CÁDIZ
El artista, de origen alicantino, estuvo muy vinculado a la ciudad e hizo los retratos de los alcaldes Enrique Álvarez y Emilio de Sola
30.08.11 - 00:26 - PILAR SOLÍS | CÁDIZ.
Un nuevo artista ha abandonado la ciudad de Cádiz para siempre. El pintor Antonio Torres Bru falleció el pasado viernes rodeado de su familia en la capital madrileña. La noticia llegó desde el Ayuntamiento de Cádiz en forma de pésame sin ahondar más en las causas de su muerte. La alcaldesa, Teófila Martínez, mostró su pesar y explicó que ya han enviado a la familia una carta de condolencia por el fallecimiento del pintor, que aunque nacido en Elche, siempre se sintió gaditano. Martínez señaló que el artista ya ha sido incinerado y según les han informado desde la familia traerán sus cenizas de nuevo a Cádiz, al que fue su hogar.
Antonio Torres Bru nunca ocultó su amor por la capital gaditana. A este rincón llegó en 1951 de la mano de su mujer, la gaditana María Pacheco, a quien conoció en Madrid y con la que se casó cinco años después. Desde entonces, Cádiz fue un referente en su vida, la ciudad a la que siempre volvían. Tanto es así que fue miembro destacado del Ateneo de Cádiz y de la Escuela de Bellas. El presidente del Ateneo gaditano, Ignacio Moreno, mostró ayer también sus condolencias por la muerte del pintor de quien dijo que «era una gran persona» y destacó su «prudencia». Ingresó en esta organización a principios de los años 80 y realizó el retrato de algunos de los presidentes como el de Antonio Orozco y el del actual presidente, ahora expuestos en la sede del Ateneo.
A lo largo de su vida, Antonio Torres Bru pintó numerosas obras aunque su especialidad fueron los paisajes y los retratos. Decía que el motivo principal de su trabajo siempre fue la figura humana, tanto en su aspecto más realista como en lo que él mismo calificó como retratos áureos. Le atraía la figura humana porque «puedes transformarla y hacer lo que te dé la gana siempre que responda a un concepto y tenga sentido con el personaje», afirmó en una entrevista a finales de 2006.
Para Torres Bru no se trataba de copiar al personaje tal y como se mostraba, sino de captar su esencia, «de interpretarlo» y de ahí nacieron los retratos áureos donde las formas físicas desaparecen en virtud de «manchas y colores que se derivan de la persona reflejada».
Además de los retratos de algunos presidentes del Ateneo de Cádiz, también fue el autor de los retratos de algunos alcaldes gaditanos como el de Enrique Álvarez López (regidor desde el 5 de agosto de 1931 al 10 de julio de 1932) y de Emilio de Sola (alcalde desde el 5 de abril al 11 de junio de 1931). Los dos realizados al óleo, su técnica preferida.
Para Torres Bru, viajar y ver eran las claves para un pintor, un aspecto que quedó demostrado en la muestra antológica que ofreció en el Palillero en 2001. De él también fue el cartel de la semana santa de 2007 en el que aparecía el Cristo de El Perdón.
El Ayuntamiento no descarta por el momento hacer una exposición para homenajear al pintor. La alcaldesa de Cádiz explicó que «hay que esperar a hablar con la familia ya que nosotros solo estamos en posesión de algunos retratos».
Fuente: lavozdigital.es
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