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lunes, 29 de agosto de 2011

Rodiezmo, más reivindicativo que nunca

Politica
 
Rodiezmo, más reivindicativo que nunca

Rodríguez Zapatero, durante su intervención, en su primer Rodiezmo como presidente del Gobierno, en 2004. :: JUAN CARLOS ROMÁN


29.08.11 - 02:38 - J. A GARCÍA | GIJÓN.
Rodiezmo se vuelve más reivindicativo que nunca. Los sindicatos anuncian un clima belicoso contra el Gobierno, mientras los socialistas confían en capear el temporal, a pesar de que las últimas decisiones adoptadas para contentar a los mercados y a la patronal no han hecho más que agrandar la brecha entre el partido y las centrales. En la retina quedan ya aquellos años en los que, con la presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, socialistas y sindicatos hacían de sus mensajes arietes contra la derecha, a la que acusaron en las últimas ediciones de ser la responsable de la crisis. Sin embargo, esta feliz convivencia se comenzó a difuminar el año pasado. En vísperas del 29-S, los sindicatos utilizaron Rodiezmo para afilar sus cuchillos contra un PSOE que, según ellos, los había traicionado con la reforma laboral. 
 
No había entonces, según Zapatero, el «clima pertinente» para asistir a un acto que, desde su llegada a La Moncloa, en 2004, marcaba el comienzo del curso político. Después de que hubiera anunciado inicialmente su presencia, el presidente del Gobierno dio marcha atrás en su decisión de acudir a la fiesta organizada por el SOMA-FIA-UGT. 
 
Desde Presidencia, las fuentes que confirmaron la ausencia de Zapatero trasladaron entonces el deseo del presidente del Gobierno de acudir en 2011. Sin embargo, esa posibilidad se ha diluido en los últimos meses. Las medidas de ajuste que ha tenido que tomar Zapatero como máximo representante del Ejecutivo le han dejado en una posición delicada frente a los sectores más críticos de su partido, que incluso le acusan de haber traicionado los principios socialistas. 
 
Lejos quedan aquellos años en los que Zapatero era un político casi desconocido que luchaba por hacerse un hueco en el partido desde su León natal. Fue precisamente la cercanía lo que le llevó a participar en Rodiezmo junto a los representantes sindicales y a los dirigentes del PSOE asturiano. Años de idilio que mantuvo como presidente del Gobierno. 
 
La Fiesta Minera Asturleonesa que el SOMA-FIA-UGT organiza pasó de ser una celebración sectorial a convertirse en una referencia política nacional con la llegada de Zapatero a la Presidencia. Como había hecho Aznar con Silos y Quintanilla de Onésimo, el líder socialista decidió utilizar su presencia en la campa leonesa para iniciar de forma oficiosa cada curso político, dando a conocer allí sus principales promesas y objetivos de gobierno tras el parón vacacional de cada verano. 
 
Allí anunció cada año, invariablemente la subida de las pensiones mínimas, además de otras medidas sociales. 
 
Asturias fue protagonista privilegiada de la mayoría de los discursos del presidente en la fiesta minera. Junto a sus promesas en materia de infraestructuras -en su primera visita como presidente, en septiembre de 2004, prometió concluir los tramos que faltaban de la autovía del Cantábrico «a toda velocidad»- el carbón fue siempre una de sus líneas argumentales. 
 
En Rodiezmo le prometió al líder sindical José Ángel Fernández Villa «un buen plan del carbón» para 2006 y allí prometió, en su última presencia, dar la batalla en Europa para prolongar las ayudas al mineral asturiano. Quizá el resultado final no haya sido del agrado del máximo responsable del SOMA, pero lo cierto es que se cuenta entre sus promesas cumplidas: la Comisión Europea pretendía poner fin a las ayudas en 2014 y finalmente se mantendrán hasta 2018. 
 
Su hueco no lo ocupará Alfredo Pérez-Rubalcaba. En la agenda del candidato socialista no está precisamente Rodiezmo. Durante la campaña que está llevando a cabo desde que se conociera la decisión del PSOE de designarlo cabeza de lista en las generales del 20-N, Rubalcaba ha preferido centrarse en actos más pequeños con militantes y ciudadanos, rehuyendo los grandes mítines. 
 
Su ausencia no ha merecido tan siquiera la crítica del SOMA, organizador de la fiesta. Durante las últimas semanas, se ha producido un baile de nombres por parte de la dirección federal. Ferraz no se mostró claro hasta el último minuto sobre quién va a representar de la ejecutiva federal en Rodiezmo. 
 
Buena prueba de ello es que los responsables del SOMA presentaron en la mañana del viernes los actos de la fiesta sin tener la confirmación de nombre alguno. Horas más tarde, desde el PSOE se desvelaba la incógnita. José Blanco, ministro de Fomento y portavoz del Gobierno, acudirá a la campa leonesa en su condición de vicesecretario general de los socialistas. 
 
Será él, por tanto, a quien le tocará dar la cara frente a unos sindicatos que, esta misma semana, anunciaban movilizaciones contra las últimas decisiones adoptadas por el Ejecutivo. La primera de ellas, el pacto con el PP para reformar la Constitución y fijar en la Carta Magna el límite de endeudamiento de las administraciones. Una medida que no ha gustado en los sectores de izquierda, que acusan al Gobierno de Zapatero de haberse plegado a las órdenes de la derecha europea personificadas en las figuras de Sarkozy y Merkel. 
 
«Disgustados e indignados» 
 
Blanco no lo tendrá fácil para lidiar con un toro que acude a la cita con las astas preparadas. «Estamos preocupados, disgustados e indignados y eso lo vamos a expresar en Rodiezmo», advirtió Fernández Villa el pasado viernes. No se ha callado nunca el líder sindical, que tiene marcado en rojo el primer domingo de septiembre, fecha en la que tradicionalmente se celebra la fiesta de Rodiezmo. Las dudas que se ciernen sobre la prolongación de las ayudas mineras y la paulatina pérdida de derechos por parte de los trabajadores tras los últimos ajustes del Ejecutivo serán algunas de las reclamaciones que Villa ponga encima de la mesa. 
 
Desde Ferraz no quieren desvelar si Blanco vendrá con alguna promesa en el zurrón, aunque no sería descartable que deslizara en su intervención algún plazo sobre la finalización de alguna de las grandes infraestructuras cuya culminación aguarda Asturias desde hace años. 
 
A poco más de dos meses para las generales, el PSOE sabe que no se puede presentar a la batalla sin el apoyo, al menos, de los que han sido sus fieles a lo largo de los últimos años. En Rodiezmo estarán muchos de estos votantes potenciales que esperan algún gesto del Gobierno y del PSOE que permita empezar a hablar otra vez de reconciliación.

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