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lunes, 15 de agosto de 2011

La crisis dificulta dar más plazo a las cajas para recapitalizarse

15.08.2011 M. Martínez/D. Badía. Madrid
El rebrote de la crisis presiona al Banco de España para cerrar ya la reforma de las cajas. Debe calibrar si compensa dejar abierto el proceso hasta marzo.

El recrudecimiento de la crisis aprieta al Banco de España. La situación de extrema tensión vivida en las dos últimas semanas en los mercados de deuda –primero– y de renta variable –después–, en un entorno de claro debilitamiento de la recuperación mundial, ha vuelto a situar la lupa sobre las economías con mayores flaquezas. Entre ellas, España, a la que desde dentro y fuera de Europa se le urge una vez más a acelerar y concluir las reformas emprendidas.

La reordenación de las cajas, aunque encarrilada, es una de las que aún no puede decirse que esté liquidada. En mes y medio debería estar oficialmente cerrada. El 30 de septiembre es la fecha marcada en el calendario por el Banco de España, que ahora podría encontrarse en la tesitura de decidir si compensa mantener este frente abierto hasta finales de año o, incluso, hasta el primer trimestre del próximo.

Salidas a bolsa
 
Grupo BMN (Murcia, Penedès, Sa Nostra y Granada) y Liberbank (Cajastur, Extremadura y Cantabria) han dejado entrever que podrían optar finalmente por la vía de la salida a bolsa para recapitalizarse. BMN necesita captar 637 millones y Liberbank, 519 millones.

La vía inicial de reforzamiento de ambos grupos es la búsqueda de acuerdos con inversores. Pero las divergencias sobre los precios (las ofertas de Bankia y Cívica han situado la referencia en 0,4 valor en libros) podrían complicar los pactos y empujar a ambas entidades hacia el debut bursátil. Ganarían un plazo adicional de seis meses. Antes, debería autorizarlo el Banco de España, al que habría que presentarle una solicitud justificada de prórroga el 10 de septiembre como muy tarde.

“La presión para que todo el proceso esté cerrado es enorme. Si las dos entidades no consiguen inversores privados, el Banco de España tendrá que ver si merece la pena forzar para que todo esté concluido en septiembre”, indican fuentes financieras.

A favor de la concesión de un aplazamiento jugaría el moderado tamaño de BMN y Liberbank. Suponen, en conjunto, menos del 10% de los activos del sector. No quedaría en el aire, por tanto, un capítulo importante de la reestructuración. Por otra parte, exprimir al máximo la vía privada, al margen de reducir el coste del proceso para el contribuyente, también indicaría que los cuatro grupos que se han propuesto captar inversores privados (Bankia, Cívica, BMN y Liberbank), han sido capaces de lograrlo.

Incertidumbre
 
Como contrapartida está el riesgo de imagen. Ampliar los plazos supondría abonar el terreno para más incertidumbre. Habrá argumentos para mantener las dudas hacia las cajas, la banca y la economía española.

También hay que calibrar las probabilidades reales de éxito de dos nuevas salidas a bolsa. Bankia y Cívica han puesto de manifiesto que ha sido el ahorro nacional (en su mayoría, minorista) el que ha permitido que salgan adelante las ofertas.

Antes de tomar esa decisión, habrá que resolver otros frentes. En los próximos días, cogerán velocidad de crucero los trabajos para la subasta de CAM. Y los preparativos para el desembarco del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) en Novacaixagalicia, Unnim y Catalunya Caixa. No se descartan sorpresa de última hora en forma de fusiones. En el sector se apunta a Unnim, pero también a Catalunya Caixa. Por tamaño y solvencia, sólo encajaría con La Caixa –centrada en su expansión internacional– y la fusión vasca.

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