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El desacuerdo por 8.000 metros cuadrados de suelo, de una superficie total de un millón, bloquea el avance de la mayor operación residencial del PGO
Miriam SUÁREZ
A la sociedad promotora del plan urbanístico de Castiello de Bernueces le faltan tan sólo 8.000 metros cuadrados para controlar todo el ámbito afectado por esta actuación de casi 4.000 viviendas. Tras más de un año de discrepancias con los dueños del terreno, se ha optado por la fórmula de la expropiación para hacerse con este último pellizco de suelo, que apenas supone un uno por ciento de la superficie global de la operación.
La legislación vigente autoriza esta salida siempre que una junta de propietarios, como ocurre con la de Castiello de Bernueces, acredite su pleno dominio sobre el ámbito que está pendiente de desarrollo. En este caso, la falta de acuerdo impide avanzar en el proyecto residencial más ambicioso del nuevo Plan General de Ordenación (PGO) de la ciudad. Por su volumen, será muy similar al nuevo barrio que se está construyendo en Roces, aunque las viviendas no serán protegidas, sino de precio libre.
El proyecto está liderado por algunos de los principales constructores y promotores de la región, que tuvieron que unir fuerzas en lo que se ha denominado «Bernueces Sociedad Civil» para poder encarar un plan urbanístico de esta magnitud. De este consorcio empresarial forman parte, entre otros, Francisco Cascos, Serafín Abilio Martínez y Jacobo Cosmen. En la operación también participan las constructoras Arcisa, San Bernardo, Prieto y Villa de Jovellanos, así como las familias Moro, Armada y Rubiera, y la Fundación San Eutiquio.
En total, la junta de propietarios de Castiello está integrada por 18 empresas y una treintena de particulares. La adquisición de suelo en la zona se remonta a hace más de seis años, cuando estaba en proceso de tramitación el anterior Plan General. Este documento terminó siendo anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Pero el plan de Castiello sobrevivió a la suspensión judicial porque, para entonces, el Ayuntamiento ya lo había aprobado definitivamente.
La revisión del planeamiento urbanístico gijonés dio lugar a un nuevo PGO, que entró en vigor el pasado mes de mayo y mantiene la recalificación de suelo que permite edificar pisos en la parroquia de Bernueces. Para curarse en salud, los promotores del plan de Castiello prefirieron interrumpir su tramitación administrativa hasta que se aprobase la nueva normativa urbanística del municipio.
Las gestiones se retomaban a principios de verano y, con ellas, se ha hecho más necesario disponer de los 8.000 metros cuadrados objeto de discordia, que corresponden a cuatro parcelas y una carretera, sobre la que reclaman derechos tres familias. Los trámites para su expropiación han superado una primera fase administrativa en los servicios técnicos municipales, que ya ha derivado el asunto a la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA). El dictamen que este organismo regional emita al respecto será determinante para una transformación urbanística que el Ayuntamiento de Gijón anunció en diciembre de 2003.
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