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viernes, 17 de junio de 2011

El sector inmobiliario clama contra las entidades bancarias

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R. ABELLÁN
La Asociación Empresarial de Gestión Inmobiliaria se queja de la “competencia desleal”. Bancos y cajas ofrecen mejores condiciones a quienes compran sus viviendas en stock
Las 491.061 viviendas -199.803 nuevas y 291.258 usadas- que según el Ministerio de Fomento se vendieron el año pasado podrían hacer pensar que el Mercado residencial en España funciona a unos niveles más que aceptables. Pero la realidad es que tras esa estadística se oculta la fuerte intervención del sector financiero en el mercado inmobiliario.
Las inmobiliarias están que trinan con las entidades bancarias por la llamada “competencia desleal” que les están haciendo poniendo a la venta todo el stock de viviendas que tanto bancos como cajas tienen entre sus manos y que no saben cómo quitarse del medio.
Las promotoras e inmobiliarias se quejan de que venden pocos pisos y que cuando consiguen clientes y se acude al banco para hacer viable la operación se les deniega el préstamo. Luego, la entidad ofrece al comprador otros inmuebles de su propiedad que pueden encajar con el perfil que solicita el cliente y con mejores ventajas hipotecarias y sin problemas de concesión de préstamos. Incluso se señala que esos préstamos pueden ser por el 100% del capital que necesita el posible comprador, volviendo así a la “manga ancha” que había antes de la crisis
Esa es una realidad que ha constatado el sector y que sigue denunciando aunque hasta estos momentos sus críticas parecen haber caído en saco roto, como manifestaba el vicepresidente de la Asociación Empresarial de Gestión Inmobiliaria (AEGI), quien  lamentaba que el “Gobierno no esté haciendo nada para evitarlo”. Si fuera así, la venta de viviendas en España funcionaría mejor y este país en general estaría en mejor situación porque este sector es fundamental para la economía, añadía Juan Manuel Martínez.
    Para el vicepresidente lo que no puede ser es que se inyecte dinero a las entidades bancarias para sanear sus cuentas en lugar de facilitar los préstamos a los clientes de manera que exige “que se les obligue a abrir la mano con responsabilidad”.
    Y es que, señalaba que es casi imposible acceder a una vivienda en estos momentos si tenemos en cuenta que el que quiera comprar necesita tener ahorrado, al menos un 33 del total “y eso según está la economía sabemos que es imposible y más si hablamos de gente joven”.

Bancos y cajas
Según fuentes del sector, los bancos y cajas, a través de sus inmobiliarias, se desprendieron el año pasado de casi 25.000 viviendas, muchas de ellas con precios atractivos para los clientes porque el objetivo era venderlos a la mayor rapidez posible para no acumular este producto demasiado tiempo.
    La mayoría de los grandes bancos ofertan pisos hoy día con descuentos que pueden alcanzar hasta el 70%, algo contra lo que cuesta competir a las propias empresas del sector inmobiliario. Además, en el caso de no conseguir la venta, la opción del alquiler también se está poniendo en marcha y en un futuro puede ser un camino a seguir.
Desde AEGI se asegura que esta situación es inviable y no se puede aguantar mucho más tiempo porque el sector no está pasando un buen momento y es imposible que la situación cambie si la banca continúa haciendo “su trabajo”. “Las cifras del sector están ahí y no nos quejamos por quejarnos”, finalizó diciendo el vicepresidente.

PROBLEMÁTICA: Casi 22.000 puestos de trabajo perdidos en los últimos cinco años

Pero para el vicepresidente de AEGI lo peor está por llegar si la situación continúa por los mismos derroteros. “Están cayendo empresas diariamente y en cifras podemos estar hablando de hasta un 70% de empresas cerradas y gran cantidad de puestos de trabajo perdidos porque no se puede hacer frente a lo que tienen encima”. Según una estadística de la propia Asociación, desde el primer trimestre de 2005 hasta el primer trimestre de 2010, el número de personas dentro del sector ha caído de manera importante, pasando de los 97.300 trabajadores  a los 75.600, de las que 48.700 eran asalariados indefinidos.El punto de inflexión se encuentra en el primer trimestre de 2007, que fue el año en el que el descenso empezó a notarse más. En ese momento, el número de empleados estaba en 132.100. A partir de ahí, la caída ha sido en picado, pasando a los 113.700 del primer trimestre de 2008 y a los 97,300 en 2009, cifra que coincide con el año 2005. Es decir, que en cuestión de 5 cinco años (sin contar 2011) se han perdido 21.700 trabajadores y el número de contratados indefinidos ha bajado en 10.500.
Fuente: El Día Digital

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