 12,5% a 12%, que consideran descuida la disciplina de control de los precios.
"Claramente, el gobierno está preocupado con preservar el crecimiento", pero no se descarta "que el escenario de (control de la) inflación del Banco Central pueda ser frustrado", declaró a la AFP el economista de LCA Consultores Homero Gizzo.
En los próximos meses, una de las grandes cuestiones será saber qué ocurre con la moneda, que en las últimas semanas revirtió a marchas forzadas la tendencia a apreciarse, tras alcanzar en julio su mayor nivel en 12 años, poniendo en jaque la competitividad de una industria que cada día exporta menos e importa más.
"El cambio pone más leña en el fuego y presiona más la inflación", evaluó Carvalho.
Fuente: UNIVISION.com
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