EDITORIAL
02.10.11 - 02:23 -
La crisis, con su devastador efecto sobre el mercado de trabajo, ha devuelto al País Vasco la condición que un día tuvo de tierra de emigración. El aumento en 12.000 personas desde agosto de de 2007 del número de residentes en el extranjero inscritos en el censo electoral (53.000 en total) es el reflejo de un éxodo que, a reserva de la variedad casuística, debe atribuirse en su mayor parte a la necesidad de hallar fuera el trabajo que en casa escasea. Dejando a un lado a los estudiantes y a quienes, descendientes de vascos, han adoptado ahora la nacionalidad española amparándose en la ley de Memoria Histórica, los expertos elevan hasta los 10.000 estos emigrantes de nuevo cuño. Su perfil difiere con mucho del de aquellos, procedentes en su mayoría del medio rural, que décadas atrás cruzaron la frontera hacia Centroeuropa o se embarcaron rumbo a América. Profesionales cualificados, en muchos casos con titulación superior, componen el nuevo contingente. Aunque no pocos de ellos trabajan para empresas vascas que han extendido sus redes en el extranjero, es lamentable que en otros muchos casos Euskadi no pueda rentabilizar la inversión que en su día hizo en la formación de estos profesionales, que no encuentran en su tierra un puesto donde desarrollar sus capacidades y conocimientos con una remuneración justa. La recuperación de ese capital humano, verdadero pilar de nuestro futuro, ha de ser un objetivo prioritario para la sociedad vasca.
Fuente: diariovasco.com
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