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martes, 30 de agosto de 2011

El emir de Dubai quiere convertir la plaza de toros de Barcelona en la tercera mayor mezquita del mundo

 

Del españolísimo pasodoble a la monótona letanía de una sura coránica. La crisis económica que padecen las instituciones españolas se está convirtiendo en la principal baza de un grupo de multimillonarios árabes dispuestos a arramblar con todo, desde clubes de fútbol a inmuebles de incalculable valor histórico y sentimental. Nada sería hasta ahora comparable sin embargo a lo que tiene entre manos la Comisión de Urbanismo e Infraestructruras del Ayuntamiento de Barcelona.

Se trata de una propuesta preliminar de Mohamed bin Rashid Al Maktoum, emir de Dubai y uno de los hombres más ricos del planeta, para la conversión de la plaza de toros Monumental en la gran mezquita de Barcelona, que sería la tercera más grande del mundo después de las de las ciudades santas de La Meca y Medina.

La macroperación urbanística se pretende realizar a través del Ayuntamiento de la Ciudad Condal, dirigido por CiU, por lo que habría una propuesta municipal de compra a los dueños del recinto taurino, para la adquisición de la Monumental. Fuentes cercanas a éstos, sin embargo, dicen no saber nada del asunto y aclaran que cualquier decisión sobre el caso correspondería únicamente a sus propietarios, la familia Balañá.

Como se sabe, 2011 será el último año con toros en Cataluña luego de que el pasado 28 de julio, la cámara autonómica aprobara la iniciativa legislativa popular que solicitaba la prohibición de los toros en Cataluña, y que incluía una lista de derechos y obligaciones que tendrían que ser cumplidos por la Generalitat y los dueños de las plazas de toros en la región.

Consorcio alemán

El proyecto del emir dubaití prevé que el consorcio alemán formado por las empresas KSP-Engel, Zimmermann, Krebs y Kiefer International sea el encargado de construir la gran mezquita de Barcelona, cuyo coste aproximado sería de 2.200 millones de euros.

La gran mezquita de Barcelona tendría el minarete más alto del mundo, de 300 metros de altura, y sería construida sobre los terrenos que hoy ocupa el coso taurino, un símbolo de españolidad para muchos catalanes. Dispondría de una sala de oración con capacidad para 40.000 feligreses y una explanada al aire libre que podría acoger hasta 80.000 personas.

Asimismo, dispondría de una sala de conferencias, un museo de arte e historia islámica y un centro de investigación sobre la historia de Al Andalus, además de un restaurante, locales comerciales y un centro de estudios del Corán con capacidad para 300 estudiantes. Los promotores tienen la intención de conservar la fachada de estilo neomudéjar y bizantino. Sería la única concesión a la historia taurina del solar.

Barcelona es la única gran capital europea que no cuenta aún con una mezquita, pese a las múltiples negociaciones que se produjeron durante el gobierno autonómico del tripartito, con la participación incluso de representantes de algunas monarquías petrolíferas del Golfo Pérsico.

El jeque Mohamed bin Rashid Al Maktoum

 

El jeque Mohamed bin Rashid Al Maktoum conoce a fondo España como consecuencia de una afición peculiar. Propietario de la más fastuosa cuadra de caballos de carreras del mundo, Godolphin (con ejemplares valorados en más de 100 millones de euros), su mayor afición es ser jinete en raids, carreras de resistencia de hasta 200 kilómetros a caballo. Y sus lugares favoritos para buscar caballos y montarlos durante horas al sol inclemente son Castilla, Extremadura y Andalucía. Las visitas del emir de Dubai, no dejan indiferente. Aunque es una personalidad mundial, se mueve con cierta discreción por España, teniendo en cuenta cómo lo hacen otros jeques de países vecinos, por ejemplo el fallecido rey de Arabia Saudí. Su escolta española apenas consta de un par de policías en sus cercanías, más medidas de contravigilancia. Eso sí, siempre va escoltado, incluso en lo más duro de los raids, por un escudero de confianza de su país. Aunque es general, no quiere ver uniformes a su alrededor.

Una cosa es la discreción del jeque Mohamed –al que es fácil confundir con un desheredado– y otra la de su séquito personal. El hoy emir de Dubai llega a España en un avión privado, que aterriza en bases de las Fuerzas Armadas españolas. Sus caballos llegan en otro avión. A pie de pista espera una flota de todoterrenos de la casa Mercedes. Al emir le espera uno especial, de la misma marca, extralargo y de color dorado.

En otros tiempos, más bisoños, cuando la familia Maktoum se estrenaba en carreras por tierras de Badajoz, alquilaba todos los taxis de la ciudad. Ahora una flota de todoterrenos (hasta cerca del medio centenar) mueve a los Al Maktoum en un día de carreras. No es extraño que haya cerca de 200 personas más contratadas, entre asistentes, mozos de cuadra y otros servicios.

Sueldos de mil euros al día

Trabajar para el jeque es una ocupación muy rentable. Ha llegado a pagar hasta mil euros diarios por trabajos nada penosos. Personal dubaití maneja los maletines de dinero que acompañan, como una estela de euros, la llegada del emir de Dubai a España.

Ya sobre el terreno, no falta detalle tanto para el jeque Mohamed como para su familia, séquito y personal. A los caballos se los baña con agua mineral, una carpa con ventiladores los aloja en los descansos de la durísima prueba. Porque, aunque una fisioterapeuta y una roulotte esperan al jeque cada fin de etapa de la carrera, nada evita al todopoderoso de los Emiratos Árabes Unidos la tortura de siete u ocho horas a caballo a todo trote por las áridas llanuras de Castilla a pleno sol. ¿Qué mueve a un multimillonario acostumbrado a vivir entre el oropel de un palacio dubaití –ya de por sí la capital del lujo del golfo Pérsico– a sufrir de esa manera en ese nada metafórico potro de tortura? Hay que conocer al sheik Mohamed.

Su aspecto adusto contradice los lujos y despilfarros que lo rodean. Este noble dubaití de 60 años ha sido el promotor del desarrollo turístico e industrial de su país. Pero igual que diseñó en 1995 una línea aérea de la nada (Emirates) y que idea proyectos turísticos revolucionarios como islas privadas en mitad del Golfo, siempre quiere dejar presente su amor por las tradiciones. Así, a su faceta de político, militar (formado en una academia británica) e incluso hípico, une la de poeta. A veces el jeque elige unos caballos de pura sangre árabe (los más idóneos para este duro deporte) y se los lleva a una jaima en el desierto. Allí pasa muchas noches el hombre más poderoso de Dubai escribiendo poesía.

El caballo árabe, la caza, la vida nómada y Al-Ándalus son las raíces a las que apela el jeque, que por Occidente se mueve elegante con un traje cruzado y corbata. Así le sorprendió el 11-S de viaje oficial por Estados Unidos. A primera hora de la mañana agentes de seguridad militar norteamericanos lo sacaban de su séquito por las bravas y se lo llevaban en un coche. Encerrado en una habitación en una base norteamericana pasó horas angustiosas en las que no sabía si se le estaban protegiendo o deteniendo. Finalmente llegó la explicación: motivos de seguridad para defender a uno de los más firmes aliados de Occidente en esa complicada zona del mundo.

Una de las más celebradas visitas del hoy ya emir Mohamed bin Rashid Al Maktoum tuvo lugar en el otoño de 2002, con motivo de los Juegos Ecuestres Mundiales que se celebraron en Jerez. Allí, junto a sus hijos, compitió con uno de esos caballos por los que paga sin despeinarse hasta medio millón de dólares. Y allí, en su amada Al-Ándalus, surgió el amor. Fuentes de su entorno cuentan que fue en Jerez donde comenzó la intimidad con otra princesa amante de los caballos: Haya bin Al Hussein, la princesa de Jordania, una amazona de saltos de primer nivel mundial. Se casaron hace cinco años, a pesar de la considerable diferencia de edad.

Fin a cien años de historia

La Plaza Monumental de Barcelona se inauguró en 1914 con el nombre de Plaza de El Sport, fue inmediatamente ampliada y rebautizada en 1916 con el nombre de “Monumental”. Está situada en la confluencia de la Gran Vía y la calle Marina, en el distrito del Eixample de Barcelona. Tiene un aforo de 19.582 localidades. y dispone de 26 filas de tendidos, palcos y gradas en el primer piso cubierto, y una andanada superior que rodea todo el edificio.

Tal vez los antitaurinos catalanes ya tienen lo que buscaban. La pela siempre será la pela.

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