Estadísticas de la Academia de Índices de China muestran que 500.000 millones de yuanes (79 mil millones de dólares) de capital no gubernamental no pudieron entrar en el mercado inmobiliario chino el año pasado debido a las restricciones en el sector. Sin embargo, los promotores de otros países están llegando a China en busca de inversores, debido al buen desempeño de la economía y el mercado de consumo del país.
Editor: Sonia
13:16:55 2012-04-06 / spanish.china.org.cn
Las restricciones impuestas sobre el
mercado inmobiliario por el gobierno chino con el fin de controlar los
precios y poner coto a la especulación han puesto límite a la inversión
en vivienda de los ciudadanos chinos, que en algunas ciudades no pueden
optar a la compra de una segunda vivienda. Por ello, muchos se giran
ahora hacia los mercados extranjeros.
La feria internacional inmobiliaria
comenzó ayer en el China World Trade Center de la capital, Pekín. Wei
Kefei, vicedirector general del evento, explica que la escasez de los
beneficios en el sector inmobiliario en China y la situación de
debilidad de algunas economías desarrolladas está ofreciendo
oportunidades a los inversores chinos, una situación que, según Wei, es
normal debido al incremento de la riqueza en el país.
Estadísticas de la Academia de Índices de
China muestran que 500.000 millones de yuanes (79 mil millones de
dólares) de capital no gubernamental no pudieron entrar en el mercado
inmobiliario chino el año pasado debido a las restricciones en el
sector.
Sin embargo, los promotores de otros
países están llegando a China en busca de inversores, debido al buen
desempeño de la economía china y el mercado de consumo del país, según
Chen Zhi, vicesecretario general de la Asociación de Inmobiliarias de
Pekín, consultado por ‘Global Times’. “Esto quiere decir que el mercado
exterior necesita del apoyo de China, pero no indica que los chinos
vayan a invertir”, aclara.
Entre los participantes, hay 30 empresas
chinas y 130 extranjeras. La mayoría de los proyectos que se presentan
están relacionados con la inmigración y la vivienda. En 2011, había sólo
80 participantes de otros países.
David Gibbins, director gerente de la
inversora brasileña NE, ha llegado a la feria con un proyecto en la
localidad de Joao Pessoa, que ofrece a los inversores chinos la
oportunidad de comprar terreno en el que construir viviendas en el país.
Gibbins estima los costes en 3 millones de yuanes por un terreno
vacante de 600 metros cuadrados. “Los inversores pueden optar por vivir
en las casas ellos mismos o venderla más adelante”, explica.
Para algunos chinos, la compra de una
vivienda en otro país no sólo es una inversión, sino también una forma
de conseguir emigrar más fácilmente.
Liu Rongrong, gerente de clientes de
Victory, una empresa inmobiliaria con sede en Hong Kong, explica que
resulta más fácil entrar en Chipre que en EE.UU., Reino Unido, Australia
o Canadá. “La gente puede usar Chipre como puerta de entrada a Europa”,
sugiere. Y el coste de la inversión en Chipre no llega a lo que habría
que pagar por un apartamento de segunda mano de menos de 100 metros
cuadrados en el centro de Pekín, según Liu.
Global Times cita a Chen Guoqiang,
director del instituto inmobiliario de la Universidad de Pekín, quien
indica que existen aún demasiadas desventajas que los inversores chinos
no deberían pasar por alto. “Muchos países tienen impuesto sobre la
propiedad, pero China no lo tiene”, sugiere. “Cada cual tiene diferentes
objetivos al invertir en el exterior, pero para ello se necesita más
energía que para comprar una casa en China, y seguramente para muchos
será necesario contar con la ayuda de abogados y profesionales”, añade.
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